Es santafesina, tiene sólo 22 años, toca el arpa y competirá en un certamen mundial
La joven artista fue seleccionada para estar en el USA International Harp Competition, una de las dos "mecas" de los arpistas nóveles. Tocará su instrumento y se medirá con 47 colegas de todo el mundo. Es la única representante del país y de Sudamérica. Estudia desde los ocho años y el arpa es su pasión.
La joven, en plena ejecución arpística. Foto: Gentileza
Florencia Arizpe David tenía siete cuando fue con mamá a ver un concierto de la Orquesta Sinfónica Provincial. Y ocurrió quizás una epifanía de vida: la niña de aquel entonces vio entrar al escenario un arpa imponente, dorada, preciosa. Fue en ese momento que decidió estudiar ese instrumento, y nunca paró. Hoy tiene 22 años y fue seleccionada para participar de uno de los dos certámenes más importantes a nivel mundial: el USA International Harp Competition, una suerte de "meca" de los jóvenes arpistas de todo el mundo.
El evento comenzará el próximo 29 de junio, y durará 10 días. Allí, Florencia deberá tocar un repertorio para arpa delante de un jurado de ilustres. Y se medirá con otros 47 colegas de todo el mundo: pasó el proceso de selección final y está habilitada para viajar a los Estados Unidos. Es la única representante del país y de Sudamérica en el certamen, y es santafesina.
"A nosotros nos gusta referirnos a este concurso como las Olimpíadas del Arpa. Porque es muchísima la exigencia de obras que se requieren, y son cuatro etapas eliminatorias. Se demanda una preparación de dos años para participar, y es un evento que se realiza cada tres años", cuenta la joven, en diálogo con El Litoral.
En el concurso internacional Arizpe David deberá tocar tres obras en la primera etapa; en la segunda, otras tres obras impuestas, y en la tercera, a las obras a interpretar las elige cada arpista participante. Es un recital de 40 minutos, y lo último es un concierto con orquesta. Así de exigente es la competición.
Dorado y negro, imponente. Florencia posa junto a su gran pasión: el arpa. Foto: Gentileza
Su vida y formación
Florencia Arizpe David nació en el barrio Sargento Cabral, cerca de La Redonda. Su infancia se dividió entre México y Argentina (su padre es mexicano, y su madre argentina). Vivió gran parte de su infancia en aquel país. A sus 6 años, la familia decidió asentarse de forma permanente en Santa Fe. "Mi papá la conoció a mi mamá cuando la vio tocando piano en un hotel mexicano, así que me gusta pensar que hasta la música fue lo primero que los unió", revela la joven, en todo amoroso para con ellos.
Claro: ella integra una familia de músicos: su mamá era pianista, su papá también (más cercano al jazz de improvisación). "Ya desde chiquitos, ellos nos inculcaron a mis hermanos (uno toca el violoncelo, el otro el violín, y el tercero la flauta y la guitarra) y a mí el arte y la pasión musical", relata Florencia. La joven empezó a estudiar formalmente arpa con la profesora Marcela Méndez cuando era una niña de 8 años, en la Escuela Provincial de Música 9901.
-El arpa es un instrumento muy hermoso por su sonoridad pero poco conocido por la gente. ¿Cuáles son sus secretos y qué repertorios se tocan?, le preguntó El Litoral a la Arizpe David.
-Hay muchos tipos de arpas. Yo me formé con el arpa de pedales, que es el instrumento más grande en tamaño. Por lo general se aprende con música académica, sinfónica. Y con respecto a los compositores, están Henriette Renié, que es una arpista clásica y está dentro de mi preferidas; también Jean-Michel Damase.
Pero el abanico es amplio: estoy practicando "Libertango", de Astor Piazzolla. La gente no lo sabe, pero con el arpa se pueden abordar muchos géneros populares. Es un instrumento tan rico en sonidos, en colores. Se puede tocar música pop, tango, música clásica, siempre que haya arreglos para arpa.
Florencia David en pleno concierto. Foto: Gentileza
La rutina
Florencia da clases de arpa los lunes, en la Escuela de Música, además de estudiar el instrumento. "Mi vida cambió mucho con la preparación para este concurso internacional. Este año me demandó muchas más horas estar sentada delante del arpa practicando y estudiando", dice. Pero hay otra clave.
Tres días a la semana, Florencia se dedica a hacer actividad física. "¿Sabés por qué? No sólo por llevar un estilo de vida saludable, sino también porque el arpa te exige mucho a nivel físico. Es un instrumento grande, pesa unos 40 kilos, y por eso te demanda estar bien de la espalda, de la columna y los brazos", cuenta.
¿Y cómo es la rutina de vida con toda una familia de músicos? "Es muy provechoso porque claro, se habla y se respira música todo el tiempo. A veces vienen 'recomendaciones' del tipo: '¡A ese pasaje lo tenés que estudiar más lento'! (explota con una sonrisa)".
Foto: Gentileza
Pero más allá de esas cuestiones bien íntimas y domésticas, "es muy bueno escuchar la opinión de otro músico y que toca otro instrumento. Sinceramente, soy muy afortunada de tener la familia que tengo, que me apoya todo el tiempo, y que le da mucha importancia a la formación musical y artística", subraya la joven. Pronto llegará la competencia y deberá dar lo mejor de sí.
Por último un agradecimiento: "Todo mi trayecto con el arpa hubiera sido realmente imposible sin el apoyo de la Escuela de Música 9901 y, sobre todo, de mi profesora Marcela Méndez, quien fue acompañándome tanto a mí como a todos los arpistas estudiantes de la región. Gracias a ella hoy existe la Asociación Civil Amigos del Arpa, una agrupación que busca fomentar la educación de jóvenes arpistas a través de diversas iniciativas (masterclasses, seminarios, becas de estudio, entre otras)", concluye.
Sobre el certamen
El USA International Harp Competition (Competición Internacional de Arpa de los Estados Unidos) es un concurso que se realiza cada tres años, patrocinado exclusivamente por la Jacobs School of Music de la Universidad de Indiana en Bloomington, y Lyon & Healy Harps. La competencia reconoce los logros y fomenta las carreras de jóvenes arpistas talentosos en todo el mundo.
Fundado en 1989 por Susann McDonald, arpista de renombre mundial y profesora emérita de arpa en la Universidad de Indiana, el Concurso Internacional de Arpa de Estados Unidos está abierto a arpistas de todas las nacionalidades entre las edades de 18 y 32 años.
Durante la competencia de diez días, los concursantes compiten en cuatro etapas: las dos primeras etapas consisten en repertorio requerido, la tercera etapa es un programa en solitario de 40 minutos de la elección del concursante, y la cuarta etapa cuenta con los tres finalistas que realizan un concierto de arpa acompañado por la Escuela Jacobs de Música Filarmónica, en el Centro de Artes Musicales de la Universidad de Indiana.
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