Viaje al corazón del nuevo Code, más cerca de ser la gran "meca espacial" de Santa Fe
La cúpula geodésica tendrá tecnología de última generación, con soporte de alimentación vía paneles solares y un sistema acústico especial, para lograr en el planetario una experiencia visual única del cielo. Provincia admitió que hubo demoras en los pagos, pero la situación "se está normalizando".
La imponente cúpula geodésica con los paneles solares, que servirán de sostén en la provisión de energía. Crédito: Pablo Aguirre
Uno va caminando por ese lugar lleno de tesoros astronómicos -hay libros del siglo XIX, miles de revistas y hasta un telescopio de 1912, bien guardados bajo siete llaves- y se encuentra con ladrillos por doquier, cascos de obreros, escaleras… Al levantar la cabeza puede verse la imponente cúpula geodésica, que cada vez parece agrandarse más y más: será el "techo" del planetario, donde la gente podrá disfrutar de una odisea espacial y virtual inmersiva.
La obra que dará origen al nuevo Centro Observadores del Espacio (Code) de Santa Fe, ubicada en la Costanera santafesina (Av. Alte. Brown al 4900), institución señera en la divulgación astronómica de toda la región y el país, está en un 76% de avance. De no mediar inclemencias climáticas prolongadas que ralenticen los trabajos, "podría inaugurarse antes de fin de año", se entusiasma el Prof. Jorge Coghlan, fundador, presidente y director de la institución.
El Centro pasará a ser ahora un "complejo múltiple", porque será observatorio astronómico, observatorio meteorológico, con una biblioteca pública y con un planetario. En superficie, el edificio se amplió dos veces más de lo que era el viejo Code. El Litoral se comunicó con la contratista Cocivial S.A., a cargo de los trabajos, para conocer más detalles del avance técnico de la obra. (ver más abajo, Avances Técnicos).
Había trascendido que la obra tenía demoras. Ante esto, El Litoral consultó a fuentes del Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat para saber si, en efecto, los trabajos en el Code tuvieron problemas en la remisión de desembolsos económicos: "La obra venía con una demora (en los pagos) propia de la situación macroeconómica actual, pero el viernes pasado (9 de junio) hubo un pago para comenzar a regularizar su situación", indicaron desde esa cartera.
"No hay mayores inconvenientes (sobre los trabajos en el nuevo Observatorio Astronómico). Sí hubo alguna demora en algún pago, pero es algo esperable por la situación de la economía actual. Hay otras obras públicas que sí tienen inconvenientes, pero no es el caso del Code, que si bien tuvo un retraso en los envíos dinerarios, no arrastra una deuda importante".
La escalera caracol que da a la planta alta, donde está una de las cúpulas tradicionales. Se hará otra escalera de bajada y habrá un ascensor transparente. Crédito: Pablo Aguirre
La cúpula y el planetario
De vuelta al nuevo Code, la cúpula geodésica cierra como "techo" el planetario a 167 grados, con lo cual un visitante tendrá la observación completa de un cielo virtual que vería desde un lugar perfecto. Es el domo principal bajo el cual va a estar la pantalla en la cual se harán las proyecciones.
Además, al quedar cerrado el planetario, justamente por el sistema especial de acústica cuadrafónica que se colocará, no se escuchará ningún sonido del exterior, ni siquiera de la Costanera Oeste, que está a pocos metros. El dispositivo de sonido ya se estaba instalando, al igual que el proyector con la pantalla.
Dentro del planetario, el tapizado del piso está puesto. Y se estaban colocando unas 70 butacas rojas (con inclinación de 13 grados, para que los visitantes puedan estar cómodos mirando hacia arriba, es decir, hacia el domo con la pantalla).
La pantalla tiene un detalle moderno: "Para que no haya ningún defecto visual, se infla. Tiene un bombeador de aire que hace que se estire bien al momento de cada sesión del planetario, y de esa manera habrá una reproducción virtual exacta del cielo, de la vía láctea, de las estrellas...", dijo el reconocido divulgador.
El proyector es un dispositivo de última generación que se fabrica especialmente para planetarios: "Tiene una lente que no distorsiona ni un ápice las imágenes reproducidas del horizonte al cenit", agregó. Será lo más parecido a estar en medio del campo, sin luminarias alrededor que interfieran la visual: la reproducción virtual del cielo será perfecta.
Así está quedando la entrada a lo que será el remodelado Code. Crédito: Pablo Aguirre
El nuevo auditorio
En la planta baja, se está terminando un patio cerrado con vista a la laguna Setúbal. Y el tradicional salón de exposiciones -la Expo Espacio- se amplía un 50% más. Este lugar se está modificando para hacer allí un único salón grande con un anexo: la ampliación que se está ejecutando es hacia el lado norte, y el lugar se utilizará como el nuevo auditorio.
A su vez, el "viejo" auditorio, donde el Code dictaba sus talleres y congresos de astronomía, se mudará a otro lugar muy espacioso donde funcionarán la biblioteca -hay más de 3 mil libros de astronomía, y un fichero con 10 mil revistas especializadas de las décadas del '40 al '60-, más el salón de las maquetas: "Tenemos más de 350 maquetas en miniatura de toda la era espacial: naves, cápsulas, transbordadores. Está toda la historia de la astronáutica aquí", subrayó Coghlan.
