Miércoles 15.9.2021
/Última actualización 23:25
La ciudad de Santa Fe vivió muchos años de espaldas al río. Incluso hasta hace unas décadas atrás el Puerto tenía un murallón que impedía el acceso a esas orillas. Pero en los últimos años hubo un giro radical hacia una apropiación masiva de la laguna Setúbal de parte de la ciudadanía, que la utiliza ahora para la recreación y las prácticas de deportes acuáticos. También hay quienes la usan para la pesca comercial. Y todo ello abre el debate sobre el control y el derecho al río.
¿Cómo puede el Estado controlar las buenas prácticas del uso del río en la ciudad? Una idea que se discute hoy en el Concejo Municipal es la creación de un Plan para la regulación y ordenamiento de los diversos usos de la laguna Setúbal y los distintos espejos de agua de la ciudad, con la conformación de un Consejo para las Buenas Prácticas de Uso.
¿Por qué es necesario dicho plan? Porque en la actualidad hay un descontrol del uso de la laguna y demás espejos de agua. Es decir, no está claro en qué zonas se puede realizar cada actividad, como la pesca, la natación, la navegación deportiva y la recreación en general. Todos conviven en el agua: kitesurfistas, windsurfistas, veleristas, nadadores, pescadores, turistas y lancheros.
Un detalle no menor es que quien tiene poder de policía en el agua, la Prefectura Naval Argentina de Santa Fe, no cuenta con una sede ni destacamento en la Setúbal (lo tiene en el Puerto). Y los guardavidas sólo tienen injerencia en el control de las playas y solarium durante la temporada estival.
Al respecto y ante la consulta de El Litoral, el Prefecto Principal Marcelo Hidalgo, a cargo de la Prefectura Naval en la ciudad de Santa Fe, comentó que desde 2018 se establecieron normativas para cada una de las actividades náutico deportivas. "Están reguladas y circunscriptas cada cual en su zona y el ente marítimo lo hizo saber a todas las entidades náuticas y se reitera todos los años", aseguró.
En ese sentido, Hidalgo explicó que hay determinadas zonas de práctica. Por ejemplo, el windsurf se puede realizar "desde los pilares del ex puente ferroviario hacia el norte, supeditada esta actividad a condiciones climáticas favorables y con los medios necesarios para que el traslado hasta la zona asignada no entorpezca y obstaculice de otra actividad".
Por otra parte, aseguró que desde la Prefectura local se llevan a cabo una serie de medidas de control. De hecho, las infracciones vienen aumentando año a año: en 2019 se supervisaron 2.091 embarcaciones de las cuales 367 (17,5%) recibieron infracción, en 2020 fueron multadas 136 de 600 (19,5) y en lo que va del 2021, se sancionaron a 240 de 777 controladas (30,8). "Trabajamos controlando, pero también asesorando y brindando el apoyo necesario para que las entidades náuticas puedan realizar sus actividades", agregó el responsable de la fuerza.
Toda esta problemática es lo que pensó la concejala oficialista Laura Mondino (FPCyS) al elaborar un proyecto de Ordenanza para regular el uso de la Setúbal y otros espejos de agua de la ciudad. El mismo ingresó al órgano legislativo local el 12 de agosto pasado, con un pedido de preferencia para su tratamiento, y está siendo discutido ahora en comisiones.
"Hacer un uso responsable de la laguna demanda un ejercicio de madurez que implica un compromiso colectivo", sostuvo en sus fundamentos. Y agregó que la pandemia fue un "contexto favorable para el ordenamiento y puesta en valor de los espacios de naturaleza, particularmente aquellos vinculados al disfrute del turismo náutico".
También apuntó Mondino a la bajante histórica del río Paraná, la que "nos demuestra que el escenario natural con el que convivimos es cambiante y necesita ser protegido a efectos de garantizar su cuidado y preservación".
"Apostar a la construcción de una relación de convivencia con la laguna, donde respetemos el ambiente y el humedal, con su riqueza, diversidad y potencialidad; donde podamos realizar actividades deportivas y recreativas con seguridad y responsabilidad, respetando los lugares definidos para cada una de ellas; donde bañistas y nadadores puedan disfrutar sin riesgos de nuestras playas, donde las embarcaciones a remo convivan con lanchas, botes y motos de agua se hace imprescindible", dijo la concejala oficialista.
De prosperar esta iniciativa, será el intendente quien deberá convocar al Consejo a conformarse por distintos actores involucrados, para que éstos sean quienes definan luego un Reglamento para el uso de cada zona. Estos actores son, en principio, representantes de Defensa Civil, de distintas áreas municipales, del Safetur, la Prefectura Naval, la Federación de Clubes Náuticos, el Instituto Nacional del Agua, el Ente del Puerto, los Guardavidas, los boteros de Alto Verde y concejales de la ciudad.
Desde la Federación Santafesina de Clubes Náuticos expresaron su preocupación al respecto. "Durante toda nuestra historia náutica santafesina, en nuestro vínculo con el río regían usos y costumbres de sana convivencia, los que ahora parecen haber cambiado", comenzó diciendo Raúl Stelachi, presidente de la Federación, en referencia a una "celosa rigurosidad en los controles, de parte de la Prefectura" ante la masificación de embarcaciones en el agua.
Ante ello, "le solicitamos una audiencia al Prefecto Hidalgo para transmitirle nuestras inquietudes acerca de esta problemática. Porque hay una rigurosidad en los controles nunca antes vista, y una mala predisposición, ya que antes siempre hubo una gran colaboración mutua con la Prefectura, con sentido común". En cambio ahora durante los controles la Prefectura "para todos los fines de semana a las mismas embarcaciones, dos horas flotando, y les piden todos los elementos que están obligados a llevar a bordo, sin un registro de que ya los habían inspeccionado", dijo. "Y además, sólo controlan entre los viejos pilares del ferrocarril (El Faro) hasta el regimiento de Pontoneros (Santo Tomé), pero en el resto del río, nada".
Esa reunión entre las partes se celebró hace unos días atrás "y quedaron en contestarnos todas nuestras inquietudes", dijo Stelachi. "Pero todavía no tenemos respuesta".
"Hace unos años atrás se habían delimitado las áreas para distintas actividades (dicha información no es de acceso público). Pero les pedimos que extiendan algunas zonas", mencionó el presidente de la Federación. El problema es que las embarcaciones con amarra los clubes náuticos como Marinas -en el Puerto- y el Náutico Sur -aguas abajo del Puerto- precisan navegar en la zona del Puerto para transitar. "¿Cómo hacen los rosarinos y los porteños, entonces, para navegar?", se preguntó. "Porque la zona por donde lo hacen son rutas comerciales. Entonces, no hay que prohibir, sino controlar. Ya que acá se navegó toda la vida", argumentó.