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El número de trabajadores activos se mantiene desde diciembre: no hubo reincorporaciones del personal que fue despedido. “Promesas” de la empresa de arrancar un nuevo frente de obra: se hizo una nueva excavación con el mismo personal.
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La obra del desagüe Espora, que el año pasado tuvo innumerables capítulos de idas y vueltas con despidos de personal y freno de los trabajos, sigue el mismo derrotero de noviembre pasado. Sólo continúan 16 obreros activos en el sector (calle Espora al 4800) y, ya vencida la conciliación obligatoria continúa una suerte de conciliación voluntaria entre la empresa y el gremio. “No hay mayores avances” en los trabajos, coincidieron las fuentes consultadas por El Litoral.
“Sigue todo exactamente igual: hay promesas (desde la contratista Automat, encargada de los trabajo) de que van a arrancar un frente nuevo de obra. Hicieron una excavación en calle Espora y Peñaloza, pero con la misma gente. Al momento no hay nuevas reincorporaciones de personal despedido”, confiaron a este medio fuentes sindicales que participaron de las audiencias en el Ministerio de Trabajo.
El secretario de Trabajo provincial —que moderó las audiencias entre la partes—, Leonardo Panozzo, puso en contexto la situación cuyas últimas novedades remiten octubre y noviembre. “En diciembre no pasó nada. Hubo reclamos de los representantes de los trabajadores por la reincorporación de la totalidad de los obreros despedidos (30); hubo incumplimientos por parte de la empresa de actas firmadas donde se comprometía a reincorporaciones”, dijo el funcionario a este medio.
Ya largamente vencidos los plazos legales de la conciliación obligatoria, las partes accedieron a una conciliación voluntaria. “Esto implica —explicó el secretario— seguir manteniendo un ámbito de negociación, pero (por fuera del ministerio); esto se fue diluyendo. A diciembre pasado no hubo nuevos planteos por parte de la Uocra. Nosotros sólo podemos hacer acciones de oficio, en tanto y en cuanto constatemos alguna denuncia por parte del sindicato, cosa que no ha ocurrido”.
Discusión presupuestaria
“La empresa en su momento había realizado algunas observaciones técnicas respecto a la necesidad de hacer una canalización o conducto (de excedentes pluviales) que no estaba previsto en el proyecto original, como consecuencia de la acumulación de agua por lluvias. Lo qué sí puedo asegurar es que la obra no será terminada en los plazos previstos originalmente”, lamentó el funcionario provincial.
La discusión de fondo siempre fue económica y presupuestaria. Desde el Municipio (la obra se financia con fondos nacionales, pero la parte contratante es el gobierno local) se afirmaba que los pagos por certificados estaban al día; por otra parte, la empresa solicitaba una readecuación presupuestaria de los números originales de la obra porque —sostenía— estaba trabajando por debajo de los costos.
“Si la Uocra no nos hace una nueva presentación, desde el ministerio estamos al margen de la cuestión”, agregó Panozzo, y deslizó una posibilidad: “Quizás debiéramos iniciar un procedimiento administrativo con una multa a la empresa por el no acatamiento de la conciliación obligatoria, ya que no reincorporó a la totalidad de los trabajadores. Pero eso es materia de consulta técnico-jurídico; además, con una multa agravaríamos aún más el conflicto. No quisiéramos de momento sumar un componente más (como un multa) a una discusión presupuestaria de la que estamos al margen”.
El día a día en ese sector
Rosa Toia es una vecina que vive en calle Espora al 4800. Relató a El Litoral cómo es vivir la cotidianeidad frente a una obra inconclusa: “Han colocado caños (para desagotar el excedente de lluvias), porque el problema más grave se da cuando llueve. También dijeron que van a tirar algo sobre la calle para que se pueda transitar. El otro problema que nos está preocupando es que anoche vecinos del sector mataron dos ratones”. El temor a la posibilidad de hantavirus está latente en la vecina consultada.
“En Pje. Santa Fe y calle Espora hay un enorme yuyal. Sinceramente, con esta obra nos están arruinando la vida. Es un padecimiento. Ya rogamos que deje de llover, porque la situación se agrava. Desde junio o julio (de 2018) estamos así. Lo que se hizo es poco, muy poco. No hay mejoras significativas, lamentablemente; estamos igual”, se quejó. “Esperamos que se termine este año la obra”.