Unión es el "Kily", los pibes, la gloriosa gente y Dios de nueve...
Unión, que se desprendió de sus dos jugadores-figura (Machuca y Gordillo), sólo se reforzó por ahora con un juvenil de Boca Juniors. El equipo arranca a cinco del descenso. Cristian González como DT tiene la paciencia de un monje tibetano.
La pelota, la camiseta, la gente. Una vez más, a pesar de todo y de todos, el hincha del Tate dará el "sí" para reventar cada rincón del 15 de Abril. Se viene Racing, la primera de 14 finales para evitar el descenso. Crédito: Manuel Fabatía
"Luis, yo se perfectamente que Unión debe vender, pero no me vendas dos jugadores en el mismo puesto", le pidió Gustavo Munúa al presidente de Unión. Spahn "se olvidó" y en un mismo mercado, a días del cierre del libro, vendió a Juan Ignacio Nardoni a Racing y a Juan Carlos Portillo a Talleres: o sea los dos "5" del mediocampo. Como siempre, en modo Sphan: en pesos y en cómodas cuotas, con cláusulas que sólo entienden quienes estudiaron en el Instituto Balseiro. "Estamos complicados con el descenso, no quiero que se vaya nadie más", imploró el traidor de Sebastián Méndez: en pleno torneo, se fue una de las figuras (el golero Santiago Mele, con ejecución de cláusula, sin dejar un solo peso al Junior de Barranquilla) y también se fue al Paranaense de Brasil el "3" titular, Lucas Esquivel. Y como no hay dos sin tres, llegó un día el "Kily" Cristian Alberto González: "Luis, más allá de los refuerzos que necesitamos sí o sí, tratemos que no se vaya nadie hasta diciembre". La respuesta de Luis Spahn, esta vez, superó todo: lo dejó a Unión sin sus dos figuras, vendiendo a Imanol Machuca a Brasil y liberando al colombiano Yeison Gordillo, que dicho sea de paso fue a reforzar el Vélez de Méndez, competidor directo del descenso en estas 14 fechas.
El "Kily" Cristian Alberto González, encerrado a puro laburo y casi "viviendo" en Casasol, es por estas horas el mejor y mayor milagro de Luis Spahn. En condiciones normales, cualquier otro entrenador hubiera pegado un portazo. Por ahora, cuando faltan un puñado de horas para el debut ante Racing de Avellaneda, sólo le trajeron como refuerzo un juvenil de Boca Juniors. Como todo juvenil, el "Torito" Morales es un proyecto: en años y con goles podrá ser Cherro, Varallo o Palermo; pero hoy es sólo éso...un pibe. Se suponía, con el rotundo fracaso de los mercados anteriores (leáse el paraguayo Junior Osvaldo Marabel o el uruguayo Thiago Vecino), que vendría "un 9 como la gente". Otra vez, sopa.
"No lo digo despectivamente, pero recién me entero que en Unión hay una subcomisión de fútbol", dijo hace algunas horas el representante de Federico Vera. Sin la asesoría profesional necesaria (antes Zuccarelli, luego Battión y hasta el "mal necesario" de Bragarnik), el presidente "se mandó solo" al mercado más necesario del fútbol de Unión en los últimos años. Los resultados están a la vista: perdió un mes con Cristian Tarragona; hizo venir un jugador (Ezequiel Muñoz) "no apto clínico", según el club, para el fútbol profesional; estuvo tres semanas sin poder convencer al arquero suplente de Sarmiento de Junín (José Devecchi). Esta vez, a diferencia de todas las otras novelas anteriores, el presidente del Tate terminó rompiendo una de las pocas cuestiones saludables que le quedan/quedaban a su conducción unipersonal, agotada y desgastada: la lealtad incondicional de sus pares de Comisión Directiva. Ahora, más allá de los tres o cuatros que "se inmolan con Luis", el resto no entiende que hizo en este mercado de invierno O bien qué imaginó o pretendió hacer "El Presidente".
En esta insoportable levedad del líder político que consagraron las urnas con los 1.576 socios del Club Atlético Unión con sus votos, que el "Kily" González siga siendo el entrenador profesional del plantel es un verdadero milagro real y artificial. Se vienen 14 batallas decisivas y el capitán del barco saldrá hacia alta mar con los valientes marineros que le quedaron, porque está claro que Almirante, Comodoro, Capitán de Navío, Fragata y Corbeta ya no están. Los vendieron o se fueron solitos.
Vera, Calderón, Paz, Mosqueira, Del Blanco, Zenón y Domina, si es que no pasa nada raro, arrancarán en el once titular para dar la primera batalla ante Racing de una guerra que tendrá 14 capítulos. Es decir, el 70 por ciento de los jugadores "made in Tate". ¿Emociona?: seguramente sí. Pero se llega a ésto por obligación (se fueron varios y vino uno solo); no por convicción. Una vez más, la moneda al aire, pensando (by Sphan) que en el fútbol "hay que tener suerte".
El otro milagro, además del "Kily", que le da un blindaje perfecto a Luis Sphan pasa por una oposición dividida (tres listas), fraccionada y sin fuerza política de ningún tipo en Unión. No pudieron concretar ninguna de las denuncias que llevaron con bombos y platillos a los Tribunales, allanamientos mediante (en este rubro, se hace un pic-nic el presidente); no lograron acelerar en Personas Jurídicas ningún pedido para "cerrar" Memoria y Balance de una asamblea de socios inconclusa; no tienen ninguna chance de sentarse con Claudio Tapia para preguntar porqué Unión es el único club de Argentina que no cumple con mostrar los números del presupuesto del fútbol profesional desde hace dos años en la AFA.
¿Cómo sale Unión a pelear el descenso en estas 14 finales?: con el admirable cumplimiento profesional de Cristian Alberto González como entrenador, la dignidad que genera el corazón de los pibes del club y el amor incondicional de su gente. La gente, siempre la gente. La que no es del oficialismo ni de la oposición. La que es pura, sana e infinitamente hincha de Unión en el cemento, la platea y los palcos, reventando de aliento el 15 de Abril. La gente siempre está. En las malas y en las malas.
Así sale Unión a defender la plaza en Primera, a cinco puntos del descenso. En un lote de siete unidades, hay diez equipos intentado no jugar en la "B". ¿Qué es este Unión?: el "Kily" aguantando, la dignidad de los pibes del semillero, la gloriosa gente que siempre está para alentar y Dios de nueve. Otra vez sopa.
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