Cada año, miles de argentinos eligen las costas de Brasil para veranear. Desde el año pasado, por un brote de fiebre amarilla que se originó en el estado de Minas Gerais y se expandió a varios estados limítrofes, se aconseja la colocación de una vacuna a quienes vivan o visiten las áreas afectadas.
En conferencia de prensa, la ministra de Salud, Andrea Uboldi, insistió en las siguientes recomendaciones, ante la demanda irracional de vacunas que se observó en las últimas semanas:
- “Al elegir el destino para vacacionar, hay que informarse sobre la situación epidemiológica y saber qué está pasando en cada lugar; en un mundo globalizado hay distintas enfermedades que pueden ocurrir”.
- “El calendario de vacunación debe estar al día: es más frecuente que alguien se lastime en la playa antes de que se contagie de fiebre amarilla; por tanto deberíamos tener una sobredemanda de antitetánica o de la doble, y llama la atención que no la tenemos. Lo mismo sucede con Hepatitis B”.
- -“Hay que saber que una vez que aplican una vacuna en mi brazo, recién se tendrán aticuerpos a los 15 días aproximadamente. No tiene efecto inmediato. Por eso desaconsejamos que la persona, con el auto cargado y el día previo a viajar, vaya a vacunarse. No corresponde y nuestros vacunadores tienen indicación de no vacunar porque recién van a tener anticuerpos cuando regresen a Santa Fe, donde no hay fiebre amarilla”.
- “No es verdad que si no logré vacunarme voy a morir por fiebre amarilla. Hay otras estrategias preventivas, como colocarme repelente, dormir con mosquiteros que me permiten protegerme”.
- “Esta es una vacuna que se puede exigir para ingresar a algunos países porque está sujeta al reglamento sanitario internacional. Brasil no la está exigiendo para ingresar y Argentina tampoco la pide para salir”.