Es casi un hilito de agua rodeado de vegetación. Es un “charco” la laguna Setúbal. Apenas se divisan desde el cielo. Pero hubo veces en que el río Paraná lo cubrió todo. Hasta se llevó el Puente Colgante y los aliviadores de la ruta nacional 168 con su fuerza. Por eso no hay que confiarse. Hoy es un río “domado”, previsible, pero cuando el agua sube se transforma en indómito, y causa estragos.
Las imágenes satelitales pertenecen al satelite Landsat y recorren la más reciente historia de la vida del Paraná en nuestra región. José Vittori, desde la redacción de El Litoral, se tomó el trabajo de seleccionar algunas de las fotografías más elocuentes de su comportamiento, entre picos de bajantes y de crecientes.
Imágenes del satélite Landsat, la crecida de 1992 y la bajante de 2021
Allí se observa cómo el delta se cubre de agua que llega a Santa Fe desde el norte y la atraviesa hasta el Plata y viceversa. Porque cuando el río se retira la imagen queda verde, llena de naturaleza viva, la misma que en parte fue arrasada por las quemas del año pasado.
El río Paraná es así, poderoso, amigo y, a veces, prepotente y amenazante. Está en nuestra naturaleza aprender a respetarlo y vincularnos de la mejor manera posible, para disfrutar del privilegio de habitar esta zona del humedal, que es Santa Fe.
(Deslizá para la derecha e izquierda para ver el antes y después)