Gastón Neffen | [email protected]
Los santafesinos que van de vacaciones a Brasil o el Caribe ahora pueden asesorarse con médicos especializados. Es el cuarto servicio público que se abre en el país de esta especialidad.
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Malaria, fiebre amarilla, dengue, zika y chikunguña, las enfermedades tropicales son un riesgo creciente en un mundo en el que se viaja más: en el 2016 más de 1.200 millones de personas viajaron, según cifras de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y este dato no incluye los migrantes por crisis humanitarias.
En el país, es probable que la brutal devaluación de los últimos tres meses haya “borrado” del mapa algunos destinos turísticos que los argentinos estaban explorando, como las playas de Indonesia, Tailandia y la Polinesia. Pero Brasil está al lado y tiene una situación delicada con el dengue, el zika y la fiebre amarilla.
Esta semana se inauguró en el Cemafe un Servicio Médico para Viajeros, que dirige la directora de Epidemiología de Santa Fe Carolina Cudós. Se conformó para responder más formalmente y con información rigurosa —con una consultoría previa al viaje— preguntas como: ¿qué vacunas hay que ponerse para ir al sur de Brasil? ¿Cuáles son los riesgos en las playas del sudeste asiático? ¿Hay casos de zika en el Caribe? ¿A dónde voy si estoy embarazada?
La ministra de Salud de Santa Fe, Andrea Uboldi, explicó que este servicio no solo es importante para “cuidar” a los santafesinos que viajan sino también para prevenir que vuelvan con sarampión —una enfermedad que se reactivó—, dengue o malaria. Y si este es el caso detectarlos a tiempo para evitar brotes.
En una entrevista con El Litoral, Cudós contó que el servicio ofrecerá una consulta previa al viaje, para analizar, de acuerdo a las características del paciente y el lugar que se va a visitar, qué vacunas son necesarias y qué recomendaciones específicas hay para ese destino. En el Cemafe también hay un vacunatorio para que el paciente se coloque las vacunas las que están incluidas en el calendario oficial.
En guardia
La directora de Epidemiología contó que en la provincia hubo muy pocos casos de malaria —se contagiaron personas que trabajaron en África, por ejemplo— y no se detectó encefalitis japonesa, que es común en el sudeste asiático. “Si hemos tenido casos de hepatitis A, en personas que volvieron de Salta, Bolivia, Río de Janeiro y España”, advirtió.
Es la forma de hepatitis que en general afectaba a los chicos antes de 2005 —que implicaba un mes de reposo y una estricta dieta—. A partir de ese año, la prevalencia de la enfermedad bajó porque la vacuna se incorporó al calendario oficial. Se transmite por contacto fecal oral (por ejemplo, en países en los que el agua o los alimentos no son seguros) y también se han detectado casos entre varones que tienen sexo con otros hombres. Hay una vacuna efectiva disponible para prevenir la enfermedad.
El brote de sarampión en Buenos Aires (11 casos confirmados) es un tema importante para evitar traer el virus a la Argentina, en donde casi se había erradicado (a nivel nacional hay una fuerte campaña de vacunación entre los chicos de 1 a 5 años). En Venezuela y algunas zonas de Brasil hay muchos casos.
En relación con la fiebre amarilla, el Ministerio de Salud nacional recomienda vacunarse si se va a visitar algunos de estos ocho estados brasileño: Río de Janeiro, Minas Gerais, San Pablo, Espíritu Santo, Bahía, Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul. El verano pasado 7 argentinos se contagiaron y 3 murieron (visitaron Ilha Grande, en Angra Dos Reis).
En la inauguración del servicio, que se realizó esta semana en el Cemafe, Tomás Agustín Orduna, médico infectólogo tropicalista y referente nacional en medicina del viajero, coincidió en la importancia de vacunarse contra la fiebre amarilla si un santafesino va a Río de Janeiro, pero aseguró que él no la indicaría para una persona que va a Florianópolis.
“Es cierto que Nación recomendó vacunarse, pero desde el punto de vista epidemiológico en los últimos dos años no habido ni monos ni humanos afectados por fiebre amarilla en Florianópolis ni en las playas cercanas de esa región brasileña. En un contexto en el que hay mucha demanda de vacunas para otras zonas de Brasil, yo la inmunización no la indicaría para alguien que va de Santa Fe a Florianópolis, punto a punto, excepto que cambie la situación epidemiológica en esa zona”, le explicó a El Litoral.
