El Litoral
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La Escuela de Oficios Papa Francisco de Alto Verde ya está en funcionamiento. Las clases comenzaron el lunes 9 con 50 adultos -35 hombres y 15 mujeres- que realizan los cursos de Montador Electricista y Albañilería.
El edificio, ubicado en la Manzana 7, todavía no está terminado, por eso la escuela comenzó a funcionar en el salón de catequesis de la Capilla de los Milagros, que desde el lunes es el Salón de Usos Múltiples de la Papa Francisco. La obra celebra por estos días avances notorios: ya se colocaron los perfiles y el techo de las aulas; y este mes estará terminado la batería de baños para ambos sexos, con instalaciones aptas para discapacitados.
La próxima semana comenzarán a levantarse paredes en las aulas: la meta es tenerlas listas para el segundo semestre. Para los alumnos, la terminación de la escuela será también su primera práctica pre-profesional, ya que serán quienes realicen la instalación eléctrica y construcción de paredes.
“Estamos gratamente sorprendidos por los alumnos”, dijo Wilson Stegmayer, su director. El cupo mínimo para la apertura de los cursos era de 7 personas por curso y si bien más de cincuenta ya habían registrado su inscripción no sabían qué convocatoria tendrían el primer día de clases. “La convocatoria es muy buena no sólo por la cantidad -tuvimos que buscar más mesas y sillas para todos- sino porque se preocupan y piden tareas para llevar a su casa”, contó el director.
Puertas adentro
La estructura humana de la escuela tiene sus raíces en Alto Verde. Los contenidos específicos de ambos cursos están a cargo de los hermanos Juan Paulo y Carlos Zapata, ambos maestros mayor de obra con experiencia en docencia. El alma de la escuela es el portero, Pedro Chávez, quien dirige grupos juveniles con experiencia en apostolado y es señalado por todos como el consejero de la Papa Francisco.
Hasta el director, Wilson Stegmayer, conoce el barrio: cada semana, dicta en la parroquia Jesús Resucitado de Alto Verde los cursos de computación gratuitos para adultos, de la Fundación Educando.
El único foráneo es Fabián Gómez, el profesor de Educación Física que dicta clases en el colegio Inmaculada y tiene a su cargo la Pastoral del colegio.
Los cursos se dictan en simultáneo, por ahora en la misma sala, de lunes a viernes de 14 a 17. Los lunes, con clases generales de lengua y matemática a cargo de Stegmayer, “para refrescar la memoria y saber cómo escribir una carta de presentación, hacer un currículum y hasta un presupuesto y también hacer los cálculos matemáticos para el trabajo”, contó el director. De martes a jueves, los hermanos Zapata dictan los contenidos específicos y, los viernes, Gómez las clases de educación física.
“Los cincuenta tienen mucho interés, y piensan en la escuela como un sacrificio que les va a permitir tener un trabajo o conseguir uno mejor quienes ya lo tienen”, contó el director. Como parte del plan de estudios, todos tendrán una práctica profesional en empresas constructoras de la ciudad, donde ejercerán como albañiles y electricistas.
En su primera semana, la escuela ya eleva su apuesta: al tiempo que desarrolla la infraestructura edilicia necesaria para dictar el curso de Ayudante de cocina, escuchan inquietudes y analizan sumar otras variantes como construcción en seco y acompañamiento de ancianos. “Son ideas que tenemos para desarrollar a partir de julio, cuando tengamos la escuela terminada”, agregó Wilson Stegmayer.
Obra en marcha
La Escuela de Oficios Papa Francisco se construye gracias a las donaciones de particulares y empresas a la Fundación Manos Abiertas Santa Fe, a cargo de la obra, que también realiza eventos a beneficio.
Hace un mes, la provincia donó $ 2 millones para la construcción de la escuela, cuya primera entrega se hará en los próximos días. Alicia Helú, al frente de la Fundación, estimó que todavía hace falta un millón de pesos más para finalizar la obra.
Los trabajos comenzaron en noviembre con la elevación del terreno a cota segura. “Esto permitió que la obra, lindante a un reservorio, no se afectara con la emergencia hídrica del mes pasado”, contó Helú.
Allí se erigen dos construcciones separadas. Por un lado, tres aulas y dos talleres cuya estructura de techo se terminó esta semana, y donde comenzará a ejecutarse un piso de hormigón saneado de tipo industrial. Por otro, un aula cocina para el curso Ayudante de cocina, que comenzará a dictarse el año próximo cuando las instalaciones estén terminadas. Su construcción comenzará en una semana junto con una sacristía para la capilla.
La última etapa será la del cerramiento de las aulas. Desde Manos Abiertas estimaron que en los próximos 90 días esperan contar con las tres aulas y los dos talleres terminados.
Donaciones
La Fundación Manos Abiertas recibe donaciones para la obra en la siguiente cuenta corriente: Banco Río, Cta. Cte. 273-5246/9 a nombre de Manos Abiertas.