Un grupo de trabajadores terminaba este martes su jornada laboral en un predio privado ubicado a orillas del río Paraná, en la localidad entrerriana de Villa Urquiza. Antes de emprender el regreso hacia sus hogares observaron en la rama de un sauce a un carancho (Caracara plancus) que colgaba moribundo.
El grupo de herreros logró desenredar las tanzas de pesca y cortar el anzuelo del pico del ave. Foto: Gentileza Iván Viera
De inmediato buscaron la forma de llegar hasta el ave para rescatarlo. No fue una tarea sencilla porque la rama caía para el lado del río y el grupo no contaba con embarcación para llegar por agua. Ricardo, uno de los trabajadores tomó coraje y trepó al árbol hasta llegar al pájaro que ya no encontraba la forma de liberarse.
"El pobre animal estaba luchando por volar pero cada vez se enredaba más. Hasta que se cansó y quedó colgado del todo, yo pensé que ya se había muerto", contó Iván Viera, uno de los trabajadores, en diálogo con El Litoral. En el último intento de llegar hasta la rama, con un palo lograron enganchar la tanza de pesca y llevaron al carancho hacia la costa donde realizaron los últimos trabajos para salvarlo.
Al tenerlo en sus manos, junto a Ricardo que lo sostenía, los hermanos Sebastián y Gustavo Viera cortaron las tanzas que enredaron todo el cuerpo del ave y pudieron desengancharle el anzuelo que estaba clavado en el pico. "Fuimos como el ´ángel` del bicho. Fue mucha la emoción de vivir semejante momento", señaló Iván, quien se encargó de filmar y sacar fotos para inmortalizar un recuerdo que les quedará para siempre.
El carancho, ya sin rastros de la contaminación humana en su cuerpo, voló hacia el sector de las barrancas para seguir con su vida en un ambiente que le impone cada vez más escollos para su supervivencia.
En los últimos años, este medio publicó varios artículos en los que se evidenció la relación tóxica que existe entre la contaminación y la fauna. Martín Blettler, doctor en Ciencias Biológicas e investigador independiente de Conicet, estudia hace varios años la presencia de plásticos que llegan a los ambientes acuáticos.
Estos plásticos, además de haber sido hallados en el tracto digestivo los peces, se los encontró en los nidos que construyen las aves. "Basados en el concepto de ciencia ciudadana, de forma colaborativa hemos registrado al menos 44 especies en nuestra zona que han creado algún tipo de relación tóxica con los plásticos. Aves enredadas, o peces que los ingieren, u otros que los usan como soporte para anidar. Del total de los registros, un 60% de los casos tuvo un desenlace fatal", remarcó Blettler a este medio.
El rescate de este carancho en Villa Urquiza es un claro ejemplo de esta relación que afecta a la rica fauna que habita en los ambientes naturales que nos rodean y sirve como llamado de atención para tomar conciencia y evitar dejar residuos en zonas indebidas.
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