La discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras -debidas a la actitud y al entorno- que evitan su participación plena en la sociedad en igualdad de condiciones con las demás.
Partiendo de esta concepción expresada en la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, veremos cuánto se ha hecho y cuánto falta por hacer.
Desde el concepto de rehabilitación integral, la posibilidad real de concurrir al hospital es un eslabón de esta cadena de acciones que permite dar respuestas ajustadas a las demandas. “No pude asistir porque los días de lluvia a mi barrio no se puede entrar con la ambulancia”, “Bajo del colectivo con mucha dificultad por los bastones y tengo que esperar 15 minutos para cruzar porque no hay un semáforo”, “Llevo a mi madre en sillas de ruedas y muchas veces tengo que ir por la calle porque las veredas están rotas”. Expresiones como éstas son solo algunas de las tantas que se escuchan y que nos interpelan, y nos deben ocupar para concretar el plan de accesibilidad.
Las instituciones hemos trabajado mucho en cada una de las instancias en que nos han convocado desde la Municipalidad y otros organismos del Estado, haciendo relevamiento de necesidades y expresando propuestas, compartiendo reuniones y debates.
La construcción de entornos saludables es tarea de todos, por eso hacer efectiva la convención implica decisiones políticas, inversiones algunas muy sencillas y otras tal vez no tanto. Establecer trayectos prioritarios para acondicionar con rampas, semáforos, cruces peatonales, etc., por ejemplo, facilitaría el acceso a centros de salud, escuelas, paradas de colectivos, etc.
Las acciones, inversiones, obras, adecuaciones, ajustes, acompañadas del respeto, de entender a la diversidad como valor cultural, haciendo visible en lo cotidiano que somos uno, podrían ser el camino de acceso.
Dice la Convención en su artículo 9: “A fin de que las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida, los estados partes adoptarán medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público, tanto en zonas urbanas como rurales. Estas medidas, que incluirán la identificación y eliminación de obstáculos y barreras de acceso, se aplicarán, entre otras cosas...”, y mucho más. Que así sea.