En el caso del dengue, ya una enfermedad frecuente en Brasil, Bolivia y Paraguay —y con tres brotes importantes en la provincia de Santa Fe—, la principal prevención es mantenerse en guardia contra el mosquito aedes aegypti (colocarse repelente y evitar que ingresen los mosquitos al departamento o la casa). Al volver a la ciudad, hay que estar muy atento a un síndrome febril y reportarlo para evitar que se genere un brote.
Con el zika —que también transmite este mismo mosquito—, los epidemiólogos no quieren correr riesgos y directamente recomiendan no viajar a una zona en donde se han registrado casos (como Brasil, el sudeste asiático y algunos países del Caribe, entre otros) si una mujer está embarazada o una pareja está buscando un embarazo.
Si un varón viajó solo —por trabajo— a una zona con zika, debe utilizar preservativo si su pareja está embarazada durante cuatro meses porque se contagia por vía sexual (y no sólo a través del mosquito). Hay que tener en cuenta que muchas veces la infección es asintomática y el paciente no sabe que tuvo zika.
Si el destino del viaje es el sudeste asiático, hay que cuidarse contra casi todos los mosquitos: el aedes por el dengue, zika y chicunguña, el culex transmite encefalitis japonesa y el anopheles malaria.
Cómo solicitar un turno
Con dos meses de antelación al viaje —como mínimo un mes—, quienes quieran acceder a un turno para el Servicio de Medicina al Viajero tienen un mail a disposición ([email protected]).
Entre otras cuestiones, se realizará una evaluación médica del viajero y sus necesidades individuales de acuerdo a edad, enfermedades preexistentes, medicación habitual, alergias, embarazo y lactancia
También se le explicarán las precauciones a tener en cuenta, vacunas recomendadas y posibles prevenciones según el destino, según las características del viaje, la modalidad de alojamiento y las enfermedades frecuentes en la zona geográfica a visitar
Además se brindarán recomendaciones generales para viajes con niños y niñas, embarazadas, adultos mayores de 65 años, mochileros, turismo aventura, turismo de altura y buceo.
Otro punto clave, es que se le explica al paciente los síntomas a los que tiene que estar atento cuando vuelva del viaje.
En un mundo globalizado, los virus y las bacterias están más cerca
El infectólogo Tomás Agustín Orduna es uno de los referentes argentinos en enfermedades tropicales y medicina del viajero. Es el jefe del Servicio de Patologías Regionales y Medicina Tropical (CEMPRA-MT) del Hospital Muñiz en Buenos Aires, docente de la UBA y ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero (SLAMVI).
En la conferencia que dio en el Cemafe recordó que la irrupción de la aviación aerocomercial, a partir de 1950, fue un punto disruptivo en la relación con los viajes. “En 1950 se movieron 25 millones de personas y ahora son 1.200 millones los que viajan. Desde el punto de vista epidemiológico, es muy importante que 800 personas pueden pasar de una playa del sudeste asiático al centro de Buenos Aires en solo 24 horas”, precisó.
La millonaria inversión china en el continente africano, para construir rutas, ferrocarriles y puertos —“como hicieron los ingleses en la Argentina en el siglo XIX”— va a permitir acceder a regiones de África a las que era complicado viajar y eso va a generar un mayor riesgo de entrar en contacto con patógenos diferentes.
Son solo dos ejemplos para comprender que lo que se globaliza no solo es el conocimiento, la tecnología, las culturas y las plataformas de streaming: los virus y bacterias también están más cerca y viajan con nosotros en el avión.
A este escenario hay que sumar el calentamiento global que está tropicalizando regiones a las que los mosquitos no entraban, porque no resistían el frío (el aedes, por ejemplo, no sobrevive cuando el termómetro está por debajo de los 7 grados).
“Un viajero que suele ser de riesgo es la persona que vive en la Argentina y vuelve a visitar sus familiares a Paraguay o Bolivia para las fiestas. Cómo está volviendo a su casa, no suele tomar precauciones ni consultar y está más expuesto a contagiarse y volver enfermo”, advirtió Orduna.
También contó que cada vez más argentinos visitan destinos como el Amazonas y Tailandia, que requieren de un asesoramiento más específico que las prevenciones que hay que tomar para viajar a Europa.