El Litoral
Fue planeado a fines de 1927 y su construcción finalizó en 1934. En 1935 se realizaron las pruebas con formaciones. El poco uso derivó en un posterior desmantelamiento.
El Litoral
A raíz de una nueva intención de refuncionalizar los viejos pilares del antiguo puente ferroviario sobre la Laguna Setúbal, vale realizar un breve repaso histórico sobre su construcción y su posterior abandono.
Planeamiento y construcción
De acuerdo a la descripción que realizó Andrés Andreis (miembro del Museo Ferroviario Regional de Santa Fe) en una nota publicada en El Litoral en 2013, el puente comenzó a gestarse a fines de 1927. “El plan se ejecuta a solicitud de la Dirección General de Ferrocarriles, dependiente del Ministerio de Obras Públicas de la Nación. La Compañía francesa -no muy convencida de esta empresa- se lanzó a la tarea de proyectar y construir el más bello y sólido puente ferroviario que se levantara por aquellos años”, destaca Andreis.
Para 1929, la Compañía del Ferrocarril Santa Fe contrató a la firma alemana Dyckerhoff y Widmann para realizar la obra. Ese mismo año comenzó la construcción de dos estribos (lados este y oeste), y tres pilares entre ambos extremos. “Todo a base de cemento sobre fundaciones de aire comprimido, en cajones realizados a tal efecto. Cada uno de los cuatro tramos, portaba una estructura de hierro de 101 metros. Estas moles de 440 toneladas por pieza, fueron encargadas a la empresa Daydé de París”, explicó.
De acuerdo al repaso de Andreis, entre 1933 y 1934 llegaron a la ciudad de Santa Fe los tramos de lo que sería la flamante conexión ferroviaria. “Todas estas estructuras metálicas fueron recibidas e inspeccionadas por las autoridades del ferrocarril francés, y entregadas a la firma alemana responsable de la obra y montaje del puente. A finales de 1934, concluyen los trabajos de construcción y, en febrero de 1935, se realizan las pruebas de carga con trenes y locomotoras”, detalló.
Poca utilización y desmantelamiento
En el mismo artículo (titulado "Los puentes sobre la laguna Setúbal", donde además se describen otras dos conexiones ferroviarias sobre el río), Andreis afirmó que “pese a realizarse una obra con altos rendimientos técnicos, no se la utiliza en forma regular para los fines que fue concebida, ni se tiene conocimiento de diagramas especiales de corrimientos de trenes hacia Colastiné y Rincón. Hasta se hicieron estudios para transformarlo en puente carretero, cuyos resultados lo dieron apto”.
El principio del fin de este puente se dio cuando a mediados de 1943 la Compañía francesa del F.C. Santa Fe realizó una operación de venta con los Ferrocarriles del Estado, cediendo los cuatro tramos de hierro del puente para ser utilizados por la empresa del Ferrocarril Trasandino.
“Un año después, las estructuras metálicas habían sido trasladadas a Mendoza. A partir de entonces sólo divisamos los pilares y estribos de lo que fuera el último puente ferroviario sobre la laguna Setúbal”, culmina la nota.