Fenómenos extremos y pérdidas a todo nivel: "Hay evidencia inequívoca del cambio climático"
Por qué afecta más a poblaciones vulnerables. La situación en América Latina. El concepto de mala adaptación. El indispensable financiamiento y la necesidad de tomar medidas inmediatas pero de largo plazo.
Pablo Aguirre Una postal reciente y cercana. La Laguna Bedetti (Juan de Garay) de Santo Tomé sin agua.
"Cambio climático 2022: Impactos, adaptación y vulnerabilidad" es el nombre del nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que fue publicado este lunes y corresponde a la contribución del Grupo de Trabajo II al Sexto Ciclo de Evaluación (AR6).
El informe examina los impactos que el cambio climático está teniendo sobre los ecosistemas y las sociedades humanas, considerando tanto sus vulnerabilidades como su capacidad de adaptación a los cambios actuales y futuros. En este sentido, destaca los riesgos que las emisiones futuras suponen para los seres humanos y el medioambiente, y analiza las vulnerabilidades de las distintas regiones y sistemas naturales.
Vulnerabilidad, agua, salud y riesgos son algunos capítulos del documento que advierte por primera vez que "la evidencia científica acumulada es inequívoca: El cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta". A la vez, señala que "cualquier retraso adicional en la acción global concertada y anticipada sobre la adaptación y la mitigación perderá una breve y rápida ventana de oportunidad para asegurar un futuro habitable y sostenible para todos". Y pone el eje en la necesidad imperiosa de cuidar y fortalecer a la naturaleza.
Archivo El cambio climático está haciendo que el calor extremo, las lluvias torrenciales, las sequías y los incendios sean más intensos y frecuentes, advierte el nuevo documento del IPCC.
El cambio climático está haciendo que el calor extremo, las lluvias torrenciales, las sequías y los incendios sean más intensos y frecuentes, advierte el nuevo documento del IPCC.Foto: Archivo
Impactos a todo nivel
Es la primera vez que el IPCC califica de "inequívoca" la amenaza del cambio climático y la urgencia de la acción. En agosto de 2021, el informe del Grupo de Trabajo I del AR6 había afirmado, también por primera vez, que es inequívoco que las actividades humanas están calentando el planeta. En los informes de evaluación anteriores, el IPCC sólo había dicho que es inequívoco que el planeta se está calentando.
Asimismo, este nuevo informe plantea que "las acciones a corto plazo que limitan el calentamiento global a cerca de 1,5°C reducirían sustancialmente las pérdidas y daños previstos relacionados con el cambio climático en los sistemas humanos y los ecosistemas, en comparación con niveles de calentamiento más altos, pero no pueden eliminarlos todos".
Estas son algunas de las conclusiones que figuran en el resumen para tomadores de decisión que difundió este lunes:
- El cambio climático ha causado daños sustanciales, y pérdidas cada vez más irreversibles en los ecosistemas terrestres, de agua dulce, marinos costeros y de alta mar. El alcance y la magnitud de los impactos son mayores a los estimados en evaluaciones anteriores.
- La mitad de las especies estudiadas han desplazado sus áreas de distribución; muchas se han extinguido localmente y algunas por completo a causa del cambio climático. Las temperaturas extremas están provocando la muerte masiva de animales y plantas.
- Se ha producido un deterioro generalizado de la estructura y la función de los ecosistemas, la resiliencia y la capacidad de adaptación natural, así como cambios en el calendario estacional, con consecuencias socioeconómicas adversas.
- Algunas pérdidas son ya irreversibles, como las primeras extinciones de especies provocadas por el cambio climático. Otros impactos se acercan a la irreversibilidad, como las repercusiones de los cambios hidrológicos derivados del retroceso de los glaciares, o los cambios en algunos ecosistemas de montaña y árticos impulsados por el deshielo del permafrost.
- El cambio climático está haciendo que el calor extremo, las lluvias torrenciales, las sequías y los incendios sean más intensos y frecuentes, y está impulsando la suba del nivel del mar, la acidificación de los océanos y los ciclones tropicales, que están dañando y matando a personas y al mundo natural. Los avances en los conocimientos científicos permiten atribuir estos daños al cambio climático provocado por el hombre.
En algunos casos, esto ya ha expuesto a sociedades humanas y al mundo natural a riesgos intolerables e irreversibles, más allá de los límites a los que pueden adaptarse.
- Los fenómenos meteorológicos extremos –como inundaciones y sequías–, y la inseguridad alimentaria y la malnutrición asociadas, están empeorando las crisis humanitarias, expulsando a gente de sus hogares. En algunos casos, también están prolongando y empeorando los conflictos violentos.
- El cambio climático está causando daños económicos, afectando en particular a la agricultura, la pesca, la silvicultura, el turismo y la productividad laboral de los trabajadores al aire libre, con fenómenos extremos como los ciclones tropicales que reducen el crecimiento económico a corto plazo.
