Las respuestas de El Litoral ante la inundación de dudas
Recorrer los meses de lo peor de 2003 en la hemeroteca de El Litoral es agotador. Quien se interna en los títulos, las fotos y las notas de esos días revive la pesadilla santafesina que comenzó el 29 de abril. La labor de explicar lo ocurrido en términos periodísticos desde la redacción de un diario.
La tapa del 29 de abril se dedicó por completo a la inundación. Crédito: Flavio Raina
En mayo, junio y julio de 2003, además de detenerse sobre el drama, de publicar la lista de personas que necesitaban ser encontradas y de narrar el dolor de cada día, el diario de la ciudad intentó responder a las preguntas que -tanto como lo ocurrido- dolían a los santafesinos. El Litoral las formuló a las autoridades provinciales y municipales, y las respuestas no fueron suficientes.
Hubo que recurrir a otras fuentes y sobre todo investigar bastante más. Aquí se exponen los textos de entonces, con las respuestas que pudo ofrecer el vespertino, que luego integraron incluso aportes para la causa judicial aún inconclusa, como lo estaba el 29 de abril de 2003 la defensa del borde oeste.
El 29 de abril, en una edición cuya tapa de tamaño sábana solo informó sobre la inundación, el ministro de Obras y Servicios Públicos Edgardo Berli admitía "nos faltó información para hacer un esquema de prevención" y sostenía que se trataba de un "fenómeno absolutamente inusitado".
El mismo miércoles un mapa de la ciudad a página completa mostraba la magnitud del área ocupada por el Salado que había sido endicado por la defensa, dentro de la ciudad. El gobernador Carlos Reutemann afirmaba que el río Salado se comportaba "como un río de montaña".
En tapa, el 1ro de mayo, una foto aérea mostró que había más agua dentro de la ciudad que afuera, a la altura de la avenida Mar Argentino. Se había abierto con retro excavadoras la defensa en el extremo sur este, a la altura de Puerto Piojo, y comenzó a bajar la masa hídrica. El 4 de mayo, en conferencia de prensa, Reutemann dirá que había sido "amenazado de muerte" si rompía la defensa, pero ni esa vez ni más adelante dijo quién fue. Desde el punto de vista hidráulico, el Salado entraba en parte a la ciudad por donde nunca hubo una defensa (a la altura del Hipódromo) y salía por donde dos días antes se la había abierto. El río apenas había bajado 10 cm y comenzaba a cerrarse el anillo a la altura de calle Gorostiaga hasta la cota más alta de Estado de Israel.
El 2 de mayo se informó que se había triplicado en abril el promedio histórico de las lluvias sobre la cuenca del Salado, un dato que no fue advertido a tiempo.
El domingo 4, en conferencia de prensa el entonces rector de la UNL Mario Barletta explicó que "desde hace años el gobierno provincial dispone de información". El Litoral tituló: "La Universidad del Litoral puso los estudios sobre la mesa". Exhibió trabajos del Instituto Nacional de Ciencias y Técnicas Hídricas de 1978 que advertían de la posibilidad de crecientes de más de 3.000 m³/s en el Salado. Y también un informe de 1992 sobre la delimitación del área de riesgo hídrico por crecientes de esa curso, que fue encargado por el Estado Provincial justamente para la ejecución de las obras de defensa en el tramo I y II, que se hicieron, "pero no se cerró a la altura del Hipódromo". La tesis de la responsabilidad del Estado por no alertar y por no cerrar la defensa (como sí lo hiciera en 1998) tomó fuerza.
Una explicación temprana. Crédito: Flavio Raina
En contratapa un mapa explicó lo ocurrido bajo el título "El día que la defensa fue una trampa". Esa nota recordó otras de 1991 donde el Instituto Nacional del Agua (antes de la construcción de los tramos I y II de la defensa que no fue cerrada) advirtió que el agua del Salado podía llegar hasta la avenida Freyre de no protegerse a la ciudad en su borde oeste.
Para el 3 de mayo, cuando ya había sido abierta la Mar Argentino para desaguar la ciudad y se buscaba cerrar por primera vez la defensa, el Salado estaba sumamente cargado y crecido. Una periodista, Teresa Pandolfo, además de entender que era hora de hacer "cirugía mayor" en el gabinete de Reutemann, narraba que había visto desde el aire el fenómeno "como nunca en 29 años de profesión".
Recién para el 7 de mayo el río comenzaba a descender "unos 7 cm por día", según datos oficiales. Al día siguiente se completaría el cierre del anillo (lo que no se hizo en la construcción de los tramos I y II de la defensa en los '90). Llevó apenas 4 días desde el anuncio, y se hizo con el río alto.
El miércoles 9 comienza a bombearse el agua encerrada en la ciudad hacia afuera. En tapa, se publica una foto de la pista del Hipódromo y el flamante cierre. Desde entonces, en su portada El Litoral consignará la altura diaria del Salado al mediodía.
El 12 se supo que hubo en la ciudad 20 millones de metros cúbicos de agua. Para entonces el Salado había bajado apenas algo más de 25 cm. En el departamento Las Colonias, aguas arriba, seguían cortadas por ese curso las rutas 4, 6 y 70. Al día siguiente llegaban más equipos de bombeo y se publicó la primera foto satelital de la ciudad al 8 de mayo.
Para el 15 de mayo se inician denuncias penales contra el gobierno provincial, aunque ya fiscales federales habían considerado que había elementos para iniciar un investigación. La administración Reutemann comienza entonces a ensayar el argumento de que la insuficiente luz del puente de la autopista era el causante de la inundación, en lugar de la defensa abierta a la altura del hipódromo. Para el 17 de mayo se rehabilitó parcialmente la avenida Mar Argentino, por donde se dejó salir el agua atrapada. Dos días después Reutemann anunciará el ensanche de la luz de ese puente y también importantes mejoras en la defensa (que en rigor nunca fue superada por el agua). Sería elevada además de cerrarse por fin su anillo.
El 18 de mayo el ministro Berli asegura que "la ciudad está preparada para soportar otra crecida" ante los temores a un nuevo pico del río.
La Facultad de Ingeniería en Ciencias Hídricas planteó una pregunta y la respondió. Crédito: Flavio Raina
El 21 se produce la segunda protesta de inundados frente a la Casa Gris, y esta vez sería multitudinaria. El 27 las autoridades del Jockey Club debieron desmentir una obviedad: que no fueron quienes hayan impedido la obra del cierre de la defensa cuando se construyó el tramo II. Allí terminaba abruptamente el terraplén justo a la entrada de su cancha de golf. Además de explicar que el club se hubiera beneficiado con la obra aportaron datos hasta entonces poco conocidos: el río había ingresado al green el 12 de marzo de 2003 y recordaron que en 1998 se hizo un cierre provisorio que evitó la inundación. "Ellos sabían que ese era el Talón de Aquiles", dijeron Martín González Taboada y Jorge de Iriondo.
El 2 de junio, la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas explicó que hubiera pasado si antes de la llegada del pico se hubiera cerrado la defensa. Se indicó que incluso el plano de la obra de defensa del tramo II contenía una advertencia para que se realice el cierre en caso de crecientes. Y que estaba prevista la realización de un tramo III. Se describió el embalsamiento del agua dentro de la ciudad y se aseguró que hubo tiempo y signos de alerta suficientes para que se haga el cierre, y que se lo pudo ejecutar en menos de cuatro días y en medio del agua
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