Jueves 14.4.2022
/Última actualización 14:43
Días atrás se conoció la noticia de que el gobierno de Italia creará un órgano técnico para posibilitar facilidades en la tramitación de la doble ciudadanía ítalo-argentina para residentes de nuestro país. El anunció se dio durante un encuentro que mantuvieron la Ministra del Interior de ese país, Luciana Lamorges, con su par argentino, Eduardo "Wado" de Pedro.
Según trascendió, lo que se busca es destrabar una dificultad de larga data, y que afecta directamente un aspecto: la legalización de certificados en formato digital presentados por los argentinos en los ayuntamientos italianos, con el objeto de obtener la doble ciudadanía. El meollo de la cuestión es administrativo pero, sobre todo, de "adaptación digital". Pero, ¿qué implica este avance y cuáles son sus alcances?
El Litoral consultó a Valeria Fornari, quien desde hace 20 años se dedica a la tramitación de ciudadanías italianas, y junto a su marido llevan adelante un estudio legal. La especialista explicó que en Italia "los ayuntamientos o comunas (pueblos y ciudades) no están muy al tanto de las modificaciones que tuvo la legislación argentina respecto de la documentación digital. Pero la Argentina sí está adelantada en esto (digitalización de documentos). El encuentro de los ministros es justamente, para preparar a Italia en estos aspectos", explica.
Los registros civiles argentinos manejan un sistema electrónico para entregar actas digitalizadas, ya no únicamente en papel: Esto da la posibilidad, gracias al escaneo de un código QR, de verificar que esa acta o documento sea verdadero. "Ahora las comunas italianas, grandes o pequeñas, estarán habilitadas a recibir este tipo de actas digitales. La digitalización de documentos facilita el trabajo de todos", agrega.
Ahora, con todo, ante una comuna se podrá demostrar que un acta de nacimiento digitalizada (por caso) es un documento fiel, está asentado en un determinado Registro Civil y que se encuentra avalado por esa institución oficial argentina. "Que un documento digital, cualquiera sea (actas, partidas de nacimiento de un antepasado italiano), sea percibido (por vía código QR o código de barras) en cualquier ayuntamiento italiano como real y válido, es muy importante para la personas que quiere tramitar la ciudadanía", subraya Fornari.
Con todo, se producirá "un aceleramiento de los trámites de ciudadanía, tanto por descendencia, por naturalización o por matrimonio, que son las tipologías de tramitación", precisa. Si alguien, por ejemplo, necesita tramitar una ciudadanía por ser descendiente de italianos, le será más fácil, y lo mismo por matrimonio (entre una persona de nacionalidad argentina y otra italiana).
El Litoral D.RUna persona que quiere tramitar su doble ciudadanía ítalo-argentina, ¿por dónde debe empezar? "Lo primero es reconstruir el árbol genealógico, esa es la base para cualquier persona. Así, hay que buscar un ancestro italiano ("Avo", en la jerga) y desde allí toda documentación personal que alimente ese 'árbol': partidas de nacimiento, de matrimonio y/o de defunción del abuelo o abuela; partidas de nacimiento y de matrimonio del padre/madre, etcétera", explica la gestora.
Pero hay otro documento muy importante, que lo expide el Poder Judicial de la Nación, y que es un documento que certifica que ese ancestro (un abuelo nacido en Italia, por poner un ejemplo) no renunció a la ciudadanía o no se naturalizó argentino. "Si se naturalizó ese descendiente, se corta la línea de descendencia y se dificulta acceder a la ciudadanía italiana", explica Fornari.
Los testimonios de, por ejemplo, una abuela de edad avanzada descendiente de italianos, ¿sirven como prueba para tramitar la doble ciudadanía?, preguntó El Litoral a la especialista. Para Fornari, "estos registros orales son fundamentales, porque es lo más real que existe", subraya.
Las abuelas, las 'nonas' y los 'nonos', son las que tienen en su memoria emotiva cómo llegaron a la Argentina. "Siempre se acuerdan del pueblito donde nacieron, de una fecha, del nombre del barco en el que vinieron… Cuentan con esas historias de vida que son una fuente de un valor incalculable", añade la gestora jurídica. "Hoy asesoramos a una mujer de 98 años que está tramitando su ciudadanía italiana: es muy emocionante".
Pero los tiempos del trámite no son cortos, y depende de cada tipología o tipo de trámite. Esto depende de cada una de las modalidades de ciudadanía para tramitar. Una es la ciudadanía por vía administrativa consular, que se realiza en el Consulado de la jurisdicción de cada persona interesada. Estos trámites tienen un atraso en tiempo muy largo, mínimo 4 ó 5 años. Tienen un costo de 300 euros.
"Otra modalidad es la que se puede hacer en Italia. Hay que viajar y fijar residencia legal en este país. Se debe ir con todos los documentos, apostillados, traducciones, etcétera, y todo se presenta en una comuna. A esa persona se le da un permiso de residencia que tramita la ciudadanía", explica Fornari. Y la tercera modalidad es por la vía judicial, que es con la que trabajan todos los estudios legales. El proceso se realiza delante de un Tribunal de Justicia en Roma. Es más costosa, pero los tiempos son mucho más cortos (duran dos años máximo).
E-mail: info@ciudadaniaenroma.it
-Después de la reunión entre la ministra italiana y su par argentino, ¿hay gestos desde la República de Italia de que la intención es acoger a ciudadanos argentinos, facilitando la doble ciudadanía? De ser así, ¿a qué se debe?
-Fornari: Absolutamente es así. Italia y la Argentina tienen un lazo cultural muy fuerte. El argentino que viene a este país no es un emigrante que viene a emigrar por emigrar. Hay un legado, una riqueza cultural y afectiva muy potente, que no se ve ni remotamente con otros países. Además, se estima que del total de la población argentina, 30 millones de habitantes tienen origen italiano.
Creo que argentinos e italianos somos lo mismo, con la sola diferencia de que vivimos en continentes distintos. Y un argentino promedio no se viene únicamente a Italia porque está "todo mal" en la Argentina, como se cree habitualmente; en la mayoría de los casos, si tramita la ciudadanía es por otras cuestiones más profundas, que son culturales, afectivas y hasta turísticas, para conocer el país y el lugar de sus antepasados.