Con el mundo "roto" por la pandemia de covid, la ciudad recuperará el Centro de Observadores del Espacio, más conocido por su siglas: Code. La remodelación y modernización del edificio ubicado sobre la Costanera Oeste quedó abandonado y sin terminar. Pero este viernes el gobierno provincial finalmente anunciará que antes de fin de mes serán licitadas las obras pendientes para terminarlo. Las mismas tendrán un presupuesto de más de $ 60 millones y un plazo de obra de seis meses, según pudo averiguar El Litoral.
El anuncio lo hará este viernes por la mañana la ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat provincial, Silvina Frana, junto al co-fundador del Code, el astrónomo vocacional Jorge Coghlan, quien viene luchando desde hace un tiempo para que las obras no queden en el olvido.
En diciembre de 2016 se hizo la primera entrega presupuestaria de 5.600.000 de pesos por parte del estado provincial al municipio. Allí comenzaron los trabajos de la primera etapa. Para el segundo tramo de la obra el presupuesto era casi de 11 millones, pero nunca llegó.
A mediados de 2016, El Litoral contó cómo será la obra de remodelación del Code. Bajo el título "En el Code construirán un planetario digital", se contaron los detalles de los trabajos que se iban a realizar.
"El planetario digital será erigido en el predio actual y estará integrado con el edificio del Code: será una cúpula geodésica de 9 metros de diámetro en la que cabrán 50 butacas reclinables para poder observar las imágenes", explicó este diario.
En otro tramo de la nota se detalló que el proyector emitirá imágenes especialmente hechas para la representación del cielo (sin distorsión del horizonte al cenit) a fin de que el espectador esté en el centro, entre los planetas y los asteroides, y que con las vibraciones del sonido se sienta dentro de la escena.
La obra también plantea una intervención de las instalaciones para provocar nuevos recorridos, generar nuevas áreas de proyección en la planta baja, alrededor del planetario digital, y habilitar el patio central como articulador de actividades. El perímetro se transformará con una piel de vidrio, con permeabilidad visual, que invite al uso de los espacios. La terraza será mejorada para hacer observaciones de cielo.
Desde que las obras quedaron abandonadas, Coghlan pasó varias noches custodiando el edificio para evitar intrusiones y hechos vandálicos. Los cartelones de obra que lo cubren son un signo de olvido. Pero ahora parece renacer, para ofrecer una vista privilegiada de los astros desde un punto encantador de la ciudad.