A los 3 minutos del segundo tiempo se produjo una incidencia tan curiosa como importante. Desde el sector de Cándido Pujato, la gente comenzó a hacer señas desesperadamente porque había un simpatizante de Unión descompensado.
Fue apenas iniciado el segundo tiempo del encuentro. El portón que comunica el campo de juego con la tribuna, estaba cerrado con candado.
A los 3 minutos del segundo tiempo se produjo una incidencia tan curiosa como importante. Desde el sector de Cándido Pujato, la gente comenzó a hacer señas desesperadamente porque había un simpatizante de Unión descompensado.
El árbitro paró el partido y el cuerpo médico tatengue cruzó inmediatamente el campo de juego, encontrándose con un obstáculo: el portón de rejas que comunica el campo de juego con la tribuna para permitir, eventualmente, el ingreso de una ambulancia, estaba cerrado.
El doctor Santiago Calvo y sus colaboradores saltearon ese portón y fueron a atender a la persona que estaba descompensada. Luego de algunos minutos en los que el partido estuvo detenido (no se podía jugar sin la presencia del médico en la cancha), llegó la buena noticia, el problema estaba solucionado y el médico aplaudido.
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