"Canilla Libre" para adolescentes: las fiestas fuera de la ley que están de moda en Santa Fe
Con intervención del MPA, la Secretaría de Control de la Municipalidad desactivó un evento el fin de semana mientras se desarrollaba. Había más de 200 chicos menores de 18 años. Pospandemia, la situación se agravó. Cómo es el modus operandi para organizarlas y qué rol juegan los adultos ¿responsables?
Mientras en el ámbito legislativo municipal se debate una ordenanza que organiza la actividad nocturna en la ciudad, proliferan las fiestas para adolescentes de entre 13 y 17 años, con el incentivo y promoción de "Canilla libre": expendio, sin límites, de bebidas alcohólicas para menores facilitado por adultos. Los hechos configuran delitos penales que establecen penas de prisión, inhabilitación de establecimientos y multas pecuniarias (Ley 24.788).
La investigación periodística de El Litoral y FM Sol 91.5 (*) se inició en agosto de este año. El sábado 13 de ese mes se realizó en los salones de "Monumental VIP" –San Luis 2880 de la ciudad de Santa Fe-, una fiesta para adolescentes, con el incentivo y promoción de "Canilla libre" que terminó con imágenes dantescas en la puerta y los baños del salón.
La denuncia periodística derivó en la suspensión de los "canilla libre" para menores, programadas por parte de un conjunto de salones que promovían estas propuestas. No obstante, la siguiente fiesta, "Blood", siguió recibiendo las transferencias y mudó la dirección a un salón en la zona de la costa. Misma propuesta, mismo método de recaudación.
Seducidos por los montos recaudados –entre 2 y 3 millones de pesos por noche- y concurrencia de más de 400 pibes en espacios ampliamente sobrepasados y camuflados como "festejo de cumpleaños", los padres decidieron continuar la saga y promovieron otro "canilla libre", en apariencia organizado por estudiantes de un colegio privado del norte de la ciudad.
La fiesta "Flow", se realizaría el sábado 8 de octubre en los salones de "Canillitas" en Colastiné Norte. La intervención de la fiscal del MPA, Dra. Laura Marti, y la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana de la Municipalidad, lograron desactivar el evento.
El acta de infracción que labraron las autoridades en el evento desarticulado este fin de semana.
No obstante, las autoridades quedaron atentas a este tipo de propuestas ilegales para adolescentes –no clandestina-, y el viernes 7 de octubre fue desarticulada otra fiesta de "libre alcohol" para menores que se realizaba en el salón del Centro Español en plena peatonal santafesina.
Personal policial y de Control municipal intervinieron en el local y se pudo constatar la presencia de menores, el expendio de bebidas alcohólicas a niños y niñas. Se labró un acta de infracción que incluye la resistencia a la inspección por parte de jóvenes que se encontraban en el lugar.
Padres detrás
La fiesta, con adolescentes como supuestos organizadores, debía ser pagada mediante transferencia bancaria, tal cual se observa en la captura de pantalla que se adjunta en esta nota. La cuenta asociada refiere a un CVU (Clave Virtual Única) perteneciente al titular de una billetera de la empresa "UALA". Esta app permite la entrega de tarjetas a menores –mayores de 13 años- con autorización expresa de sus padres. Para realizar la adjudicación al menor, de esa cuenta, se requiere generar un CUIT, requisito excluyente por la empresa de pagos. Para este trámite, en la AFIP, se debe presentar el DNI del menor y CUIL o CUIT del padre/madre biológica o padres adoptivos, según corresponda.
Las entradas, en cuestión, oscilan entre el precio inicial de $ 1.800 y el del propio día de la fiesta: $ 2.800. La concurrencia estimada, por evento, es de entre 400 y 450 adolescentes.
La investigación periodística pudo comprobar el "modus operandi" de padres adultos que utilizan de "frontis" a sus propios hijos, menores de edad, para realizar una actividad ilegal, cómo lo es una fiesta con expendio de bebidas alcohólicas a menores, encubriendo la responsabilidad penal, fiscal y comercial.
La seguidilla de "Canilla Libre" para adolescentes publicitadas por redes sociales detectadas por la investigación, que derivaron en la desactivación por parte de la Municipalidad y la policía provincial. Hoy el Ministerio Público de la Acusación investiga a los mayores de edad detrás de las cuentas virtuales que comercializaban los eventos , los salones alquilados y un movimiento de dinero importante detrás de estos.
Padres delante
En la tarea de recolección de testimonios, se evidenció una realidad que está por delante de cientos de adolescentes asistiendo a los "canilla libre" que, en muchos casos, es ignorado por sus padres y en la mayoría se reconoce y naturaliza.
I.G. contó: "Mi hija tiene 14 años, la dejé ir a una de esas fiestas, yo no sabía la modalidad, pero cuando llegué a buscarla y vi la cantidad de nenes tirados –porque eran apenas unos nenes-, en las adyacencias del salón, me asusté mucho. Siento que no estuve atenta, hice la transferencia a ciegas sin darme cuenta lo que decía el flyer de 'Canilla Libre´. Ella misma no quiso seguir yendo porque estuvo más de enfermera de amiguitas que divirtiéndose".
