El padre Axel Arguinchona recibió a El Litoral en la parroquia de San Agustín y brindó su mensaje a los santafesinos para esta Navidad.
“Jesús es nuestra gran esperanza, el cristianismo no es el hombre que va en busca de Dios, sino Dios que viene al encuentro del hombre. Y no lo hace de cualquier manera, se hace un niño, muy pequeño, para que podamos acercarnos. Un niño jamás produce temor, al contrario, un niño es alguien que está siempre con esos brazos abiertos, el niño Dios es tierno, dulce, firme, que vive desde la pobreza nuestra realidad. Navidad es Jesús, no es un acontecimiento; es una persona, no es un hecho histórico sino que es mucho más que eso, es Dios que se anonada (dice la palabra de Dios), se hace nada: siendo rico se hizo pobre, siendo eterno e inmortal se hace mortal y viene a caminar con nosotros. Y qué lindo porque viene a traernos una esperanza, porque nuestra esperanza está puesta en él, no en una ideología, en una doctrina, sino en él, una persona, un Dios hecho hombre que ha venido a compartir en toda nuestra condición humana, menos en el pecado, porque el pecado divide.
Y Jesús ha venido a traernos la gracia de Dios. A través del niño Dios nosotros comenzamos a ser plenamente hijos de Dios, a través del niño Dios empezamos a ser hermanos. Qué importante es ver que Jesús es alguien que atrapa los corazones de mujeres y hombres de buena voluntad, porque incluso no creyentes que buscan un mundo nuevo van a encontrar en Jesús alguien que los recibe en su corazón pero que además nos deja a cada uno de nosotros un testimonio de vida para que lo imitemos. Qué bueno es saber que ese Jesús que camina con nosotros, que siente con nosotros el dolor de cada día, viene a traernos esperanza, que nos dirá años después ‘vengan a mi los que están afligidos y agobiados, yo los voy a aliviar’. Es un Dios hecho hombre que conoce el dolor y que nos dice ‘no se inquieten por el mañana, a cada día le basta su aflicción, busquen primero el Reino de Dios y todo lo demás se les dará por añadidura’. Y es un niño Dios que nos dice que a cada hermana y hermano que estamos recibiendo, sobre todo en el dolor, él también está presente porque ‘lo que han hecho con uno de mis hermanos , lo hicieron conmigo’. Que nunca nos olvidemos que Navidad es Jesús porque viene a traernos esta esperanza, la vida eterna y una vida nueva de gracia.
Qué lindo es estar aquí (en San Agustín), donde hay tanto dolor, como en tantos otros lugares que están pasando por situaciones difíciles. Y uno piensa quiénes fueron los primeros que recibieron el mensaje de que Dios había nacido: los pastores, los marginados de aquélla época, que ese Dios hecho hombre se dirige a ellos; y no solamente a ellos, porque también llama a los magos de Oriente que no eran de la fe judía, no conocían la palabra de Dios, hombres inteligentes que tenían un buen pasar, porque Jesús tiene los brazos abiertos para todos y por eso Navidad es Jesús, es una fiesta llena de esperanza porque Dios se hace hombre y nos hace a cada uno de nosotros hijos de Dios y hermanos entre nosotros”.