Los intercambios estudiantiles son un eje fundamental en todas las universidades. Los mismos permiten al alumnado acceder a programas de estudios a nivel internacional, que en su mayoría se cumplen dentro de un semestre universitario.
Emprendieron el viaje para cumplir un sueño y terminaron viviendo días de mucha angustia e incertidumbre. Ellas forman parte de la primera generación que les tocó atravesar este particular proceso estudiantil, solas, lejos de casa y de sus afectos.
Los intercambios estudiantiles son un eje fundamental en todas las universidades. Los mismos permiten al alumnado acceder a programas de estudios a nivel internacional, que en su mayoría se cumplen dentro de un semestre universitario.
En esta oportunidad, las estudiantes intercambistas Guillermina Cano y Milagros Montaño compartieron su experiencia con El Litoral, al ser sorprendidas por la pandemia mientras realizaban sus estudios en el exterior del país. Ellas forman parte de la primera generación que les tocó atravesar este particular proceso estudiantil que afectó a las universidades de todo el mundo.
Al momento del intercambio, Cano estaba estudiando la Licenciatura en Diseño industrial en la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), y la modalidad estudiantil fue con el Politécnico de Milano (Italia), desde febrero de 2020 hasta julio de 2020.
"Nosotros comenzamos las clases en febrero del año pasado. En esa primera semana de clases ya comenzaron los rumores sobre el coronavirus y casos, pero no había mucha información al respecto. Hasta el momento el virus sólo estaba en China, entonces seguimos con las clases normales hasta la semana siguiente, que ya empezaron a notificarse contagios comunitarios, inclusive había personas hospitalizadas", narró.
El Politécnico de Milano tomó la decisión de dictar clases virtuales. "Pero eran decisiones individuales, porque las autoridades no se llegaban a poner de acuerdo. Nadie sabía muy bien qué hacer, nadie estaba preparado, y era la primera ciudad de Europa que presentaba tantos casos. Entonces continuamos las clases on line, sin ninguna fecha para el retorno a la presencialidad, aunque muchos suponían que sería después de Pascuas, en el mes de abril. Era como algo que se veía que pronto iba a llegar a su fin", contó la joven.
Después, todo empeoró. "El virus se empezó a propagar en otros países, en otras ciudades. Se cerró Lombardía y se comenzaron a tomar medidas. Avanzaba el mes de abril y la situación no mejoraba, por lo que la universidad sacó un comunicado donde anunciaba que se continuaría con la modalidad virtual en todo el semestre. Entonces los profesores debieron reacomodar las clases sobre la marcha, pero en ningún momento se vieron interrumpidas", remarcó Guillermina Cano.
"Una de las cosas que aprendí estando en esta situación de pandemia, al tener compañeros y profesores de otros países, es que ante una situación de emergencia todos tenemos las mismas herramientas, en cuanto a la educación. Los profesores hicieron lo que podían estando desde sus casas, con los mismos miedos que teníamos nosotros, como cualquier persona en todo el mundo", manifestó la estudiante.
Ahí fue visible la importancia de la tecnología y cómo pudo mantener conectada a la intercambista. "Porque hubo mucha gente que se volvió a su país de origen y pudieron seguir cursando", recordó. De esta forma, "todos seguimos aprendiendo al mismo tiempo, aún estando encerrados, y eso estuvo muy bueno".
En cuanto a su regreso a Argentina, Cano explicó que apenas se declaró la pandemia y el virus se comenzó a propagar por otros lados, "se contactaron conmigo desde la Universidad Católica de Santa Fe y desde el consulado argentino en Milán. Estuvimos siempre muy bien atendidos. Nos consultaban todo el tiempo qué queríamos hacer, porque había vuelos disponibles por repatriación. Yo me volví cuando termine el semestre en julio, porque era cuando la situación estaba más tranquila allá, y no me parecía volver antes cuando nada estaba tan organizado".
"Mi idea de lo que iba a ser el viaje se esfumó"
Por otro lado, Milagros Montaño estudia en la UCSF Licenciatura en Nutrición. A comienzos del año 2019 comenzó a averiguar sobre la movilidad estudiantil y decidió anotarse para cursar un semestre en la Universidad Católica de Valencia. Milagros narró que el 14 de enero de 2020 inició el viaje: "Llegué, conocí la ciudad, yo nunca había viajado, así que era todo nuevo, una sensación muy linda".
El cursado comenzó a mediados de enero: la joven pudo hacer sólo dos meses clases presenciales. Después vino la catástrofe, una pandemia mundial que nunca nadie se hubiese imaginado que nos iba a tocar. "Fue así que por el tema de la emergencia sanitaria, comenzamos a cursar virtual".
Encontrarse sola en otro país, lejos del hogar y los afectos enfrentando una situación fuera de lo imaginable e impensada como es el comienzo de una pandemia no fue fácil de afrontar. La entrevistada relató que "vivía sola y de un momento para otro mi idea de lo que iba a ser el viaje se esfumó; comencé a vivir una realidad totalmente distinta".
"Estuve tres meses totalmente encerrada -continuó- y fueron muy difíciles para mí, mi familia estuvo muy preocupada. En Valencia las cosas estaban complicadas, eran muy exigentes con el tema de la cuarentena, entonces vivía con miedo, solamente salía a la calle para ir al super o la farmacia, tenías que ir solo, con guantes, barbijo doble y cuando llegabas a la casa tenías que desinfectar todo y pasarte alcohol".
En algunas ocasiones, la intercambista salía al balcón para estudiar y poder respirar. "Mientras estaba ahí, recuerdo que pasaban continuamente los helicópteros de la policía diciendo: '¡Quedarse en casa, no salir!', y recordaban las reglas que había que cumplir. Todo eso me generaba mucho miedo y pensé en volverme. Pero creía que todo iba a mejorar con el tiempo por eso decidí quedarme y terminar el semestre. Nunca imaginé que iba a durar dos años".
"Lloré y estuve muy triste muchos días, porque uno hace este viaje y esta movilidad estudiantil con tanto esfuerzo, es un sueño que uno realiza y que después se te de vuelta de esta forma... Nunca hubiese podido creer que me iba a pasar eso", dijo Milagros.
"La verdad es que flaqueé muchas veces, porque tenía mucho miedo de contagiarme y la angustia de no saber qué iba a pasar si me agarraba la enfermedad. Así que fue pasar el día a día".
Volver al país
Al referirse sobre su retorno al país, Milagros relató que el viaje en un primer momento culminaba el 18 de junio, pero se canceló y lo pudo pasar para octubre. Fue entonces que la joven decidió continuar estudiando otro semestre más, pero "fue muy difícil el tema de renovar la visa; después de tres meses me dijeron que mis papeles estaban rechazados".
"Así que entre idas y vueltas, vuelos cancelados y con la visa ya sin posibilidad de renovación terminé sacando el pasaje en enero del 2021 y el 4 de febrero volví a la Argentina" concluyó la estudiante.