Debido a precios de productos básicos que se fueron por las nubes, a los atrasos en el pago de ayudas y a un contexto económico de hiperinflación, 36 comedores populares de la capital provincial colgaron el cartel de “cocina cerrada por tiempo indeterminado”.
Dicho de otro modo: 36 espacios que brindaban un plato de comida caliente o un vaso de leche a más de 4 mil familias de la ciudad de Santa Fe cerraron las perillas de las hornallas porque “no hay nada para poner en la olla”.
Las 36 instituciones que hasta el fin de semana pasado pudieron brindar el servicio por última vez pertenecen a la Corriente Clasista y Combativa (CCC), desde donde estiman que el número de comedores que debieron cerrar o están por hacerlo son muchos más.
Consultado por El Litoral, Sebastián Saldaña, el coordinador de la organización, expresó que en los 36 lugares que cortaron el servicio de comedor y copa de leche elaboraban en promedio unas 200 raciones cada vez que cocinaban. Eso representa 8500 raciones por semana.
“Lamentablemente no hubo otra opción. No tenemos nada para meter en las ollas. Los espacios van a continuar abiertos porque brindan talleres, espacios de contención, apoyo escolar... pero brindar un plato de comida caliente ya es imposible”, manifestó Saldaña.
“No hay plata”
Estos comedores funcionaban hasta ahora porque desde Nación les mandaban desde hace quince años víveres secos. La provincia de Santa Fe, por su parte, les acreditaba un monto de dinero en una tarjeta para la compra de mercadería. Y la Municipalidad los tenía incluidos en un Fondo Alimentario, a través del cual también recibían una suma económica.
La cuestión es que desde Desarrollo Social de la Nación dejaron de enviar esos víveres secos en el mes de agosto, Provincia no acreditó en tiempo y forma ni actualizó los montos del Programa Social Nutricional (ProSoNu) teniendo en cuenta la inflación y desde la Municipalidad dejaron de pagar lo correspondiente al Fondo Alimentario.
“No tuvimos respuestas. Y por eso llegamos a esta situación de tener que cerrar los comedores. Situación que no es de ahora, pero sí se agravó. Se agravó porque el contexto económico cambió y porque a nosotros como organización se nos terminaron las donaciones y los recursos que por lo menos nos permitían continuar brindando un plato de comida o una copa de leche”, refirió Saldaña. Y agregó: “Estamos hablando de productos que aumentaron muchísimo. El arroz, la yerba, la leche... aumentaron de julio a hoy un 100 % y productos derivados de la harina un 200% . El julio, el kilo de harina costaba 250 pesos. Hoy está 750, o más si no la compras por mayorista”.
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