Argentina, un gran "relato salvaje": en 4 de cada 10 situaciones hay agresiones en la vía pública
El 41% de los encuestados dijo haber sido testigo de actos de maltrato o agresión en el espacio público en los últimos 30 días. Un 62% de los conflictos ocurren en el tránsito, 59% en la calle y 34% en el transporte público. La incidencia es menor en el interior del país que en Buenos Aires.
El registro gráfico es de hace unos años, pero nada ha cambiado. En Córdoba, el conflicto de una empresa de transporte de colectivos terminó en un "piñas van, piñas vienen" entre choferes, peatones y automovilistas. Crédito: Archivo El Litoral
Quién no recuerda la película Relatos Salvajes (2014), donde se desarrollan seis historias distintas pero unidas por la misma temática: seres humanos que llegan al límite de sus emociones y racionalidad, luego de perder por completo los estribos. Cada secuencia del film termina con -o está cruzado por- el recurso de la violencia dentro de episodios cotidianos. Bueno pues: a veces la realidad se parece demasiado a la ficción.
Es que hace unos días, una consultora nacional especializada en encuestas sobre comportamientos y hábitos de los argentinos, mostró una radiografía de lo que nos pasa como sociedad, que pareciera vivir en un holograma que repite y repite, una y otra vez -como en La Invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares-, un relato salvaje. La consultora publicó un informe cuanto menos preocupante, y que es un diagnóstico del estado de crispación y agresividad social en el país.
Protagonistas "al borde". La película "Relatos Salvajes" fue rodada en 2014 y dirigida por Damián Szifron. El film cobra actualidad: una muestra de lo que nos pasa hoy como sociedad. Crédito: Archivo El Litoral
Sobre una muestra de 1.000 personas consultadas on line, el 41% de los encuestados dijo haber sido testigo de actos de maltrato o agresión en la vía pública en los últimos 30 días. En la discriminación por zonas geográficas, en Capital Federal y Gran Buenos Aires (GBA) se reportó la mayor incidencia de actos de agresión en la el espacio público, con un 49% y 48%, respectivamente. El interior del país, incluida la ciudad de Santa Fe, mostró una proporción más baja en el termómetro de la violencia, con un 38%. Igualmente, este valor sigue siendo elevado.
El Cuadro 1 muestra la distribución de los porcentajes por sexo, edad y región del país. Crédito: El Litoral
Otro elemento llamativo refiere a los lugares donde se han producido y se producen habitualmente estos actos de agresión. Así, la encuesta revela que la mayoría de los actos presenciados ocurrió en situaciones de conflicto de tránsito (62%), por ejemplo, entre conductores particulares o choferes de taxis, y en la calle (59%). En el transporte público se detectó un 34% de los episodios de maltratos; en centros de salud, 31%, y en los entornos administrativos (oficinas), 27%.
El cuadro 2 expresa la distribución por espacios donde más se manifiestan los maltratos y las conductas agresivas. Crédito: El Litoral
Un llamado de atención
¿A qué se debe este estado de crispación generalizada ante el otro? ¿Qué lecturas pueden hacerse? Para Constanza Cilley, directora ejecutiva de "Voices!", la consultora de investigación y opinión pública que realizó la encuesta, la cuestión de fondo encuentra la raíz en los problemas reales y cotidianos, que luego se manifiestan en conductas agresivas.
"Cuando nosotros le preguntamos a la gente cómo se imagina el país en los próximos diez años respecto de los principales problemas (seguridad, pobreza, empleo, sistema de salud), la mayoría piensa que en una década va a estar peor. Hay una gran incertidumbre, una sensación de desamparo; la gente está como resignada y muy frustrada: siente que todo el esfuerzo lo tiene que hacer en soledad, para llegar a fin de mes, para sacar a una familia adelante, para poder acceder a una vivienda. Es demasiada la presión", dice Cilley, en diálogo con El Litoral.
Es decir, la gente se siente en una olla de presión a punto de estallar, "y cualquier conflicto cotidiano que se pueda dar conduciendo un auto, realizando un trámite, durante una compra en el supermercado -etcétera), termina o puede terminar en un acto de agresión", agrega la directora. El limpio, toda la incertidumbre y la insatisfacción social se manifiesta en un comportamiento agresivo hacia el otro.
Salud mental
Y los más afectados por este malestar social generalizado son los receptores de esas agresiones y maltratos: "Hablamos de las personas que tienen puestos de atención al público, cajeros de supermercados, enfermeros… Ellos están sufriendo una presión extra, que es la de manejar toda esa insatisfacción social que les llega. Y nosotros les decimos a las empresas, organizaciones y Estados que es muy necesario armar protocolos de atención", subraya la directora.
Esto lleva a hablar de lo que dejó la pandemia: "Ansiedades, cuadros depresivos… Es clave, creemos, que se empiece a atender la salud mental de la población en serio, y dar herramientas de alfabetización emocional, para poder manejar las frustraciones, la ira, el enojo... Lo que vemos en anteriores estudios que realizamos es una preocupante afectación en la salud mental, fundamentalmente en jóvenes y mujeres. Esos son los segmentos que detectamos como los más dañados por la pandemia", cerró Constanza Cilley.
"Al límite"
"Sociedad al límite: maltrato y agresión en la vía pública", se denomina la encuesta desarrollada por "Voices!". En los datos procesados también se evalúan el género y poder adquisitivo. Así, tanto hombres como mujeres reportaron una incidencia similar, con un 41% en cada caso.
Respecto del nivel socioeconómico, se encontró que el maltrato y la agresión afectan transversalmente a todas las clases sociales. "Los segmentos ABC1 (Alta-Media-Alta); C2 (Media-Media) y C3 (Media-Baja) tienen una incidencia del 42%, mientras que aquellos sectores en el nivel socioeconómico más bajo (DE) mostraron una proporción ligeramente menor, con un 35%", precisa el informe.
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