Construir con tierra: todo lo que hay que saber de un material que se redescubre
Hubo importantes avances tecnológicos pero es un material que aún genera prejuicios y desconfianza. Por qué está resurgiendo hoy, las ventajas y diferencias con el sistema tradicional, de la mano de un ingeniero experto en ensayos de laboratorio y de un arquitecto especializado en hábitat.
BTC o bloque de tierra comprimida es una de las tecnologías usadas. Crédito: Pablo Aguirre.
La creciente conciencia ecológica y la apuesta por un estilo de vida más en consonancia con la naturaleza están llevando a redescubrir un material de construcción que se usaba hace más de un siglo en las edificaciones pero que luego se dejó de utilizar: la tierra. Los expertos aseguran que con el tiempo se incorporó mayor tecnología y conocimiento tanto en la materia prima como en el proceso de construcción. De esta manera, lo que antes se hacía de forma artesanal, hoy tiene otra impronta que convoca a su uso en las construcciones urbanas y suburbanas.
El Litoral consultó al ingeniero Ariel González coordinador del Grupo Tierra Firme de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Santa Fe, quien es docente, investigador y uno de los que más conoce del tema en la ciudad, dado que desde hace 25 años viene trabajando con tierra desde una mirada científico-tecnológica en los laboratorios de la facultad.
Y también al arquitecto Marcelo Gianotti, especialista en Hábitat, ex codirector del Instituto de Vivienda Social Fadu-UNL, docente e investigador en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Ambos brindaron, cada uno de su expertise, consideraciones sobre este sistema de construcción que resurge en Santa Fe y la región.
"Los beneficios de la tierra como material de construcción se redescubren ahora y se hace una interpretación teniendo en cuenta los avances tecnológicos. La construcción con tierra es la que nuestros abuelos ya conocían. Todo lo que es cemento y edificación 'moderna' no tiene más de 150 años, el hormigón no tiene más de 100 años, con lo cual tenemos que comprender que esta forma de construir no es novedosa: la estamos redescubriendo luego de un avance de la modernidad a principios del siglo XX que la había dejado atrás, un poco apartada", historizó González. Y aclaró: "No estamos diciendo que la tierra es una forma de construcción mejor que la tradicional, en absoluto, sino que es un buen complemento y es un recordar cómo se construía anteriormente".
Por su parte, Gianotti aportó que, en las últimas décadas, producto de una mayor conciencia sobre los problemas del medio ambiente y la difusión de prácticas concretas, la construcción en tierra adquirió visibilidad e impulso tanto en la agenda pública como en sectores profesionales. "Se consolidaron cooperativas de trabajo especializadas, receptividad en colegios profesionales y proyectos de investigación universitarios; en trabajos colaborativos de redes nacionales e internacionales y se promulgaron ordenanzas municipales para regular la actividad", aclaró.
Ariel González pertenece al Grupo Tierra Firme de la UTN Santa Fe, cuyos laboratorios desde hace 25 años que hacen estudios con tierra. Crédito: Pablo Aguirre.
Proceso cultural y filosofía de vida
El arquitecto Gianotti sostuvo que se sigue asociando este material únicamente al rancho autoconstruido, pero aseguró ese enfoque está cambiando: "La construcción en tierra es una técnica milenaria, generalmente asociada a los sectores populares para la resolución de su hábitat, pero en los últimos tiempos, producto del aumento de conciencia sobre los problemas del medio ambiente evolucionó hacia la idea de una 'cultura constructiva'. Una mirada más integradora, que trasciende la técnica para relacionarse con un 'proceso cultural', y que es aceptada, además, por otros sectores sociales de la población identificados con nuevas formas de vida más sustentables".
Arquitecto Marcelo Gianotti, especialista en Hábitat
Desde un punto de vista sociológico, quienes eligen este material y método de construcción "son personas amigables con la naturaleza; gente que se siente bien -por sus actividades- viviendo en esta segunda piel que es la casa de tierra; es decir, gente que tiene otra filosofía de vida", indicó González. Y aportó: "Creo que hay una mirada ambiental que fue surgiendo lentamente a partir de los '70; justamente cuando se terminaba de destruir el patrimonio con tierra, se empezó a ver la necesidad de tener un ambiente sustentable; todo eso fue llevando a rescatar este material".
Asimismo, el experto del Grupo Tierra Firme recalcó que la incorporación de tecnología en los materiales y procesos lleva a que la gente y los profesionales la empiecen a elegir. "Se redescubre la tierra desde una mirada positiva y no negativa y se reconsidera: no es el 'ranchito de la isla', sino que tiene muchas posibilidades de uso".
En la UTN hay un mural artístico confeccionado con tierra de distintos colores y texturas que da una idea de cómo se puede llegar a utilizar. Crédito: Pablo Aguirre.