En la planta alta del complejo, las tres terrazas se unificaron y quedaron niveladas. La visual del espejo de agua de la Setúbal es inmejorable: allí están las dos cúpulas tradicionales y la imponente geodésica. Las dos cúpulas antiguas quedarán como un valor patrimonial del lugar.
Una apostilla: "En la vieja cúpula que da hacia el norte, tenemos un telescopio inglés original que data de 1912. Una joya", subraya el experto en astronomía. Fue el primer telescopio que tuvo el Observatorio Municipal de Rosario, y que luego se le donó al Code.
Otro atractivo: habrá un ascensor transparente exterior. "Cuando la gente suba a la terraza, podrá observar todo el panorama del edificio y de la Costanera. No sólo servirá para personas con alguna discapacidad, sino también para visitantes de edad mayor, e incluso para nosotros, en los casos en que sea necesario subir o bajar algún telescopio", explicó Coghlan.
También habrá otra escalera, además de la bella escalera caracol que está en el patio de entrada al predio. Esta nueva escalera servirá principalmente para recibir a los numerosos contingentes de alumnos, y así para agilizar el tránsito hacia arriba y hacia abajo.
Así está quedando por dentro el planetario. Ya se adquirieron las butacas.
Avances técnicos
Una alta fuente de la empresa Cocivial S.A. puntualizó a este diario que el avance de la obra global del nuevo complejo del Code está en un porcentaje de avance de un 76% (a fines de mayo), y que se culminaría cerca de final de año. El monto global de la inversión es de unos 220 millones de pesos.
Respecto de las intervenciones que faltan, explicó que la obra, por su complejidad, "está dividida en dos: primero, la parte de la sala de proyección (el planetario en sí mismo) y una nueva sala de exposición, que junto con los baños públicos es en lo que se está trabajando ahora. Aquí se está avanzando. Y segundo, la sala de exposición antigua (Expo Espacio), que será ampliada, es lo que falta. Esto surgió por modificaciones que se fueron haciendo al proyecto original".
El proyector estaba siendo instalado. Tiene un costo muy elevado por su tecnología de última generación. "Además, ya llegaron las butacas, y el tapizado para el piso ya está puesto. Quedan cerrar detalles menores dentro de la sala de exposición, terminar los baños y todo lo que son equipos de aire acondicionado, con la correspondiente instalación. Todo va marchando muy bien", subrayó la fuente de la empresa consultada.
El "Profe". Jorge Coghlan, director del Centro de Observadores del Espacio, posa delante de la cúpula. Crédito: Pablo Aguirre
"Se agrandó el elefante"
"Acá en el Code, el 'elefante' se hizo muy grande ya -bromeó con orgullo Coghlan-. Hay que reconocer que el gobierno provincial ha aceptado las modificaciones que nosotros pedimos, incluso con la obra ya adjudicada. Hubo siempre buena predisposición".
Cabe recordar que el 1° de septiembre de 2021, la constructora Cocivial S.A. se hizo cargo de las tareas de remodelación, tras un largo y pedregoso periplo, puesto que a la anterior adjudicataria se le rescindió el contrato, se retiró y dejó la obra: aquello fue como una vuelta a empezar desde cero.
-¿Qué representa para Ud. en lo personal ver que este nuevo complejo, luego de años de demoras, ahora está tan próximo a inaugurarse?, le preguntó El Litoral a Coghlan.
-Mucho orgullo. Pensemos que por sus características, este lugar va a tener proyección no sólo local, regional y nacional, sino también internacional. Pues el Code es sede de la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA).
El Code se fundó en 1962. Yo entré en 1971: tenía sólo 21 años. Ya en esa época empezamos a trabajar con toda la gente que se sumaba, porque creíamos en esto. Comenzamos con el proyecto Observatorio, que iba a estar en el Parque del Sur; y después, en una segunda etapa, un planetario de la época analógica, de los "antiguos", digamos, con todo aprobado en la época del gobierno del entonces gobernador Carlos Silvestre Begnis. Pero luego llegó el golpe militar de 1976 y se canceló el sueño por un tiempo.
El casco de protección de un obrero, una de las instantáneas que se ven por estos días en el Centro de Observadores del Espacio.
No obstante, siempre tuvimos este objetivo de lograr primero el observatorio y después el planetario. El observatorio se levantó en 1993, aquí en la Costanera: pasaron 30 años. Y el proyecto del planetario fue teniendo sus altibajos. Recién a fines de 2016 se "cristaliza" una obra que debía estar terminada a fines del 2017… Los trabajos del planetario empezaron en abril de 2018. Pero en 2019 quedó frenado por parte de la anterior empresa adjudicataria. Y se retomó en septiembre del 2021, con el actual gobierno provincial. Y la actual contratista está haciendo un gran trabajo.
Durante la pandemia, el Ministerio de Obras Públicas empezó a hacer un relevamiento sobre lo que había hecho la anterior empresa, que nos "abandonó". ¡Había que rehacer todo! Es que lo que habían hecho antes, estaba todo mal. Incluso debió ejecutarse una nueva fundación de las columnas que sostienen el domo, porque las que estaban antes no contaban con la profundidad necesaria para soportar semejante peso.
Hubo varios problemas durante el largo trayecto de esta obra; pero por suerte hoy felizmente la vemos cerca de terminarse. A pesar de tantas idas y venidas, es muy satisfactorio saber que ya falta poco. Este lugar será ideal incluso para fomentar el turismo local, porque hay un montón de cosas por conocer del espacio. Y eso nos llena de alegría.
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