En el cielo de Santa Fe, el curioso alboroto de las palomas y una "visita ilustre": la monterita
Las palomas revolotean entre sí y se amontonan en los techos de los edificios. Es por la llegada brusca del frío, y porque siguen su ciclo reproductivo. Además, llegaron a esta capital varias especies del "team invierno", como la golondrina patagónica, la calandria real y, por primera vez, la bella monterita canela.
El aleteo frenético de las palomas se hace más común por estos días para la vista de los santafesinos. Foto: Flavio Raina
Alcanza con alzar la vista por las mañanas para verlas en los techos de los viejos edificios de la zona sur de la ciudad, incluso en Candioti, aleteando histéricamente encima de los balcones, en las buhardillas. Las palomas manifiestan por estos días gélidos un curioso comportamiento, ciertamente alterado: están alborotadas, revolotean y se amontonan entre sí. ¿A qué se debe?
Es una época en que cambian varios comportamientos en éstas y otras especies, y el frío tiene estrecha relación. También incide que haya menos horas luz -los días son más cortos-. Para la mayoría de las especies de aves (en las palomas no tanto), a los ciclos reproductivos se les llama "fotoperíodo positivo": se activan las hormonas de reproducción en las aves hembras justamente cuando los días tienen mayor cantidad de horas de luz solar. En general la reproducción se da en épocas más calurosas.
"Lo que pasa con las palomas es que su fisiología no le hace tanto caso a este ciclo, y se reproducen también en invierno. Se siguen reproduciendo y es como si estuvieran por estos días 'un poco excitadas'", le explica a El Litoral El Litoral Pablo Capovilla, experto en aves, guía intérprete de naturaleza quien, con su colega Eduardo Beltrocco, trabajan para la Secretaría de Ambiente municipal en la Reserva Natural Urbana del Oeste y en el Jardín Botánico.
El hallazgo
Pero también, en medio de esta ola polar que vuelve gélidos los días santafesinos, aparecen especies de aves del "team invierno". Por ejemplo, hay aves que viven y se reproducen en la Patagonia. "Y cuando empieza el otoño y se acerca el invierno, en el sur del país las temperaturas son extremadamente bajas y escasea la oferta alimentaria (insectos). Entonces estas especies migran hacia el centro del país. Y aquí en la ciudad de Santa Fe ya las empezamos a ver", dice Capovilla.
Por ejemplo, se observó una calandria (tres colas), que se llama calandria real. Tiene la cola y las alas más blancas que las habitués de estos pagos. "También nos visita la golondrina patagónica, que se pueden ver cerca de la laguna, de color azul metalizado. Un hermoso ejemplar", describe el especialista.
Pero la que se lleva el título de hallazgo es un ave llegada del oeste del país, es la monterita canela. "El 6 de mayo la vimos en la Reserva Natural Urbana del Oeste. Es un bichito raro, muy interesante; no se ve muy seguido en nuestra zona. Es un ejemplar muy, muy lindo que pudimos avistarla por primera vez en la reserva. Creo que es uno de los pocos registros de una visita así en el departamento La Capital", expresa con sorpresa Capovilla.
La monterita canela (Poospiza ornata es su nombre científico) se vio por primera vez en la Reserva Natural del Oeste días atrás. Foto: Gentileza Pablo Capovilla
De África a la ciudad
En la ciudad de Santa Fe, hay una especie de paloma muy conocida, quizás la predominante. Es esa paloma de tamaño grande, que se la asocia a la paloma mensajera. "Ésta es una especie exótica; se la trajo hace muchos años del norte de África y de Europa. Eran traídas en los barcos, se las mantenían vivas con poco y se utilizaban como alimento en esos viajes que eran larguísimos, de meses y meses...", cuenta, en tono de extracto histórico el especialista.
"Las palomas exóticas se fueron domesticando con el tiempo, y se adaptaron", añade. Es un especie muy asociada a las ciudades, porque en el África se reproducían en acantilados, en lugares altos; "y en la arquitectura de nuestra ciudad está llena de edificios patrimoniales altos y edificios. Allí nidifican por lo general", dice Capovilla.
Y con respecto al resto de las especies de palomas que se ven en la ciudad, son todas autóctonas: la torcaza común, la torcacita picuí y otra paloma, más de bosque, que es la paloma yerutí gris. "Se ve más en los alrededores de la ciudad, al igual que la paloma picazuró, más grande, muy hermosa", cierra el experto en aves.
Para visitas
La Reserva Natural del Oeste funciona de lunes a viernes de 8 a 12. La gente puede acercarse por la mañana y, si se quiere armar una visita especial en otro horarios, hay que avisar con tiempo. Para comunicarse, el teléfono habilitado de la Reserva es: 342-4061969.