Redacción El Litoral.com
Hay que tomarla en ayunas para gozar de buena salud, según el ritual. El domingo se realizó el festival en el antiguo Almacén Verona, de Paraje Chaco Chico.
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Llegó el 1º de agosto y hay que tomarse una copita de caña con ruda “para espantar los males del invierno”. Desde muy temprano, mucha gente se reunió hoy en las casas o en cualquier esquina cumpliendo un rito compartido: los tres sorbos -o siete según quien lo diga- de caña con ruda en ayunas. Se practica el ritual como una prevención contra los males que el mes acarrea, y para gozar de buena salud.
La costumbre de tomar caña con ruda es milenaria y se remonta a la cultura guaraní y pueblos del noroeste argentino, que conocían las capacidades de la ruda macho para la medicina, utilizándose contra parásitos y malestares estomacales.
Rodeada de innumerables frases sentenciosas: “Julio los prepara y agosto se los lleva”, “Caña con ruda, contra el mal ayuda”, “Más vale emborracharse que morirse”, la costumbre se ha vuelto inquebrantable y, verdadero o falso, en algunos lugares el rito no se discute.
Don Paulino
En nuestra zona existen varios lugares donde se consigue la caña con ruda elaborada para la ocasión. Uno de ellos es el antiguo Almacén Verona —de ramos generales—, en jurisdicción del Paraje Chaco Chico, sobre avenida General Paz al 12.000 (intersección con calle Almacén Verona).
Orlando Jesús Valetti, al frente del almacén de campo que es un emprendimiento familiar fundado por su abuelo Ángelo Valetti en 1938, prepara la caña con ruda como le enseñó su padre, Don Paulino. De allí el nombre que llevan las etiquetas de las botellas de caña que se elaboran en tres variedades: la clásica, dulce (con miel) y picante.
El domingo pasado se realizó en el Verona el II Festival de la Caña con Ruda, con el apoyo de la Comuna de Monte Vera (a la que pertenece el Paraje) y, pese al intenso frío, fue un éxito la concurrencia. Hubo números folklóricos, asado a la estaca y torta frita, entre otras degustaciones, y los parroquianos agotaron el stock de botellas de caña con ruda Don Paulino. “Se llevaron las mil botellas que había preparado”, contó Valetti, que ayer se dedicó en gran parte del día a embotellar más caña para recibir a los parroquianos desde primera hora de hoy.
Desde temprano
Esta mañana no eran pocos los parroquianos que se acercaron al boliche de campo a tomar la copita de caña con ruda. Orlando los esperó desde temprano junto a la barra donde apostó varios botellones con distinta variedad. Vecinos de la zona y de las localidades cercanas pasaron por el Verona para espantar los males y para llevarse una botella de caña “para compartir en el trabajo y en casa”, dijeron varios.
“Va a ser un día largo”, dijo Orlando, “porque esperamos que la gente se acerque durante todo el día, y seguramente esta noche vendrá más”, agregó el encargado del boliche, al tiempo que repartía copitas de aquí para allá.
Un libro
La escritora Susana Persello publicó este año el libro “Almacén Verona. El lugar donde reposa el tiempo” (86 pág. Ed. UNL), en el que recoge la rica historia del lugar fundado en 1938 por Ángelo Valetti.