“Cuando llego todo los días a la escuela lo primero que hago es correr una cortinita de una puerta ventana y ver cuánto creció el Riacho Santa Fe”. La frase pertenece a Luciana López, la directora de la escuela primaria Mateo Booz, la Nº 1.138, del barrio costero La Vuelta del Paraguayo. La jurisdicción es la que está paralela a la Ruta Nacional 168, en frente a la zona de boliches.
Y mientras Luciana López se asoma por la ventanita para seguir día a día la crecida con sus propios ojos, los alumnos llegan todas las mañanas con sus guardapolvos blancos y una mochila para aprender cosas nuevas, repasar conceptos y compartir experiencias con sus pares y docentes. ¿Les preocupa la crecida a los chicos? ¿Qué saben del tema? ¿Es algo que se trabaja en el aula?
“Nos estamos preparando”
Bianca está en 4to. Grado. En la visita que hizo El Litoral por su escuela, fue una de las primeras en contar que su barrio empezó a cambiar. Que ahora pusieron “bolsas de arena” en el borde de su casa y en otros lugares para que “no entre el agua de la inundación”.
Thiago, otro alumno, contó que un compañero suyo tiene “el agua a siete pasos” y a otra “le muestran videos por internet del barrio inundado para que no tenga miedo cuando pase”. Y así los relatos fueron surgiendo de manera espontánea.
Para muchos de estos chicos podría ser la primera inundación que les toque atravesar. La última, que obligó la evacuación de toda la escuela y de la mayoría de las familias del barrio, fue en 2016, cuando el río alcanzó los 6 metros y medio. Por eso, desde la escuela trabajan desde hace algunos meses en este tema.
“Nosotros apuntamos a que los chicos conozcan bien la zona donde viven, que sepan que cuando el río crece ocupa su lugar y muchas veces ingresa a las casas. Muchos lo saben porque escuchan historias de sus padres, de sus abuelos… El objetivo es que sepan que si sigue creciendo quizás tengamos que dejar la escuela por un tiempo y regresar cuando baje el río. Es todo una tarea previa la que estamos haciendo para que no se asusten ni se preocupen. Que lo vivan como algo natural, porque de hecho están rodeados de naturaleza”, dijo Luciana López, quien ocupa el cargo de directora desde este año.
Luciana López, directora de la escuela Mateo Booz de La Vuelta del Paraguayo. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
La escuela Mateo Booz tiene una matrícula de 42 alumnos, desde nivel inicial a 7mo. Su organización es la de plurigrados, es decir que Primer Ciclo (1ero, 2do. Y 3ero) está en un aula, Segundo Ciclo (4to., 5to., y 6to.) en otra, y los alumnos de 7mo. (que son 3 este 2023) en otra.
Cabe señalar que en La Vuelta del Paraguayo residen muchos niños, pero les queda más cómodo ir a instituciones educativas de Alto Verde o de la zona de bulevar porque el colectivo los deja muy cerca. En cambio, para llegar a la Mateo Booz sí o sí necesitan vivir cerca para poder ir caminando o bien de un medio de movilidad ya que queda en el extremo este del barrio.
Y en este trabajo que se realiza puertas adentro, los alumnos de 2do. Ciclo confeccionaron hace un mes la maqueta del barrio. Allí se observa el camino, las casas, la escuela, la vegetación, los animales que crían muchas familias y, obviamente, el rio en su cause habitual.
La maqueta del barrio que hicieron los alumnos de 2do. Ciclo hace un mes será intervenida por estos días ya que hay que actualizarla. De esa manera lúdica aprenden a naturalizar el tema de las crecientes. Crédito: Guillermo Di Salvatore
Pero ahora, la maqueta volverá a ser intervenida. “Hay que actualizarla”, dijo Thiago. Y explicó: “Ahora tenemos que ponerle más agua al río y unas cositas para simular bolsas de arena”.
Y es que sí: la maqueta que hicieron hace un mes ya está desactualizada. El riacho ya llega a los escalones más bajos del ingreso que tiene la escuela por la parte trasera, que es por donde cruzan a tierra firma cuando hay una creciente, y la municipalidad colocó bolsas de arena en los lugares más bajos de la extensa lonja que es el barrio.
Hoy el río está en los 4,20 metros. Por ahora no hay peligro. Según se sabe y admiten los pobladores del lugar, recién cuando llega a 5,30 se corta el camino a la entrada y si continúa subiendo hay necesidad de evacuación.
“Nosotros de manera preventiva ya hemos trasladado mucha documentación de la escuela. Por ahora hay calma en el barrio. Acá todos tienen canoas y saben que cuando viene el agua se trasladan al otro lado y arman ahí sus casas temporarias. Algunos no se van. Se quedan cuidando sus casas y lo hacen porque tienen planta alta”, contó Luciana López.
Consultada sobre un eventual escenario similar al 2016, refirió que los chicos y el personal podrían tener clases en una escuela de barrio El Pozo y en caso de que solamente se corte el camino los docentes podrán llegar a la escuela a través de una embarcación de prefectura que los cruza de un lado al otro.
En La Vuelta del Paraguayo empezaron a colocar bolsas de arena. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
Por último, mientras pasan los días, las mañanas seguirán como hasta ahora en la Mateo Booz. Su directora llegará e irá derechito a correr la cortinita de la puerta ventana que da al río y observar unos minutos. Y los chicos irán llegando con sus guardapolvos blancos y mochilas dispuestos a aprender algo nuevo, repasar conceptos, compartir y, desde hace un tiempo, hablar del río, el recurso natural que los rodea pero que cada tanto necesita visitar su territorio, permanecer un tiempo y retirarse.