Gonzalo Zentner | [email protected] | @gzentner
Alberto Ramos, barrendero de Cliba, dialogó con El Litoral mientras despliegan el operativo de limpieza en la Costanera. Juntaron unas 500 bolsas de consorcio con residuos.
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Los festejos de la Nochebuena en la ciudad de Santa Fe tuvieron un saldo negativo, más allá de la alegría de compartir momentos con familiares y amigos. Las costaneras de la capital provincial, espacio elegido para desarrollar la celebración nocturna, amaneció minada de residuos de todo tipo.
Como se explicó, el municipio dispuso de un operativo especial de control que además incluyó un multitudinario equipo de limpieza de la vía pública. El mismo está compuesto de personal de Cliba, Urbafé, empleados municipales y colaboradores externos.
Precisamente, uno de los trabajadores de las empresas de limpieza de la ciudad dialogó con El Litoral y dio detalles de lo mal que encontró la calle al momento de comenzar su trabajo. “Es el daño colateral de la mala educación que tenemos todo el año”, arrancó Alberto Ramos.
En ese sentido, el barrendero de Cliba fue directo y conciso: “Por más que pongamos 1000 contenedores , tres camiones y 600 de nosotros trabajando, la gente te va a ensuciar igual”.
Ramos, que compartió las tareas de limpieza con Mariano Acosta reconoció que “levantaron” unas 500 bolsas de consorcio, “desde Javier de la Rosa hasta Puente Colgante y también en la Costanera Este”.
Al mismo tiempo, el empleado de Cliba reveló un dato no menor sobre cómo quedaron los sectores de playa. “No se ve la arena, literalmente. Desde el Puente Colgante levanté la vista y brillaba todo, por los plásticos y bolsitas”, reconoció.
Por último, Ramos agregó: "Se hicieron dos o tres viajes de camiones. Cada uno lleva entre 8 y 10 toneladas de basura". Para cerrar, aclaró que los grupos de trabajo pudieron "acomodar" un poco el panorama del sector de la arena.