Lía Masjoan
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Twitter: @lmasjoan
Son 60 casas destinadas a familias del noreste que habitan zonas bajas. Es la primera etapa del proyecto de 280 viviendas.
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La semana pasada, el presidente Mauricio Macri le prometió a José Corral que Nación financiará el proyecto de viviendas para las familias que habitan áreas de riesgo hídrico en La Tablada (noroeste), La Vuelta del Paraguayo (este) y Playa Norte, Bajo Judiciales y Bajo Gada (noreste).
Los proyectos se vienen analizando entre las dos esferas gubernamentales desde principios de año y “están en el último tramo para conseguir el financiamiento y comenzar las obras”, destacó el mandatario local.
En el total de la inversión, estimada en $ 347.631.518, Nación aporta un 65 % para construir las viviendas, y entre provincia y municipio el 35 % restante, que se destinará a lotes e infraestructura.
Como muestra de este compromiso, está previsto que en los próximos días visite la ciudad el subsecretario de Vivienda y Desarrollo Urbano del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda del gobierno nacional, Iván Kerr, para recorrer, junto al intendente, el barrio Nueva Esperanza Este. Allí el municipio ya radicó a 54 familias y planea trasladar con los fondos nacionales a otras 60, muchas de las cuales tienen su precaria casa en áreas cercanas destinadas a reservorio.
Esa zona cuenta ya con la mayoría de los servicios porque ahí se han concretado otros proyectos de viviendas, enmarcados dentro de Procrear y de Mi Tierra Mi Casa. Faltan cloacas y gas, pero tiene sistema de desagües pluviales y cordón cuneta, mejorado de calles 0,20, badenes de hormigón armado en cruces de calles, forestación, energía eléctrica, agua potable y alumbrado público.
Otras dos áreas críticas
El municipio ya entregó a Nación los proyectos para La Tablada y La Vuelta del Paraguayo, y están avanzadas las gestiones para continuar con las inversiones en esas zonas.
En el primer caso, las familias serán reubicadas en parte de las 20 hectáreas que los jesuitas cedieron al municipio en 2014, un predio localizado al noroeste de Camino Viejo a Esperanza y al norte de Gorriti. Allí también se radicará a familias que viven fuera del anillo de defensa del oeste. En total se proyectan 140 viviendas.
En el segundo caso, la solución urbanística proyectada implica generar terrenos con cota segura, en el mismo barrio. Para eso, la idea es altear la calle de acceso y generar dos áreas paralelas al mismo nivel para construir a cada lado 80 viviendas en dúplex, con una parte sobre esa zona alteada y otra sobre palafitos. De ese modo, se procura que cuando el río esté bajo los vecinos puedan aprovecharla como área recreativa y cuando suba no tengan que evacuarse. Allí viven 111 familias, según el relevamiento de la Dirección de Santa Fe Hábitat.
Objetivo del municipio
El intendente José Corral explicó que el objetivo planteado cuando empezó el período de El Niño fue “comenzar a trabajar en soluciones más seguras para la mayor cantidad de familias que hoy están evacuadas, a la vez que atendíamos la emergencia”.
Se armaron los proyectos y se presentaron a Nación “de modo que cuando llegue la etapa de la reconstrucción, cuando siempre hay fondos disponibles y voluntad política para invertir después de estos fenómenos, se usen para bajar los niveles de vulnerabilidad, de manera que haya menos familias en zonas de riesgo la próxima vez que sucedan estos fenómenos”, agregó.
Otra zona crítica -no contemplada en esta etapa- es Colastiné Sur, donde viven unas 180 familias en forma permanente y 60 tienen casa de fin de semana, según el relevamiento municipal. “No hemos acordado con los vecinos cuál es la solución, no tenemos tan claro cómo hacer, en los otros lugares está más claro. Los vecinos sostienen que quieren quedarse. Lo que sí tenemos previsto es comenzar una ronda de diálogo cuando baje el río para pensar con ellos posibles soluciones”, finalizó el mandatario local.
$ 40 millones
El intendente José Corral estimó que el municipio lleva gastados $ 40 millones en forma directa en esta emergencia hídrica para asistencia a los evacuados, módulos habitacionales, refuerzo de cuadrillas y máquinas, entre otros. La provincia comprometió $ 20 millones que hasta hoy no se habían acreditado en las cuentas municipales y Nación, $ 10 millones, correspondientes a Aportes del Tesoro Nacional (ATN), en trámite y con la promesa de que llegarían esta semana. “En ese monto no está computado el gasto de reconstrucción de pavimento, infraestructura y todo lo que se rompió”, aclaró.
1500 familias están asentadas en áreas de riesgo hídrico en la ciudad de Santa Fe, según relevamiento municipal. Es un 10 % de las 15.000 familias que viven en barrios marginales.
Análisis (Por Lía Masjoan)
El proyecto es ambicioso: apunta a que en las próximas crecidas, sean del río Paraná o del Salado, Santa Fe no tenga que evacuar a las 600 personas que están viviendo desde fines de diciembre -hace ya cuatro meses- en módulos precarios, alejadas de sus casas, desarraigadas de sus barrios y de sus rutinas cotidianas.
El objetivo es atender las situaciones más urgentes -la de los vecinos que primero se inundan- y disminuir la cantidad de evacuados en próximas emergencias, y los millonarios gastos que la ciudad debe afrontar.
Si los fondos que prometió Nación finalmente llegan, la ciudad de Santa Fe habrá ganado una batalla trascendental para mejorar la calidad de vida de las familias que están radicadas en áreas de vulnerabilidad hídrica.
Y para que no sea un paso en falso, se deberá realizar un monitoreo permanente sobre las zonas de riesgo para evitar que se radiquen nuevas familias.