"'Descarbonizar' las ciudades para salvar vidas y el ambiente es la matriz energética del futuro"
Es la propuesta de un experto en energías sustentables. Ante las emisiones contaminantes y cancerígenas de los combustibles fósiles de los vehículos se presenta la idea de energías renovables y distribuidas con acumulación, aplicadas también a viviendas. El sistema de "micro redes" es la clave: en qué consiste.
Un letrero tachado con la indicación de prohibición de circulación para camiones diésel, colocado en Hamburgo, Alemania. Archivo El Litoral / DPA
La "descarbonización" de las grandes urbes implica el proceso de reducir de forma significativa las emisiones de monóxido de carbono y dióxido de carbono. Estos gases son contaminantes y nocivos para la salud humana, y la OMS lo afirmó hace 10 años: las partículas del humo del diésel y que están en el aire ingresan a los pulmones y pueden generar cáncer. Son "barros" muy cargados de óxidos, nitrógeno y nitrosamina.
Bravo y Henquín, durante un foro sobre energías renovables realizado en el Concejo Municipal de Santa Fe.
¿Por qué es prioridad "urgente" descarbonizar las ciudades? "Porque toda gran ciudad, como Santa Fe, está carbonizada, contaminada por el diésel cancerígeno que emana el transporte público y los autos. Nueve millones de personas mueren en el mundo cada año como consecuencia de las emanaciones tóxicas de los motores de combustión interna. Y además de salvar vidas salvamos el planeta, porque toda esta contaminación producen gases de efecto invernadero que da lugar a la crisis climática que hoy vivimos", dice a El Litoral el Arq. Miguel Ángel Bravo, experto en el tema.
Pero la tercera ventaja es "salvar" también al erario público. "Porque un vehículo eléctrico, por ejemplo, tiene un ahorro mínimo de 65% y hasta un 80%. Y la Argentina importa 400 millones de dólares por mes de diésel. O sea: terminamos importando diésel cancerígeno, dañando la matriz energética, pero además aparece una contradicción: la provincia de Santa Fe es una de las principales proveedoras de biodiésel del mundo", dice.
El panel solar
¿Y qué pasa con la vida en las grandes ciudades, con el consumo de energía residencial, incluso industrial? ¿Qué se piensa en la agenda global energético-ambiental? Bravo proyecta un futuro posible, pero a primera vista lejano.
"La energía (en el futuro) va a ser renovable y distribuida con acumulación. ¿Qué significa? Por ejemplo, un panel solar sobre el techo de tu casa te generará tu propia energía (en lugar de que ésta venga desde Yacyretá o El Chocón). Pero como esa energía renovable es intermitente (no siempre hay sol ni viento, para los generadores eólicos, por caso), se necesitará acumulación. Y esta acumulación se da en una batería de litio; es lo que coincide con el otro paradigma del futuro que es el vehículo eléctrico", añade.
La casa con el panel solar y el auto eléctrico tienen en común, entonces, una batería de litio. Esto permite que en lugar de ir a cargar un combustible fósil, una persona pueda generar su propia energía y abastecer su coche particular. "Ese es el concepto de 'micro redes', que se asocia al concepto de 'persona a persona', por el cual vamos a poder intercambiar energía con nuestro vecino y así evitaremos las pérdidas por distribución, que van de un 17 a 20%", asevera Bravo.
Al tener un sistema de energía renovable y distribuida con acumulación, el sistema es más resiliente. Porque si por ejemplo una ciudad se inunda, o hay una tormenta de nieve (como en California) o una guerra (como en Ucrania), "el usuario podrá seguir desconectado del sistema global pero generando su propia electricidad para su vivienda o su vehículo, con la menor huella de carbono", expresa.
"Particularmente considero que el futuro de la matriz (…) pasará por la administración a través de esas micro redes inteligentes que puedan cortar los picos de consumo, lo que daría un mejor aprovechamiento de la red global. Este concepto de micro redes creemos que será el horizonte de la energía en el país y el mundo", aporta el Dr. Eduardo Henquín, científico y especialista en el tema.
Ambos coinciden en un ejemplo más local. La provincia de Santa Fe tiene el 80% de la producción de biodiésel de la Argentina, y "sólo con el 10 ó 20 % máximo del biodiésel transformado en electricidad, se podrían mover los 30 mil colectivos de la argentina si éstos fueran eléctricos", dan sus números Bravo y Henquín.
"Es simple: se toma el biodiésel, se genera electricidad, se carga la batería y con ello, por la eficiencia de un motor eléctrico versus combustión interna, generás una industria pujante como debería ser la del biodiésel, canalizada a través de una solución tecnológica como es la electrificación del transporte público de pasajeros por colectivos", concluyen. Lo cierto es que es necesario activar los resortes del debate respecto de los cambios en la matriz energética.
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