Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Mendoza)
Unión lo justificó plenamente en el primer tiempo y debió ganarlo por una diferencia mayor. Lo dijo Madelón, después del partido, y es razonable. Sacando los primeros 10 minutos, que fueron parejos; y los últimos diez, cuando apareció Nereo para anotarse con dos atajadas meritorias, todo fue de Unión en ese primer tiempo. Muy bien Brítez en el fondo, gran trabajo de Mauricio Martínez en el mediocampo, con los dos pistones por los laterales (Montero y Malcorra), que fueron de menor a mayor, el buen manejo de Rivas más la gravitación de Triverio y Guerra, mejor Quique esta vez, que venía mereciendo el gol y que su gol sea la razón de los tres puntos.
Independiente Rivadavia intentó copar el mediocampo con dos delanteros (Velázquez y Gautier) que retrocedieron para arrancar desde la zona media y, además, juntarse con los tres volantes. Además, Walter García y Aguirre, los dos marcadores laterales, también subieron con el objetivo de tomar en el arranque a Montero y Malcorra. Sin embargo, este dispositivo táctico de Garnero no hizo mella en el trabajo de un Unión muy sólido y aceitado en sus movimientos.
Llegó el gol de cabeza de Triverio y luego hubo situaciones claras en los pies del mismo Triverio, de Malcorra, de Guerra y también de Montero. El partido estaba para que Unión convirtiese el segundo gol antes que Independiente acumule algún mérito para empatar. Recién sobre el final se produjeron un par de aproximaciones que, como ya se dijo, fueron bien interceptadas por un Nereo impecable.
El segundo tiempo fue otra cosa. Hubo intensidad pero no tanta claridad, sobre todo por parte de Unión. El equipo siguió defendiendo bien pero ya no tuvo la misma capacidad de manejo de la pelota que en el primero. Se hizo más equilibrado y empezaron los cambios, que prácticamente se repiten en Unión. Entró Caballero para darle una mano a Martínez, luego Bruna por un Martínez que se fue con el aductor "cargado y por último Gamba, cuando el partido se presentó ideal para un jugador de su velocidad, que metió buenas diagonales y que estuvo cerca de convertir el segundo.
A propósito, Unión tuvo tres situaciones claras que fueron conjuradas por un Scaparoni que se convirtió, en el segundo tiempo, en la figura de su equipo. A todo esto, Independiente arrimó con chances pero se quedó en eso, sólo en amagues, en algunos remates de media distancia y una oportunidad perdida por un cabezazo de Castorino mal dirigido.
Ganó bien Unión, está muy bien el equipo de Madelón, cosechó su sexta victoria consecutiva, le falta una para igualar la racha del equipo de Kudelka (fueron siete triunfos), su arco lleva más de 460 minutos invicto y va a ascender. El pueblo tatengue tiene todo el derecho del mundo de comenzar a festejar.