Conocidas las estadísticas del Registro Civil de Santa Fe de 2020, en la que se advierte un descenso de nacimientos y un aumento de defunciones en toda la provincia, el psicoanalista Mariano Dicosimo (MP 1618) afirma que "es común escuchar que la rutina, el trabajo y la crianza de los hijos incide en las posibilidades de intimidad de una pareja. Esto es cierto, la familia como función es competidora de la pareja, porque una buena parte de la líbido es canalizada como deseo y amor a los hijos y al proyecto laboral. Pero no se puede pensar que el aumento de posibilidades de encontrarse sexualmente debido a una pandemia va a aumentar el deseo. Quizá todo lo contrario, porque el deseo no se nutre tanto de las posibilidades, como de la imposibilidad. Por eso los amantes suelen ser más apasionados que los matrimonios".
"Ahora, el deseo sexual no equivale al deseo de tener un hijo -continúa su argumentación Dicosimo-. Muchas parejas que son activas sexualmente optan por postergar ese tránsito hacia la paternidad/maternidad".
-¿Que incide a la hora de tomar la decisión de ser padres o madres?
-La incertidumbre laboral y económica es otro factor que incide en que cierto sector de la sociedad no proyecte la llegada de un hijo. Pero no todos los sectores de la sociedad piensan a los hijos como el resultado de una estabilidad.
Por el contrario, los sectores más vulnerables encuentran en los hijos quizá la única posibilidad de acceder a algo propio, y entonces el valor subjetivo que adquieren los hijos ya no está tan sujeto a variables económicas.
-¿Cuáles son las pistas o señales que nos brinda la realidad para hacer esta lectura?
-Algo de esto también se puede leer a través del humor. Hace un año advertíamos que los "memes" que aparecieron con la pandemia hacían referencia a la intolerancia hacia las personas cercanas (parejas), y sobre todo a los niños (hijos), con quienes habría que lidiar todo el día. Se puede decir que en clave de humor la sociedad ya anticipaba lo que se venía.
-Las estadísticas siempre nos dicen algo de lo que somos, ¿qué nos están diciendo ahora?
-Quizá la baja en los índices de natalidad también es una demanda social, de un sistema que puede estar advirtiendo una crisis en la productividad mundial. Nos sentimos menos productivos, y proyectamos esa merma en otros aspectos de nuestras vidas -finalizó Dicosimo.