Unión y un susto con final feliz que debería sonar a advertencia
Errores iniciales, disputas internas, la parte política al rojo vivo, un DT que abandonó el barco y otro que llegó y que ahora reclama ese salto de calidad futbolístico que se necesita para no sufrir como se sufrió.
El "Kily" González llegó en un momento de incertidumbre, tras la inesperada partida del "Gallego" Méndez y, con una campaña irregular, logró mantener al equipo en Primera. A su costado, el gran capitán tatengue, Claudio Corvalán. Créditos: Pablo Aguirre
El final de 2022 dejaba algunas cuestiones por resolver en Unión. Por un lado, el mentado salto de calidad, luego de la buena Copa Sudamericana realizada en ese año, obligaba a intentar, al menos, mantener ese "status quo". Por el otro, los resultados de la segunda parte del año no sólo empobrecían el promedio sino que también provocaba cierta inestabilidad sobre la figura del entrenador, que por ese entonces era un Gustavo Munúa que ya había superado su mejor momento y luchaba contra el descreimiento y los malos resultados.
El 2 de enero de este año (o por esos primeros días) se produjo un quiebre en la relación entre el técnico -que ya había sido confirmado por la dirigencia para que siga al frente del equipo- y la secretaría técnica encabezada por Roberto Battión, con la compañía de Esteban Amut, ambos hoy trabajando en Banfield.
Se intentó mejorar el nivel del equipo, pero la realidad se contrapuso con aquella pretensión. La falta de definición (porque situaciones de gol se creaban y hasta en cantidad) y cierta endeblez defensiva fueron las causales de resultados que no sirvieron para sostener al entrenador. Y aquella grieta que se abrió en los primeros días de enero con la secretaría técnica hizo eclosión cuando, luego de perder con San Lorenzo, la "sugerencia" de Battión y Amut apuntó a la salida de Munúa, algo que la dirigencia no concretó. Conclusión: el técnico se quedó, pero quienes abrieron la puerta de salida fueron, precisamente, los integrantes de la secretaría técnica, función que Unión aún no pudo reemplazar por no encontrar gente capacitada para cumplirla.
Imanol Machuca, figura y vendido con el torneo en pleno desarrollo, y Kevin Zenón, la actual "joya" tatengue, por quien mostró interés Boca.
Munúa duró apenas un par de partidos más y después de la derrota con River en el Monumental (que sólo fue por la mínima diferencia por una notable actuación de Moyano, que por ese entonces era suplente de Mele pero que en ese partido le tocó atajar) dejó la conducción técnica para dar inicio a la era Méndez, que marcó otro mojón.
El Gallego le encontró la vuelta al equipo a partir del momento que tocó fondo con Sarmiento de Junín, en una tarde convulsionada y con la dirigencia siendo el blanco de las críticas y reclamos. Allí, Spahn decidió convocar a los tres grupos opositores. El encuentro se realizó el día previo al inicio del resurgimiento del equipo. Apareció la bandera blanca para apaciguar los ánimos y la promesa de no vender y reforzar el equipo al término del torneo y antes del inicio de la Copa de la Liga.
Al día siguiente, el triunfo ante Central Córdoba fue el comienzo de una serie de cuatro victorias y dos empates que alejaron fantasmas y miedos. El último partido de Méndez fue el mejor del año: tremenda victoria por 3 a 0 ante Independiente con notable actuación individual y colectiva. Al día siguiente (o esa misma noche), explotó la bomba. El Gallego abandonó abruptamente el barco y se fue a dirigir a Vélez. Sorpresa, estupor y bronca fueron los sentimientos que anidaron en los hinchas de Unión. No sólo en ellos, también en dirigentes y hasta en los mismos jugadores.
El uruguayo Gustavo Munúa hizo una excelente campaña en la Copa Sudamericana 2022 pero en el torneo local nunca pudo consolidar al equipo. Logró muy pocos puntos que llevaron a Unión a pelear por el descenso. Créditos: Matías Nápoli
Había que reconstruir rápidamente el cuadro de situación y llegó el Kily González, que asumió la conducción técnica del equipo, hizo un par de entrenamientos y se subió al avión para viajar a Tucumán. La derrota no fue su responsabilidad. Pero luego, aquella promesa de no vender quedó en la nada: Unión, que ya se había desprendido previamente de Nardoni y Portillo, se quedó sin Esquivel y Machuca en medio de la temporada. Pero lo peor de todo, es que a la hora de salir al mercado, antes del inicio de la Copa de la Liga, se trajeron jugadores que no dieron en conjunto el resultado esperado. Apenas el buen comienzo de Morales, las dos veces que debió atajar Campisi y el gol de Orsini ante Sarmiento en el mismo final, fueron el aporte que dieron los que llegaron para "reforzar" el equipo. Y poco consiguieron.
Bajo el emblema de la intensidad y de ese lema de "vaciarse" en la cancha, el juvenil o inexperimentado equipo del Kily empezó a caminar por la raya sin saber, hasta el último partido, si iba a caer del lado de la A o de la B. A todo esto, el clima político volvió a exasperarse con denuncias y reclamos de realización de la asamblea que apruebe no sólo la Memoria y Balance rechazados el año pasado, sino el ejercicio vencido este año. Ambos quedaron para ser tratados en febrero del año que viene, aguardándose que sea con mejor clima.
El festejo de la victoria ante Tigre, con el golazo de tiro libre de Kevin Zenón, de lo más destacado de un equipo que tuvo a él como figura y a Corvalán como emblema de lo que debe ser un capitán y caudillo, solamente le permitió mantener la máxima categoría, logro que posiblemente se magnifique por lo que le ocurrió a Colón. Pero que de ninguna manera provocó conformismo en la gente, que sufrió demasiado y que esperó todo el año ese salto de calidad que nunca llegó.
Unión, o mejor dicho, sus dirigentes, están obligados ahora a experimentar un cambio. Según el presidente, hay más de 7 millones de dólares por cobrar, lo cual supone que el renglón de los recursos está lo suficientemente lleno como para intentar elevar el nivel. No sólo es necesario para evitar lo que pasó este año que se va, sino también para calmar la ansiedad de un entrenador que, así como lloró a la par de cualquier hincha cuando el resultado ante Tigre y el resto de los partidos le permitió quedarse en Primera, también se puso firme y exigió la llegada de siete jugadores que aporten experiencia y calidad. Veremos si, esta vez, el presidente cumple.
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