Los reclamos por el mal estado en el que se encuentra el Cementerio Municipal de la ciudad de Santa Fe no son novedad. Las principales quejas de los visitantes tienen que ver con la falta de reparaciones y, sobre todo, de seguridad.
Los robos y hechos vandálicos son moneda corriente en la necrópolis local. Un funcionario de la Municipalidad acompañó a El Litoral en una recorrida, contó las dificultades para brindar seguridad y mostró las tareas de mantenimiento que se ejecutan.
Los reclamos por el mal estado en el que se encuentra el Cementerio Municipal de la ciudad de Santa Fe no son novedad. Las principales quejas de los visitantes tienen que ver con la falta de reparaciones y, sobre todo, de seguridad.
El deterioro es un problema de larga data. De hecho, El Litoral realizó un relevamiento en 2014 que expuso la falta de mantenimiento que el propio municipio admitió posteriormente.
Durante los últimos años, la situación en la necrópolis empeoró, según relatan quienes la visitan con frecuencia. Los robos de placas identificatorias y la rotura de aberturas para entrar a los panteones en busca de objetos valiosos aumentaron considerablemente.
En este sentido, el testimonio de una visitante frecuente, que prefiere reservar su identidad, da cuenta sobre la problemática, que se torna más grave con el paso del tiempo.
"Hace más de 30 años que vengo pero nunca vi el desastre que es ahora, hará cuatro años más o menos empezaron los robos y el vandalismo", relató. "No hay panteón al que le queden placas, hasta los desagotes y las canillas se llevaron", manifestó.
Numerosos mausoleos se encuentran vandalizados, descuidados y sucios, con los cajones en su interior fuera de lugar e incluso abiertos. "Debe ser el único cementerio que está tan abandonado, da lástima. Lo único que hicieron fue arreglar la entrada para el paseo turístico, te vas al fondo o a los costados y nada", comentó la mujer.
Dentro del camposanto no se realizan controles policiales, por lo que "cuando se detecta algún faltante se avisa en la entrada y toman la denuncia de lo robado, pero todo queda ahí", sostiene esta vecina.
"Han llegado a robar una puerta de doble hoja y nadie vio nada, eso por algún lado sale", agregó, y aseguró que los robos se producen a diario, pero no existen reclamos porque hay panteones que no reciben la visita de ningún familiar.
El Litoral habló con Bruno Gianinetti, encargado del Cementerio Municipal, para conocer más sobre la situación actual del lugar, su estado edilicio, mantenimiento y seguridad. Durante una recorrida por el lugar, Gianinetti puntualizó las áreas donde se llevarán a cabo los próximos trabajos.
En lo que respecta al tema de la seguridad, señaló que "a pesar de nuestros esfuerzos, es difícil evitar el robo. Necesitamos ser sistemáticos y funcionales en nuestro enfoque para garantizar su seguridad".
Durante el día, dos guardias de la Guardia de Seguridad Institucional (GSI) de la Secretaría de Control de la Municipalidad, realizan una recorrida en el interior del cementerio, mientras otros dos se encuentran en el ingreso. El dato más relevante es que durante la noche, cuando más hechos se producen, solo quedan dos.
La seguridad en la necrópolis es un tema complejo porque los guardias de la GSI que trabajan dentro no tienen la misma protestad que los policías en el espacio publico. En cambio, "la policía puede ingresar al lugar y si alguien está actuando de manera sospechosa con una mochila, puede ser registrado".
En este sentido Gianinetti remarcó que dos meses atrás se firmó un convenio para que personal de la policía motorizada realice rondas de control dentro del lugar, pero la medida solo se cumplió por un breve periodo. "Vinieron una semana y si es entendible, en la ciudad hay otras prioridades".
El funcionario aseguró que existe un proyecto armado para la extensión de cámaras de seguridad, que implica una inversión de casi 9 millones de pesos para todo el cementerio, pero manifestó su preocupación ante los posibles inconvenientes. "Es complicado, si tenés cámaras, tenés que poner reflectores, si ponemos los reflectores te los roban".
Otro de los puntos más problemáticos que planteó el encargado, es que detrás del cementerio se encuentra barrio San Pantaleón. Si bien se levantó el muro que limita con la zona y se colocó alambre de púas para evitar el ingreso, los mismos delincuentes los cortaron y se lo llevaron. "Tenemos seguridad, tenemos cámaras pero es un muro y lo saltan"; comentó.
Consultado respecto al abandono que denuncian los visitantes, Gianinetti aseguró que "los panteones son como una casa dentro de la ciudad", y detalló que "si en la casa no vive nadie y está abandonada roban y usurpan; en el cementerio pasa lo mismo"
Siguiendo la misma linea manifestó que "la Municipalidad está garantizando el mantenimiento del lugar, se han hecho reparaciones, pero hay nichos- y panteones- de personas que no han sido visitados en años", lo que contribuye en gran parte al deterioro.
Un total de 90 empleados realizan labores de mantenimiento todos los días en el cementerio. Si bien hacen tareas de pintura, limpieza y corte de césped en las áreas verdes, "la Municipalidad no puede ir a un panteón privado a mantenerlo porque no corresponde, es como si la Municipalidad entra a tu casa a hacer refacciones", aseguró Gianinetti.
Además, manifestó que durante el año que lleva su gestión, se han pintado áreas que nunca antes habían recibido mantenimiento de pintura.
Según Gianinetti, uno de los principales problemas es que los propietarios de los panteones heredados se niegan a pagar un impuesto que consideran un alquiler. La mayoría de las personas enterradas en estos panteones son bisabuelos o tatarabuelos, por lo que no reciben visitas.
Antiguamente, las personas solían visitar religiosamente los cementerios para limpiar y mantener los panteones de sus familiares, pero en la actualidad solo algunos los visitan cada 15 días, una vez al mes o incluso cada dos meses.
En cuanto a las obras y tareas de mantenimiento, el funcionario mencionó que la sección 53 del cementerio ha sufrido derrumbes en el pasado y que se están realizando trabajos de demolición para evitar futuros contratiempos. Sin embargo, en la zona hay nichos de personas que no son visitados por ningún familiar y el proceso burocrático para desocuparlos se complica y puede llevar meses o incluso años.
En este sentido detalló que el proceso de las desocupaciones - que se realiza todos los viernes - tiene un registro público, y si ningún familiar se presenta dentro del plazo establecido, se procede a la cremación. Si alguien reclama un nicho, se traslada a la persona fallecida. Sin embargo, el proceso es burocrático y puede llevar meses o años debido a los tiempos fiscales y judiciales.
Por último, el funcionario hizo referencia a la dramática situación que atraviesa la ciudad en materia de seguridad. "El cementerio no es nada diferente a Santa Fe, en la ciudad están pasando cosas tremendas, pero no podemos decir que el lugar está abandonado porque se hace mucho mantenimiento. Estamos haciendo muchas cosas".
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