De la Redacción de El Litoral
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El Grupo Fertonani, que viene explotando este sector de la Costanera Este desde hace 14 años, decidió no participar en la licitación del nuevo parador y planteó fuertes cuestionamientos al proyecto de la Municipalidad. También solicitó que se reformule la licitación en una nota que presentó al municipio y entregó en mano a Pablo Tabares, secretario de la Producción.
Carlos Fertonani, en una entrevista con El Litoral, explicó los argumentos del grupo gastronómico. “El pliego tiene dos falencias muy graves. Por un lado obliga a demoler el parador ya existente, patrimonio de todos los santafesinos, que tiene un valor superior a los 3.000.000 de pesos, y por el otro plantea volver a construir otra estructura de un costo teóricamente similar”, advirtió.
Fertonani también cuestionó que para armar este pliego no se consultó a las empresas gastronómicas y turísticas de la ciudad. Este punto también fue planteado por la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Santa Fe en una carta que enviaron a la Secretaría de la Producción.
“Creemos que un proyecto de esta envergadura debió haber merecido un tratamiento con todas las partes involucradas. En nuestro caso nunca fuimos convocados ni consultados”, señala una nota que firmaron, a principios de diciembre, Pascual Nappa y Mario Wagner, secretario y presidente, respectivamente, de la asociación.
En el caso del nuevo parador, Fertonani aseguró resumió sus críticas en cuatro puntos. En primer lugar, “la obstrucción visual es similar a lo que se va a demoler. Además, los materiales son los mismos: chapa, vidrio y cemento”. Asimismo, en los planos se prevé la cocina en el extremo sur. “Por lo que se tapa la vista del Puente Colgante desde el salón”, contó el empresario.
En segundo lugar, Fertonani duda sobre la viabilidad económica del restaurante. “En el nuevo proyecto, la capacidad interior cubierta es de 72 cubiertos, lo que lo hace inviable en la opinión de cualquier gastronómico. Lo mínimo que se necesita es 140 cubiertos”, insistió el empresario, quien recordó que el parador actual tiene 200 cubiertos en el salón cerrado.
El tercer punto, en la visión de Fertonani, es la falta de prevención de servicios al bañista. “La nueva ubicación, a casi 500 metros del parador Piedras Blancas, deja huérfana la atención en la playa”, destacó.
La cuarta crítica es que el nuevo proyecto no soluciona los altos costos operativos que tienen los emprendimientos gastronómicos en la Costanera Este, por la falta de cloacas, limpieza pública, agua potable y gas natural.
Fertonani cree que estas dificultades son la causa de que otras empresas gastronómicas de la ciudad no se hayan presentado a una licitación que define el futuro de un sector estratégico de Santa Fe durante los próximos 20 años.