Por Darío Pignata
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Perder, terminar goleado y —por momentos— “toqueteado” parece ser el pasatiempo de este Unión cuando juega de local con el que llega último en la tabla. Le pasó hace un mes con el hasta allí extraviado Aldosivi que pescó en el 15 de Abril mejor que en Mar del Plata. Y le volvió a pasar anoche, con idéntico resultado y escenografía, frente a un Belgrano de Córdoba que tocó como si tuviera a la “Pepona” Reinaldi, Martelotto y Ramonda todos juntos; y que pegó con la eficacia del “Luifa” Artime, el “Toro” Blasón o Spallina. Pero, definitivamente, el problema no es lo que haga o deje de hacer el rival de Unión, en este caso Belgrano. El drama es lo que siempre le deja hacer Unión en su casa a este tipo de rivales. Porque antes fue Aldosivi y ahora es Belgrano.
Hasta acá, desde el mismo entrenador hasta el más fanático de los hinchas se admitía el diagnóstico: demasiado alto en la tabla para el bajo juego del equipo. Anoche, el estilo le dio la mano al resultado: 0-3. Entonces, la decepción fue total. Porque hasta el mejor de los optimistas —“estando ahí arriba es más fácil que el equipo aparezca”— se chocó de frente contra la pared en el 15 de Abril.
Hasta acá, Unión venía zafando de “la crisis de los grandes” en esta categoría: Belgrano (se fue Guyón, llegó Sosa), Chacarita (chau Fuentes, hola Zuccarelli) y Rosario Central (paso al costado de “Mostaza” Merlo y desembarco del “Chulo” Rivoira) ya cambiaron de entrenadores; San Martín de Tucumán no lo hizo de milagro y el “Negro” Roldán terminó de zafar el viernes en el Barrio Ludueña.
Pero en seis días, Unión se comió seis goles: tres el domingo en San Juan y tres ayer sábado en Santa Fe. Los números son elocuentes, más allá de “estar ahí arriba”, quedó marcado entre las tres defensas más goleadas del campeonato de ascenso con 16 tantos en 14 fechas (Belgrano tiene 18 en el arco de Olave y Tiro Federal —el más goleado— sufrió 21).
Minuto mortal
El minuto de Unión en el primer tiempo fue más caro que viajar en familia de vacaciones a la Luna. Es más, con agujas muertas y a balón parado, creo que desde que sacaron del mediocampo después del golazo de César Pereyra en el 1-0 hasta que Cuevas clava el 2-0 con otra asistencia del “Picante” pasó menos de un minuto. La dejó fatídicamente corta el pibito Zurbriggen, es cierto. ¿Pero y el resto de los jugadores que deben ocupar sus posiciones, dónde estaban? Los zagueros, bien gracias. El otro lateral —Cárdenas— para cerrar la corrida de Cuevas en el otro palo, desaparecido en acción. Alguno de los volantes —el “5”, el “8” por caso—, tampoco ni por asomo. Conclusión: lo fusilaron a Limia.
Entonces, así, todo cuesta el doble. Y todo da lo mismo. Porque si el partido está 0-0, el derechazo a la corrida de Zárate que se va alto o el sobrepique de Mannara casi adentro del área chica (se fue a la pileta la pelota) no duelen tanto a la hora de los lamentos.
A todo o nada: fue nada
Perdiendo 2-0 de local era obvio que Kudelka movería fichas en el descanso: Quiroga por Mannara y Ricky Acosta por Gaitán. Al toque, el interesante Moreno se mareó por los nervios del debut como titular y entró Montero. Estaba claro que sería “centro a la olla” para buscar el descuento vía Zárate-Quiroga en algún centro. Sin embargo, el que hizo el gol de córner fue Belgrano y otra vez Turus festejó en Santa Fe para poner el 3-0. Antes, Olave se lo había sacado de quemarropa a Quiroga, apagando el fuego de cualquier reacción tatengue.
En el fútbol nadie tiene la verdad, pero particularmente varios deben haber pensado cuando Belgrano se puso 2-0 apenas superado el cuarto de hora inicial que la empresa del empate sería misión imposible. Es que Unión es hoy el equipo que más perdió de local en el campeonato de ascenso con cuatro caídas (Independiente Rivadavia de Mendoza, Patronato, Aldosivi y Belgrano) y esa mochila, que siempre pesa, fue como remar el Titanic para estos jugadores.
Unión, que sostiene la campaña con sus gritos de visitante, es previsiblemente perdedor en Santa Fe. El dato que le pone mayor gravedad a la situación lo agregan la jerarquía de los ganadores en el 15 de Abril: perdió con todos equipos de mitad de tabla para abajo, con la coincidencia ya señalada, porque tanto Aldosivi como Belgrano llegaban hundidos en la última posición de la tabla y lo golearon 3-0.
Salvar, desde lo individual, a algún jugador es casi imposible en un partido como el de ayer. Y si no se salvan los jugadores porque un equipo juega tan mal, tampoco puede escapar el entrenador a las generales de la ley.
Hasta ahora, Kudelka fue dueño de una honestidad brutal. Porque admite que sigue buscando el equipo cuando la temporada ya consumió más de una tercera parte (jugó 14 de 38). Los dirigentes, que rompieron el chanchito que tenían para poner el plantel al día y salieron a robar el chancho de al lado para comprar 3.000 plateas nuevas que sirvan para modernizar el estadio, no deben saber para dónde arrancar.
Aunque algo deben tener en claro: no sólo hay que cambiar las plateas. Hay que cambiar la forma de jugar en Santa Fe. Porque sino Unión seguirá perdiendo con cualquiera como si nada.