Lía Masjoan
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Hace 24 horas que dejó de llover y un amplio sector del norte de la ciudad todavía tiene agua. Por estas horas, y durante algunos días más, ésa será la complicada situación con la que tendrá que convivir gran parte de los vecinos que viven al norte de avenida Gorriti, desde Aristóbulo del Valle hacia el oeste.
El agua que baja desde Recreo y Monte Vera después de la intensa lluvia y la ausencia de cuatro desagües importantes en la zona norte ocasionan un escurrimiento muy lento. Incluso, en algunos sectores ha empezado a subir el nivel.
En el suroeste, la situación es distinta. Dos obras nuevas mejoraron el escurrimiento y sólo hubo problemas durante el temporal. Son la alcantarilla de un diámetro casi 15 veces mayor que se colocó en barrio Chalet y el nuevo Desagüe Entre Ríos, aún en construcción, pero ya habilitado en un 95 % de su capacidad total. Los problemas en este sector persisten en la villa de Centenario y en Varadero Sarsotti, ambos asentados en inmediaciones a cavas y con dificultades para conectarse con los sistemas de descarga.
Plan director incompleto
Para conocer por qué se inundan los barrios del norte, El Litoral consultó al subsecretario de Recursos Hídricos de la Municipalidad, Felipe Franco. Su explicación se acompaña con un mapa que incluye las referencias específicas para ayudar a entender la situación.
El agua que cae sobre todos los barrios del norte dependen de dos cuencas para escurrir: la Roca que desagua en la laguna Setúbal (hacia el este) y Flores/Gorriti/Estado de Israel, que desaguan en el río Salado (hacia el oeste). Pero los desagües troncales que contempla el Plan Director que elaboró el Instituto Nacional del Agua para llevar el líquido no están hechos.
A los casi 370 milímetros que cayeron allí, se suma el agua que llega desde las localidades vecinas (Recreo y Monte Vera) y la que trae el Salado, porque también ha llovido mucho en su naciente. Esto provoca un funcionamiento a pleno de las estaciones de bombeo, dado que el nivel del río no permite descargar por gravedad lo que llega a las casabombas 5 y 6.
Por una cuestión topográfica, el agua de Recreo, Laguna Paiva y Monte Vera baja hacia el sur y termina descargando en las estaciones de bombeo 5 y 6 de Santa Fe. “En la medida en que no se hagan los canales de descarga de la 7, la 8 y la 9 de Recreo y de una compuerta que tampoco tiene descarga al Salado, esto va a seguir siendo así”, señaló Franco.
Este es un primer problema. El segundo punto crítico se genera en el sector central, es decir de Estanislao Zeballos hacia el norte, y desde Facundo Zuviría al oeste. Allí, faltan dos desagües clave del Plan Director: el Espora, que aliviaría Facundo Zuviría y los barrios San Martín, San José y Piquete Las Flores, entre otros; y el Larrea, que beneficiaría a 70 mil personas de Juventud del Norte, Tránsito, 21 de Octubre, Villa Las Flores, San Martín, Domingo Sarmiento y Pompeya. “El único vínculo que tenemos hoy entre ese sector de la ciudad y el reservorio de la casabomba 5 es el Canal Norte. que empieza en Pompeya. Y, evidentemente, es insuficiente.
La inversión actualizada estimada por el municipio para estos dos desagües es de $ 450 millones, a lo que se suman $ 80 millones para sanear el Gorriti.
Canal Las Mandarinas
Otro gran inconveniente se genera al norte de avenida Gorriti, donde se produce un trasvasamiento de agua en la Cuenca Roca, que descarga en la laguna Setúbal por el Callejón Roca, ante la ausencia de una obra importante: el saneamiento del Canal Las Mandarinas, ubicado 200 metros al norte del fin del límite municipal.
Así como están las cosas, esta cuenca recibe todo el líquido que viene de Monte Vera a través de Aristóbulo del Valle y, más al sur, el agua que se acumula en Aristóbulo y Galicia. Además, le llega el agua del colector Quiroga (donde desagua Punta Norte y René Favaloro) y de El Sable (con agua de los barrios del norte de Blas Parera). “Esto hace que colapse todo el sistema Roca y sea imposible sacar tanto volumen por ahí. Se levanta el nivel, se llena la cava que está detrás del ex relleno sanitario (Cava Borgo) y descarga al sur de avenida Peñaloza”, explicó Franco. De este modo, el agua que tendría que salir por la Cuenca Roca, es decir hacia el este, trasvasa a la Cuenca Flores y se va también hacia la casabomba 5, al oeste, inundando todos los barrios del norte que tiene a su paso.
“Las casabombas están funcionando a pleno, con lo cual estamos empezando a bajar los niveles en los reservorios. Si no llueve, en una semana estaríamos más o menos en los niveles originales”, aseguró el funcionario. Con este panorama, estima que la normalidad podría volver a los barrios complicados entre mañana y los próximos tres o cuatro días.