Ventajas climáticas y estética de la vivienda
La tierra utilizada para edificación tiene algunas ventajas, entre ellas, que genera un confort ambiental. "La casa es fresca en verano y cálida en invierno. Este confort que muchos no saben explicar, no es una cuestión netamente de la aislación térmica -que también tiene que ver-, sino más bien de la capacidad que tiene la tierra de absorber y devolver la humedad al ambiente. Entonces, esa combinación genera ambientes con estándares de humedad adecuados a la temperatura reinante", explicó González, y aseguró que el ladrillo cocido tiene estas características pero "en menor medida".
Una de las cuestiones a considerar a la hora de pensar en construir una casa de este material es que impermeabilizar las paredes es un error, debido a que se le quitará la posibilidad que detenta de regular completamente la humedad-temperatura. Como contraparte, podría pensarse que no impermeabilizar con los elementos del sistema tradicional afectará a la estética de la vivienda.
Al respecto, González señaló que "lo estético es subjetivo: hay gente a la que le puede gustar una pared lisa y blanca, y a otra a la que no. Además, las posibilidades estéticas de un revoque de tierra son amplias y no lo que imaginamos de algo que se descascara o queda amarronado. Hay muchos usos de la tierra con colores y texturas para revoques, pasa que a veces por desconocimiento o por querer abaratar, no se utilizan".
Es un error impermeabilizar las paredes de este tipo de material, explican los expertos. Crédito: Pablo Aguirre.
Pros y contras
Desde el punto de vista de la arquitectura, el arquitecto Gianotti recalcó otros atributos de la construcción con tierra, siempre que sea utilizada con los procedimientos adecuados. "Las principales fortalezas son la disponibilidad y abundancia de materia prima (tierra), bajo costo en el procesamiento, resistencia al fuego, inercia térmica y de regulación de la humedad ambiente. En comparación con el ladrillo común, tienen procesos de preparación con bajo consumo de agua y energía, no producen desechos contaminantes y reducen sustancialmente los costos comparados con los procesos de fabricación de los componentes industrializados tradicionales", consideró.
Asimismo, indicó que las desventajas son: "La humedades ascendentes y superficiales que requieren una correcta preparación de los materiales, buenas terminaciones exteriores y un mantenimiento periódico; las limitaciones estructurales como la construcción en altura; y la escasez de personal entrenado para su aplicación".
Para González, en cambio, se puede utilizar la tierra en edificios de dos maneras: "estructural" para edificar dos o máximo tres pisos, con los recaudos pertinentes de cálculo. O se puede trabajarla como "relleno", diseñando una estructura resistente de metal de hormigón y luego sus paredes interiores y exteriores con alguna de las tecnologías con tierra.
Hay diferentes métodos para construir con tierra: la "quincha" y el "ladrillo de adobe" son los más conocidos. Pero también está el BTC o "bloque de tierra comprimida" y la "tapia" con la que históricamente se construyó en nuestra región y se sigue utilizando en otros lugares de Argentina; tenemos ejemplos locales como la Iglesia de San Francisco, el templo de Rincón, una parte de la Casa del Brigadier", dijo el Ing. González.
Manos a la obra. Crédito: Pablo Aguirre.
Sobre el "mal de Chagas"
Cuando se habla de vivir en una casa de tierra, en parte el imaginario colectivo sigue vigente la idea del rancho vinculado a la posibilidad de contraer enfermedades como el denominado "mal de Chagas", transmitido por las vinchucas. Se trata de una afección que puede causar problemas serios al corazón y estómago y que es común en Latinoamérica, especialmente en áreas rurales y de escasos recursos.
Consultado al respecto, el especialista en Hábitat, Marcelo Gianotti, dio su opinión: "La enfermedad de Chagas es una realidad en varias provincias argentinas y se la relaciona a las viviendas construidas con materiales naturales como facilitadoras del alojamiento (en rajaduras y techos) de las vinchucas".
"Esta situación no es exclusiva de las construcciones en tierra, ya que también ocurre en construcciones tradicionales que no guardan las condiciones adecuadas de higiene. Por tal motivo, entiendo que el camino no es suprimir técnicas constructivas, sino tomar las medidas preventivas de higiene y mitigación para evitar la permanencia de estos insectos en las viviendas y su entorno", recomendó el arquitecto, dejando en claro que el uso de un material no implica per sé la proliferación de vinchucas.
¿Es una opción más económica?"
El ingeniero Ariel González sugirió que construir con tierra "no es una opción muy barata, como todo el mundo entiende. Claro que un ranchito es barato, pero emplea materiales sin ningún tipo de control, se construye con lo que hay -el barro y la paja de la isla- y generalmente es autoconstrucción. Ahora hay muchísima tecnología para construir en zonas urbanas y suburbanas de formas completamente distintas y con especialistas que saben cómo hacerlo".
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