Pretiles plásticos para defender la ciclovía de calle Ituzaingó

De la Redacción de El Litoral

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Lograr que los automovilistas respeten la ciclovía de Ituzaingó viene siendo una tarea difícil. Y no solo en los horarios pico de la entrada y salida de los colegios de la zona. En realidad, los vehículos se estacionan a cualquier hora —hasta para comprar en las rotiserías del barrio— y obligan a los que pedalean a salir de la bicisenda y circular en medio del intenso tránsito de la calle.

Hace unas semanas, el municipio comenzó a colocar topes de cordones amarillos para evitar que los autos “invadan” la ciclovía, pero los autos pasaron igual. Ahora se ensaya en Ituzaingó con pretiles plásticos o “delineadores” que se están colocando en estas 13 cuadras.

“Queremos evitar que se invada la ciclovía y cuidar a los ciclistas. Si la idea funciona vamos a evaluar replicarla en otras bicisendas de la ciudad”, explicó Ramiro Dall’Aglio, secretario de Control del municipio, en diálogo con El Litoral.

En el caso de Ituzaingó, los pretiles no delimitan manos de la ciclovía, ya que quienes circulan hacia el este (hacia la costanera) van por esta calle y los que van hacia el oeste (el centro) tienen la ciclovía de Gobernador Crespo, que tampoco se respeta en varios tramos.
“Vamos a ver si los pretiles funcionan. En lo posible estamos tratando de evitar que un inspector tenga que estar afectado a estas 13 cuadras labrando multas”, explicó Dall’Aglio.

El municipio está colocando los pretiles incluso en las esquinas, al comienzo de la bicisendas, porque había autos que se metían en la ciclovía de esa forma.

Un caso especial, que se está analizando, es el de la escuela Mariano Moreno. “A partir del diálogo con las autoridades del colegio, las dársenas para los transportes escolares van a estar en Ituzaingó, todavía no las pintamos, pero se va a respetar el espacio de la ciclovía”, aseguró el funcionario municipal.