Los vecinos de Central Guadalupe, al noreste de la ciudad, evitaron el sábado con su rápido accionar que un sector de los terrenos fiscales del barrio sean intrusados por desconocidos que pretendían iniciar una obra en construcción.
El sábado pasado los vecinos evitaron que se intrusen parte de los terrenos ubicados al noreste de la ciudad. Obreros habían iniciado movimientos para construir. Desde la Vecinal reclaman la presencia del Estado.
Los vecinos de Central Guadalupe, al noreste de la ciudad, evitaron el sábado con su rápido accionar que un sector de los terrenos fiscales del barrio sean intrusados por desconocidos que pretendían iniciar una obra en construcción.
El hecho ocurrió en la zona de la intersección de las calles Matheu y Azcuénaga, donde existe una extensa lonja de terrenos baldíos que pertenecen al Estado nacional (Vialidad) y cuyo destino iba a ser el cierre de la circunvalación norte, que nunca se realizó y por lo tanto en 2003 se desafectó.
En la actualidad dichos terrenos están destinados a un uso recreativo y de espacios verdes. Hay arcos de fútbol y árboles a los costados de las canchas. Son nueve manzanas que se extienden de este a oeste, desde calle Riobamba hasta Dorrego, y entre Pje. Roca y Azcuénaga, de norte a sur. La misma situación ocurre en la mitad de las manzanas lindantes, desde Pje. Roca hacia Matheu.
Dicha zona fue noticia hace poco tiempo atrás debido a la intrusión que algunos lugareños denominan "Vip" o de "guantes blancos", ya que los ocupantes de dichos terrenos fiscales son los propios vecinos de este barrio residencial de la ciudad, quienes extendieron los fondos de sus casas con la ampliación de patios, construcción de piscinas y hasta quinchos o habitaciones de sus hogares.
Pero el del sábado fue otro tipo de intento de intrusión y "estuvo en manos de desconocidos que llegaron al barrio en un camión y se dispusieron a desplegar todos los elementos para la construcción de tapiales", dijo Cristina Marchesán, una vecina que además coordina las tareas desde la institución Vecinal Central Guadalupe para reclamar por la seguridad del barrio.
"Rápidamente los vecinos alertamos sobre lo que estaba ocurriendo, llamamos a la policía e impedimos que avanzaran", contó a El Litoral. "Más tarde nos enteramos que eran foráneos y, al menos a la policía, no quisieron decirles quién los había mandado o contratado", dijo la vecina, "pero sabemos que no fue una cuestión política (en esta coyuntura electoral) -como ocurrió otras veces-, sino una maniobra de otro tipo", advirtió.
Lo cierto es que el hecho en sí puso en evidencia la falta de resolución del Estado, en sus distintos niveles, sobre el destino final de los terrenos que en la actualidad se encuentran ociosos. A lo largo de la historia hubo muchas ideas que no se concretaron para utilizar el lugar. Hasta se pensó en un proyecto inmobiliario a cargo de los planes de vivienda del Estado. Pero hasta el momento nada de ello se concretó.
En toda la ciudad
Son varios los terrenos fiscales de distintas zonas de la ciudad donde han ocurrido este tipo de usurpaciones. El más reciente ocurrió en una zona ferroviaria de barrio María Selva, donde un vecino pretendía construir una piscina, de cara a la próxima temporada estival, y rápidamente actuó la Municipalidad para impedirlo.
En las zonas por donde antes pasaba el tren también hay ampliación de patios y viviendas, en distintos barrios y de todos los estratos sociales. En estos casos se contabilizan situaciones con un trasfondo de demanda social por una vivienda digna y abusos ilegales de vecinos que amplían sus hogares hacia los fondos. Y tras las denuncias periodísticas aparece luego el Estado para intentar controlar la situación.