Por su parte L.N., padre de Agustín de 15 años, confesó: "Sí, sé cómo son estas fiestas. El mío me ganó por cansancio, me insiste con que los amigos van y él no quiere quedar afuera. Si se lo prohíbo me hace un escándalo y no me habla en toda la semana".
"Todos fuimos jóvenes alguna vez y yo no soy un papá 'ortiva'. Está conmigo los fines de semanas, si se la tiene que dar en la pera que se la dé, es la vida. Se levanta a las 3 o 4 de la tarde el domingo. Nos vemos poco, prefiero que no estemos a los gritos", explica R.L. padre de un chico de 16 años.
Así, lo que se puede percibir en las entrevistas con los padres, es una suerte de "alteración" de roles en que, por culpa o comodidad, son los padres quienes temen el enojo de sus hijos y no a la inversa. Existe también un cansancio generalizado por una post pandemia que encuentra saturada a las relaciones filiales.
Sea como sea, lo que nadie puede explicar es la situación que, de no poder salir ni para ir a la escuela - luego de la cuarentena y los paros- se pase a una habilitación ilimitada para consumir alcohol y lo que venga detrás.
"La verdad es que, por lo menos mi piba, no necesita que sea ´Canilla Libre´ para ir a una de estas fiestas, pero me dice que si no fuese así no va nadie… yo no creo que sea eso, en todo caso es barato para el que organiza porque con bebidas fuertes y gaseosas los pibes 'quiebran' enseguida", explica Rubén.
La investigación
Tanto desde la Municipalidad como desde el MPA, se vieron sorprendidos de la proliferación de estas propuestas que no cuentan con habilitación, precisamente, porque son ilegales, con grandes recaudaciones en negro y con un método de movimiento de dinero fácil de detectar, incluso, por las cuentas de menores. Claramente, tienen un movimiento dinerario comercial que no tributa como tal. Es un acto, cuanto menos, temerario por parte de los adultos "responsables".
A partir del trabajo periodístico, hubo un abocamiento de las autoridades de aplicación que tienen, por objetivo, detener la multiplicación de actividades nocturnas al margen de la ley, la salud pública y las ordenanzas, y librar actuaciones para determinar las responsabilidades penales de los adultos que utilizan de "frontis" a sus propios hijos para hacerse de sumas importantes de dinero.
Adultos organizadores, tanto como padres de quienes concurren, pertenecen – mayormente- a estamentos sociales medios y altos, por lo que supone mayores recursos culturales e intelectuales como para comprender la gravedad de incentivar al consumo y la afectación a la salud integral de sus propios hijos.
Los registros audiovisuales y la investigación periodística pudieron develar los nombres y apellidos detrás de estas actividades. Más allá de la impugnación moral, estas conductas conllevan una sanción penal, dineraria y administrativa e involucra, como testigos, a padres de concurrentes que serían citados como testigos.
*Equipo periodístico de "Un día Perfecto" (Sol 91.5 y Cable & Diario de 14 a 18) Integrado por Martin Speratti, Manuel Olcese, Laura Kretschmen, Macarena Cáceres y Pablo Benito.
El último hecho
En la madrugada del 08 de octubre, alrededor de las 2 am, personal de la Secretaria de Control y Convivencia Ciudadana de la Municipalidad de Santa Fe sancionó y desarticuló un evento bailable del tipo "canilla libre" sin ningún tipo de autorización municipal en el salón ubicado en la planta alta del Centro Español en San Martín N° 2219.
Intervino personal de la Dirección de Control y de la GSI, se solicitó apoyo policial al 911 y se hizo presente un móvil que colaboró con el desalojo del lugar.
Desde el área de control municipal explciaron que "la particularidad del evento que habría sido publicitado por redes sociales es que de acuerdo a lo manifestado por los inspectores de la Dirección de Control había gran cantidad de menores de edad. Incluso el que se presentó como organizador era un masculino de 18 años de edad. En el lugar había unos 220 jóvenes y muchos seguro eran menores de edad".
"En este tipo de eventos se encuentran mayoría de jóvenes menores de edad, y donde consumen bebidas alcohólicas. Esto nos genera mucha preocupación y alerta. Son jóvenes menores de edad y no pueden no estar preparados para beber alcohol y lo que ello puede conllevar. De hecho durante el operativo de control algunos de los jóvenes intentaron obstaculizar el procedimiento de control", dijeron desde la repartición municipal.
"Apelamos también a la responsabilidad de los padres que no sabemos si les permiten o desconocen que sus hijos menores de edad asisten a este tipo de fiestas. Las cuales obviamente no tienen ningún tipo de autorización municipal. Nuestro trabajo como Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana es tratar de detectar estos eventos, sancionarlos y desarticularlos. En la semana evaluaremos que otras sanciones pueden tomarse en razón de la gravedad del caso encontrado", finalizaron las autoridades.