A un año de la implementación del método de sustitución de huevos fértiles por otros artificiales (de yeso), desde el municipio evalúan que resulta efectivo para controlar la sobrepoblación de palomas. Se registra una reducción del 90 ó 95% de nacimientos y, además, las aves están más sanas, en buenas condiciones y hay menos pichones con signos de viruela, que es la enfermedad predominante en el verano.
En el Palomar se recolectan actualmente entre 50 y 70 huevos por semana cuando en invierno se sacaban 20 huevos fértiles semanalmente. Ahora que las palomas volvieron al Palomar y están mejor alimentadas -también por la gente que recuperó la costumbre de visitar el lugar-, se reproducen más; además de que es época alta de posturas de huevos.
Franco Ponce de León, secretario de Ambiente y Cambio Climático de la Municipalidad, aportó que los objetivos del programa que se plantearon van teniendo "resultados positivos". Mencionó que "uno de ellos es el cuidado de las palomas, la atención a la salud y reproducción de las mismas. También que el Palomar haya tenido estas obras de refacción, hace que las palomas vengan a este lugar a anidar y que cada vez vayan utilizando menos otros espacios públicos y edificios de la ciudad".
En ese marco, apreció que el Palomar de Santa Fe recuperó su impronta como lugar de visita de vecinos y turistas, dado que ahora "es un ámbito higienizado, limpio, hay personal que diariamente viene a atender a las palomas y a limpiar el sector", subrayó. Y añadió: "Vemos fotos continuamente que se saca la gente. Hoy nos vuelve a dar orgullo el Palomar de Santa Fe, que claramente es uno de los íconos, sabiendo que detrás hay acciones de cuidado, que se articulan con las asociaciones de defensa de las aves".
Aves más sanas, fuertes y menos viruela en pichones, es otro de los impactos de haber controlado la población y saneado el Palomar. Crédito: Mauricio Garín
Asiduamente, el personal pasa a revisar los nidos que tiene el lugar y, si hay huevos fértiles, los retira y los reemplaza por otros de yeso. Actualmente hay 130 nidos con palomas incubando huevos artificiales. Cuando el ave percibe que el huevo no va a prosperar -el caso del falso-, lo tira del nido. "Por eso, un dato curioso que se está dando es que ahora directamente no lo rechazan al huevo artificial sino que ponen, al lado, uno o dos huevos más y los empollan juntos. Asociamos a este comportamiento a que, como estamos en un período de altas tasas de reproducción, antes del mes ya está poniendo nuevos y siguen incubando todos juntos, incluido el artificial; no alcanzan a eliminarlo", señaló el veterinario Osvaldo Gil, encargado de cuidar y mantener El Palomar.
Triángulo
El trabajo de sustitución de huevos fértiles por otros artificiales es "como un triángulo", graficó Osvaldo Gil. "Tenés un vértice que es el conocimiento del manejo, alimentación, enfermedad de las aves. El otro es el trabajo diario, porque acá no hay fines de semana ni feriados, hay que ir todos los días a recorrer los nidos. Y el tercero es el manejo ético, que se desprende de lo anterior: si no tenés un conocimiento y un trabajo diario, nunca vas a terminar teniendo buenos resultados", explicó.
Estación Belgrano y pichones "adoptados"
Debido los buenos resultados del programa, el método de sustitución también se está aplicando en otros espacios, como la Estación Belgrano. "Hace un mes y medio que estamos trabajando allí. Hay palomas en el hall de entrada y en mayor número en la terraza y canaletas; están anidando en cualquier lugar que encuentran. También estamos haciendo sustitución, con recorridas cada 15 días para reemplazar los huevos fértiles por artificiales", dijo Gil, junto a Anahí Montiel, subdirectora de Salud Animal de la Municipalidad.
En este sentido, el veterinario habla de un "control ético" de la población de palomas, porque "lo hacemos con criterios y conocimientos. Por ejemplo, en la Belgrano las primeras veces que íbamos, nos encontrábamos con pichones, entonces los traíamos a los nidos del Palomar para que los adopten las otras palomas y los sigan alimentando", adujo.
Añadió que "empezamos con este método de sustitución como una urgencia y hoy ya es una forma de trabajo preventiva. El resultado que se está viendo es muy bueno, porque tenemos una cantidad fija de nidos y nosotros disponemos cuántos pichones queremos que nazcan, que es entre un 1 y 5%. Entonces el resultado es fenomenal".
Corto y largo plazo
Entre los efectos directos en el corto plazo, el veterinario dijo que las palomas están más sanas y en buenas condiciones, hay menos muertes y menos pichones con signos de viruela, que es la enfermedad predominante en verano porque la transmite mayormente el mosquito. "Es directo y positivo lo que ocasiona el reemplazo de huevos, porque si las palomas estuvieran en mal estado, el primer signo es dejar de reproducirse", remarcó.
Con todo este trabajo, desde el municipio se logró que la población de aves en el Palomar se mantenga. "Aumentó un poco, que es lógico porque vienen palomas de afuera, pero en general se mantiene. La disminución la va a dar el tiempo cuando las palomas cumplan su ciclo biológico, mueran y ya no haya tantas aves en las nuevas generaciones de pichones", cerró.
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