- Las pérdidas y daños derivados del cambio climático aumentarán rápidamente con un mayor calentamiento, creando en muchos casos riesgos a los que las personas y la naturaleza no podrán adaptarse.
- Además de reducir los riesgos derivados del cambio climático, la adaptación puede mejorar el bienestar de las personas, pero está infrafinanciada. La adaptación no es una alternativa a la reducción de emisiones: si el calentamiento continúa, el mundo se enfrentará cada vez más a cambios a los que no podrá adaptarse.
Escenarios
El informe plantea distintos escenarios de acuerdo a diferentes niveles de aumento de temperatura. Y focaliza esas perspectivas en capítulos particulares, como agua y alimentos. En este punto señala que:
- El aumento de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos ha afectado a la producción y disponibilidad de alimentos, especialmente para los más pobres del mundo, exponiendo a millones de personas a una grave inseguridad alimentaria y reduciendo la seguridad hídrica. América Central y del Sur están entre las regiones donde se observa este impacto.
- La producción de alimentos y la seguridad alimentaria se verán amenazadas incluso por una pequeña cantidad de calentamiento adicional, que provocará un aumento de la gravedad y la frecuencia de olas de calor, sequías e inundaciones, junto con la subida del nivel del mar.
- La destrucción de los ecosistemas –por el cambio climático y otras actividades humanas– hace que naturaleza y personas sean más vulnerables y menos capaces de adaptarse al cambio climático, afectando especialmente a los pueblos indígenas y a las personas que dependen directamente de la naturaleza en su vida diaria. Una vez más nuestra región se encuentra entre los focos mundiales de alta vulnerabilidad humana.
"El calor extremo está matando y perjudicando a personas de todo el mundo; los fenómenos extremos están causando traumas; el aumento de la exposición al humo de los incendios forestales está provocando afecciones cardíacas y respiratorias; algunas enfermedades se están haciendo más comunes y se están extendiendo a nuevas zonas", se advierte.
La vulnerabilidad vuelve a ser un factor determinante: "Una tormenta, sequía o inundación tiene 15 veces más probabilidades de matar a las personas de las regiones más vulnerables, en comparación con las de las regiones menos vulnerables".
Las previsiones en materia de salud no son buenas si no se toman medidas urgentes: "Habrá un aumento significativo de la mala salud y la muerte prematura, como resultado de un clima más extremo y olas de calor, y la propagación de enfermedades". Y se prevé que los riesgos de enfermedades transmitidas por alimentos, agua y vectores sensibles al clima aumenten bajo todos los niveles de calentamiento sin adaptación adicional. "En particular, el riesgo de dengue aumentará con estaciones más largas y una distribución geográfica más amplia en Asia, Europa, América Central y del Sur, y África subsahariana, lo que podría poner en riesgo a otros miles de millones de personas para finales de siglo".
También se prevé que los problemas de salud mental, como la ansiedad y el estrés, aumenten con un mayor calentamiento global en todas las regiones evaluadas, sobre todo entre niños, adolescentes, ancianos y quienes padecen enfermedades subyacentes.
Cómo se hizo
Se trata de la mayor evaluación de los impactos del cambio climático y de las estrategias para adaptarse a él desde el AR5 del IPCC, de 2014. Fue finalizado y aprobado por 270 autores (todos científicos de reconocimiento internacional) y 195 gobiernos, y su publicación se produce tras una sesión plenaria virtual de dos semanas (del 14 al 26 de febrero), en la que fue examinado línea por línea para su aprobación por los representantes de los gobiernos en diálogo con los autores.
El primer borrador del texto recibió 16.348 comentarios de revisión; el segundo, 40.293; y la distribución gubernamental final del Resumen para Tomadores de Decisiones, 5.777. El informe hace referencia a más de 34.000 artículos científicos.
La mala adaptación
Un interesante concepto que introduce el reciente informe del IPCC es el de la "mala adaptación", como aquella que se centra en "sectores únicos, en riesgos únicos o cuando prioriza las ganancias a corto plazo". A modo de ejemplo, menciona diques de contención que pueden proteger a personas y bienes a corto plazo, pero fomentar desarrollos arriesgados y aumentar la exposición a largo plazo, mientras que las defensas duras contra inundaciones pueden sustituir o romper ecosistemas.
Otra muestra es la aforestación, que es el despliegue de forestación de tierras naturalmente no boscosas que puede producir alguna modificación positiva en el corto plazo pero luego afectar al resto del ecosistema.
"La adaptación no es una alternativa a la reducción de emisiones: si el calentamiento continúa, el mundo se enfrentará cada vez más a cambios a los que no podrá adaptarse".
"Las oportunidades de adaptación incluyen: la gestión del agua en la agricultura, la diversificación de las explotaciones agrícolas, la restauración de los bosques naturales y las turberas, el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, y la protección y restauración de los ecosistemas para proteger tanto la biodiversidad como a las personas".
"Entre 2010-2020, la mortalidad humana por inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces mayor en las regiones altamente vulnerables, en comparación con regiones con muy baja vulnerabilidad"-.