Este lunes se dieron a conocer las conclusiones del Grupo de Trabajo II del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, un extenso documento que recorre los efectos de este fenómeno del que ya existen "inequívocas" evidencias científicas.
El tema está como prioridad en la agenda nacional, provincial y local. El informe elaborado por el IPCC revela efectos propios para nuestro territorio.
Este lunes se dieron a conocer las conclusiones del Grupo de Trabajo II del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, un extenso documento que recorre los efectos de este fenómeno del que ya existen "inequívocas" evidencias científicas.
Pero el cambio climático no ocurre a kilómetros de distancia solamente: también tiene sus efectos en la región y el país.
En diferentes capítulos del informe global se mencionan efectos para la Argentina. Estos son algunos de esos puntos.
En primer lugar advierte que los cambios en el régimen de lluvias y el derretimiento de glaciares provocarán escasez de agua, inundaciones y aludes en todo el país. "La cuenca del Río de la Plata y la provincia de Buenos Aires son muy vulnerables a las inundaciones recurrentes y se prevé que las precipitaciones totales también aumenten fuera de la Patagonia".
Por otra parte, los glaciares de la Argentina ya se están derritiendo: "El Echaurren Norte perdió el 65% de su superficie original entre 1955 y 2015, y podría desaparecer con el aumento del calentamiento".
Los ríos alimentados por glaciares de los Andes llevarán, con el tiempo, menos agua a medida que los cuerpos de hielo que los alimentan desaparezcan.
A medida que el glaciar Upsala se derrite, el Lago Argentino que lo contiene se está volviendo inestable y podría generar desprendimientos en la zona.
Por otra parte, la producción de alimentos de la Argentina se verá afectada por el cambio climático: la producción de arroz podría disminuir un 7% en un escenario de emisiones elevadas o un 3% en un escenario de reducciones rápidas; la producción de trigo podría disminuir un 9% con emisiones elevadas o un 6% con reducciones rápidas; la producción de maíz podría bajar un 7% con emisiones elevadas o un 3% con reducciones rápidas.
La producción pecuaria también se ve afectada: El estrés térmico puede reducir el crecimiento de los animales y el rendimiento de la leche y los huevos, y aumentar la mortalidad del ganado. "En la actualidad, el ganado rara vez está sometido a un estrés térmico extremo en la mayor parte de la Argentina, aunque el ganado vacuno, caprino y ovino ya está experimentando este tipo de estrés durante algunos días al año en las zonas del norte, por ejemplo, en partes del Gran Chaco".
En este punto plantea escenarios posibles si las emisiones siguen aumentando (el ganado vacuno y las gallinas sufrirán estrés térmico durante la mitad o todo el año en la mayor parte del norte del país) y si se reducen rápidamente (los cerdos, gallinas y ovejas sufrirán estrés térmico en muy pocas zonas dispersas, durante un tercio del año o menos).
Un punto en particular alude a los "graves daños" económicos que sufrirá el país si no se reducen las emisiones. En este punto remite a la definición de "temperaturas del bulbo húmedo, una medida que combina el calor y la humedad que se toma con un termómetro cubierto por un paño empapado en agua". Así destaca los efectos del calor extremo: "35 ° de temperatura húmeda es el límite que un cuerpo humano es capaz de soportar, ya que el organismo no es capaz de enfriarse por medio del sudor. E incluso niveles más bajos pueden resultar mortales.
Una temperatura de bulbo húmedo de 32°C es demasiado caliente incluso para que los seres humanos en forma y aclimatados puedan trabajar, y son extremadamente raros a nivel mundial en el clima actual.
Si las emisiones son elevadas, zonas mucho más amplias del norte de la Argentina experimentarán temperaturas de bulbo húmedo de 32°C hasta cinco días al año. ¿Cuál es la relación con la producción? "Este aumento del calor reducirá la capacidad de trabajo en la Argentina, sobre todo en la agricultura, donde caerá un 5% si las emisiones aumentan rápidamente. Pero, esto podría limitarse a una caída del 1% si las emisiones se reducen rápidamente y el calentamiento se limita a 2°C".
El fenómeno no afecta solo a las áreas rurales. El efecto de isla de calor urbana también expondrá a los habitantes de megalópolis como Buenos Aires a un calor peligroso: En Buenos Aires, el 20,7% de las muertes por calor ya pueden atribuirse al cambio climático, y el 21,6% en Córdoba, según un estudio citado en el informe.
De acuerdo a un estudio citado por el IPCC, el efecto global de las elevadas emisiones continuadas y los cambios climáticos resultantes podrían reducir la renta media mundial en un 23%, con una renta media en la Argentina un 53% inferior en 2100 a la que habría tenido sin el cambio climático.
Pero además de los efectos de los cambios que se producen dentro del territorio, Argentina también puede verse afectada por lo que ocurre en otros lugares: "El cambio climático afectará a las cadenas de suministro internacionales, a los mercados, a las finanzas y al comercio, reduciendo la disponibilidad de bienes en la Argentina y aumentando su precio, así como dañando los mercados para las exportaciones argentinas".
"Las perturbaciones económicas causadas por el cambio climático, como la reducción de los rendimientos agrícolas, los daños a las infraestructuras críticas y el aumento de los precios de los productos básicos, podrían provocar inestabilidad financiera", apunta más adelante el extracto para la Argentina que dedica otro capítulo a la afectación en las cadenas de suministro y el suministro internacional de alimentos como otro efecto económico del cambio climático.