El agua que comúnmente desemboca desde la laguna Setúbal en el Puerto viajó en sentido opuesto. El fenómeno fue pasajero y sólo en ese tramo. La explicación.
Guillermo Di Salvatore Al norte. Desde el Puerto el río corre hacia el Puente Colgante.
Un inusual fenómeno hidrológico ocurrió por estos días en la ciudad de Santa Fe. El río homónimo, también conocido como Canal de Derivación Norte, cambió el sentido de la corriente. Y esta modificación natural pasajera puede volver a repetirse en cualquier momento.
Lo común es ver los camalotes y demás elementos de la flora regional viajar por la laguna Setúbal aguas abajo, desde su nacimiento en la zona de la desembocadura de los Saladillos, el arroyo Leyes y el Potreros -al norte- por la Costanera, luego por debajo del puente Colgante y el Oroño, y así continuar su curso hacia el Puerto y Santo Tomé.
En cambio, por estos días el tramo del río Santa Fe que va desde la desembocadura del Canal de Acceso en el Puerto de Santa Fe -frente a Alto Verde- hacia el norte, corrió al revés. Es decir que los camalotes viajaron hacia el Puente Colgante.
Satélite Sedimentos. El color de los sedimentos que ingresan por el Canal de Acceso muestran cómo viajan hacia el norte y aparecen depositados sobre la Costanera Este, detrás de El Pozo.
Sedimentos. El color de los sedimentos que ingresan por el Canal de Acceso muestran cómo viajan hacia el norte y aparecen depositados sobre la Costanera Este, detrás de El Pozo.Foto: Satélite
Agua que has de beber
Este fenómeno pasajero pocas veces visto es natural y al mismo tiempo extraordinario. Mientras ocurrió, el agua que ingresa del río Paraná y del Colastiné a través del Canal de Acceso al Puerto abasteció la laguna Setúbal.
Así las cosas, también puede variar el volumen y las características de sedimentos en suspensión, limos y arcillas que viajan por el río. Esto modifica levemente el tono del agua. En consecuencia, también es distinta el agua que abastece a la Planta Potabilizadora de Assa en barrio Candioti Sur, ubicada sobre el río Santa Fe, junto al club Náutico Azopardo.
"La cuenca de Los Saladillos, a la que pertenece la laguna Setúbal, es un sistema no típico que pertenece al sistema Paraná, de relieve muy llano con zonas deprimidas no encauzadas y con arroyos que escurren con dirección Norte-Sur", explica la hidróloga Rosana Hämmerly (FICH UNL).
"Es un sistema hídrico de naturaleza compleja acentuada por la acción antrópica orientada a la construcción de estructuras para facilitar el escurrimiento (canales), protección ante los excesos hídricos (terraplenes), almacenamiento de agua en épocas de déficit hídrico", enumera la especialista en su explicación. "Estos sistemas, en que las componentes verticales predominan por sobre las horizontales, tal como sucede en la generalidad de las cuencas de llanuras, se comportan según sea el nivel del agua existente, modificando la dinámica hídrica; es decir, la dirección de escurrimiento puede verse modificada, e incluso cambiar su sentido", afirma la hidróloga. Y ello es lo que ocurrió en Santa Fe.
Más adelante, Hämmerly aporta: "No es un cambio de dirección de la corriente. Es una afectación de un tramo -explica-. Es decir, si observás aguas arriba vas a encontrarte con la dirección de la corriente hacia el sur, como es habitual". Para poder determinar en qué sector cambia el sentido "habría que medir los niveles del 'pelo de agua' para determinar bien las pendientes hidráulicas".
Otro fenómeno
Por último, cabe mencionar también otro fenómeno natural que ocurre en la desembocadura del río Salado sobre el río Santa Fe. Esto es a la altura del límite con Santo Tomé, aguas abajo de la zona de Varadero Sarsotti, en la ciudad de Santa Fe.
En esa confluencia -que es donde además nace el río Coronda-, el Salado descarga un poderoso volumen de agua, lo que genera remansos y una gran corriente. Un curioso fenómeno visual.