Nicolás Loyarte
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@nicoloyarte
La vecinal Pro Mejoras Alto Verde comenzará la fiesta el domingo por la mañana desde las 9. Habrá kermesse, desfile y por la tarde números musicales con el cierre de Grupo Cali.
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“Alto verde querido, pueblito humilde del litoral; tus ranchitos dormidos yo se que un día despertarán”, cantaba el recordado Horacio Guarany en La Litoraleña. Y este domingo despertarán porque los cerca de 25.000 vecinos del distrito costero están de fiesta. Es que se celebran sus 107 años de vida con una jornada plagada de festejos.
El barrio del que surgiera Guarany sufrió grandes transformaciones sociales durante los últimos años gracias a las obras de infraestructura y urbanización impulsadas por el gobierno provincial y el municipio santafesino. También logró paz y tranquilidad en el último año con la presencia de las fuerzas de seguridad que brindan las garantías necesarias a los vecinos, aunque a veces hay alguna que otra trifulca al igual que sucede en otros barrios.
Alto Verde se erigió hace más de cien años sobre la extensa lonja de tierra alta (de allí su nominación) que se acumuló con la construcción del Canal de Acceso al Puerto de Santa Fe —es artificial— formando así el albardón isleño. Sobre esas tierras se fueron construyendo una a una las casas, primero de paja y barro, de trabajadores portuarios, pescadores y de gente que cruzaba en canoa a la ciudad para realizar distintos oficios.
Hoy el barrio tiene un tramo de su calle principal que serpentea la costa y mide siete kilómetros de largo, Demetrio Gómez, de hormigón armado, con cordón cuneta y desagües pluviales. Ahora está en marcha la tercera etapa de la obra que llevará el asfalto hasta “el corte”, como le llaman al sector bajo por donde pasa un puente que lo une con el Paraje La Boca, al fondo del barrio, muy cerca de la confluencia del Canal de Acceso con la desembocadura del río Colastiné.
En La Boca los lotes son un poco más amplios, arbolados e invadidos de plantas y flores que perfuman el paisaje y se mezca en la mañana con el olor a jabón, y en la tarde con el humo de las quemas. Como en el recitado de Argentino Luna, “todo es dulce de tan pobre” (El remate). Pero tras cada inundación la barranca cada vez más erosionada amenaza con quitarle belleza a este lugar que se ubica a minutos del centro de la ciudad pero parece secreto.
Al llegar al barrio ya se nota el cambio. Además del pavimento hay un nuevo jardín de infantes municipal, en la intersección de las calles Demetrio Gómez y Roberto Galarza, que alberga a 120 chicos de entre 45 días y 3 años de edad.
Al avanzar por Demetrio Gómez se pueden observar los negocios entremezclados con las casas de familia, algunas con patios al frente, galerías y mesas con sifones de soda para arrancar con algún vermut. Hay muchos quioscos y despensas, quizá sea el barrio con más quioscos de la ciudad. Cada tanto se ve un cartel que ofrece pescado fresco y como en la canción de Carneviva, otros dicen: “Se vende esta casa” (Magnífico Alto Verde).
Alto Verde tiene escuelas, centro de salud, un polideportivo y centros asistenciales como los de Los Sin Techo, entre otras instituciones. También cuenta con un complejo de cabañas y una guardería de lanchas privada. Hasta hace unos años atrás funcionaba en su límite Sur —hasta donde llega el colectivo de la Línea 13— el club de pesca El Pacú, cuyas instalaciones perduran pero no cumplen aquella función recreativa.
Festejos
Los actos organizados por la vecinal Pro Mejoras Alto Verde para este domingo comenzarán a las 10 con un desfile cívico desde el CAF hasta la sede de la vecinal. Luego, desde las 11, se realizará el acto protocolar en la vecinal, y por la tarde, desde las 15, está previsto un festival musical con grupos de baile de distintos géneros, del que participará La Voz del Pueblo (rap) y el cierre estará a cargo del Grupo Cali. También habrá una kermesse, una radio abierta y una feria de emprendedores.
Patrono
En Alto Verde descansan desde junio pasado los restos del padre Aldo José Büntig, sacerdote que también fue sociólogo y escritor, quien se ha convertido en algo parecido a un “Santo Patrono” en el distrito costero.
Büntig había llegado a Alto Verde en la década del ‘60. Por entonces nadie lo conocía, hasta que empezó a cambiar el barrio con acciones comunitarias concretas y así se metió en el corazón de la barriada. Las reliquias del sacerdote descansan hoy en la parroquia Jesús Resucitado que él mismo fundó en 1969. Fue el 24 de junio pasado cuando los vecinos lo recibieron con caravana y procesión como inicio de los festejos que se extendieron durante todo ese día.