El pulmón verde del oeste de la ciudad de Santa Fe
De cementerio y vivero a parque: El "Garay" cumple 80 años
Fue inaugurado en noviembre de 1939. Fue remodelado en 1987 y puesto en valor en varias oportunidades. Es uno de los espacios públicos más tradicionales de la capital provincial.
“No obstante a su categoría urbana, Santa Fe no contaba hasta ahora con un sitio de la amplitud que debe reunir un parque público”, relataba una crónica de Diario El Litoral el sábado 18 de noviembre de 1939. En la oportunidad se hacía referencia a la inauguración del Parque Garay. La crónica de aquel momento explica que la obra de un parque de importantes dimensiones era reclamada por la sociedad y la prensa santafesina.
Archivo El Litoral
Foto: Archivo El Litoral
En la misma nota se destaca que a los trabajos lo inició la gestión de Urbano Aguirre a mediados de la década de 1920 pero recién se culminaron en el ‘39. “Como testimonio de su iniciativa quedaron algunas pérgolas, un lago artificial y puente. Construcciones todas que no tardaron en sufrir los efectos del abandono”, cuenta El Litoral. En esa misma nota periodística, se desprende: “La sanción de la ley provincial 2466 sobre construcción de parques en las ciudades de Rosario y Santa Fe (...) dio al gobierno el instrumento necesario para realizar una obra de larga data reclamada”.
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Pese a estar prevista para el domingo 19 de noviembre de 1939, el acto oficial debió trasladarse al sábado 25 por las inclemencias en el tiempo. Un día después, El Litoral tituló: “Un magnífico espectáculo constituyó la inauguración de las obras del Parque Garay”. En el copete de ese artículo se destaca algo no menor: la cantidad de vecinos que asistieron. “Pocas veces se ha visto en Santa Fe una muchedumbre tan grande como la de ayer, en el gran paseo público del Oeste”, describió este diario el domingo 26 de noviembre del ‘39. En esa crónica se especula con que unas 40 mil personas dijeron presente aquel día.
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Foto: Archivo El Litoral
Sobre sus características, este medio relató que su estructura organizativa principal proviene de los tipos de parques y jardines de fines del siglo XIX. “La pérgola y amarradero, con los sauces inclinados sobre el lago, constituyen uno de los poéticos rincones del parque”, contaba este diario en uno de los epígrafes de fotos. Además, se describe: “Sobre el eje de la calle Suipacha (actualmente Salvador Caputto) el mástil de la bandera alza su airosa columna. Los elementos decorativos que lo rodean, le comunican con un sello original”. Otro dato de la época, se comparaba la fuente de calle Junín con “una visión de los jardines de Versalles”, con 100 chorros de agua que alcanzan los 20 metros, tejiendo “un finísimo encaje” y una iluminación que cambia de tonalidades automáticamente.
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Antes, un cementerio
Más atrás en el tiempo, en los terrenos que hoy ocupa el extenso parque del oeste de la ciudad de Santa Fe, funcionó un cementerio.
A mediados de la década de 1870 se estableció un nuevo cementerio público de carácter municipal en la zona de lo que hoy son las calles Bulevar Zavalla y Crespo, en la cabecera este de lo que posteriormente sería el parque. También en ese sector se abrió un cementerio católico.
En una nota publicada por El Litoral en noviembre de 1999 titulada “Donde descansan los muertos” se explica que ese enterratorio debió ser trasladado a otro sector de la ciudad capital por “razones de salubridad pública y el deterioro que provocaban los desbordes del río Salado”. Y fue entonces, para 1918, las autoridades decidieron reconvertir la zona en un jardín botánico.
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En los ‘80, la remodelación
Para 1987 el parque sufrió importantes cambios, siempre atendiendo a las demandas de la época. Según los registros de El Litoral, se construyeron un velódromo, zonas de camping, piletones y fuentes, juegos y un pequeño anfiteatro. También se repararon puentes, embarcaderos, glorietas y pérgolas.
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En los 90, obras y el centro de educación vial
En la gestión de Horacio Rosatti en la ciudad se realizaron obras de limpieza y de mejoras en el entorno al parque. También se destaca la inauguración del Centro de Educación Vial en junio del ‘96.
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Así lucía el parque, en el 2003 con la inundación. Foto: Archivo El Litoral
En el 2009, la puesta en valor
Pasaron más de 10 años para que el Parque Garay vuelva ser foco de refacciones y limpieza. Para el 20 de junio de 2009, la gestión de Mario Barletta presentó las tareas de limpieza y embellecimiento del espacio público. Así lo destacó El Litoral: “Tras varios años de abandono, de camalotes cubriendo por completo los lagos, de piletones en mal estado y de fuentes sin funcionar, el 20 de junio el Parque Juan de Garay, definido por los vecinos de la zona como el corazón verde de barrio Roma, volvió a brillar, a reunir familias enteras que habían decidido dar un paseo por algún lugar de la ciudad, a emocionar a personas mayores que de adolescentes concurrían a los tradicionales “asaltos” que organizaban los distintos grupos de jóvenes y a sorprender a chicos que no lo conocían y nunca habían oído hablar de él. (...) Sólo fueron necesarios seis meses intensos de trabajos por parte de personal municipal y beneficiarios de planes sociales”.
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Los botes, un clásico del parque
El esplendor del Garay perduró unas cuantas décadas. Muchos santafesinos recuerdan haber pasado su infancia navegando en los botes a pedalera, contemplando los gansos y disfrutando de los cuidados jardines. Sin embargo, con el correr de los años los animales fueron desapareciendo (generando repudio de vecinos) y los botes quedaron olvidados.
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Foto: Archivo El Litoral
La basura y la inseguridad, el lado oscuro del parque
El Parque Garay también tiene su lado oscuro.
Por un lado, los malos hábitos de la comunidad hacen que se acumule basura en diversos sectores del extenso predio que ocupa el espacio público. Los más notorios son los piletones cuando acumulan residuos de todo tipo y generan contaminación. Ejemplos hay varios y se pueden encontrar en crónicas urbanas publicadas por este medio.