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La carta de intimación fue enviada al Municipio en las últimas horas y lleva la firma de los ministros de Cultura y de Obras Públicas. La casa con valor histórico patrimonial había sido entregada en comodato y se cae a pedazos. Ahora la Provincia se hará cargo de la restauración.
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El Gobierno provincial envió a la Municipalidad de Santa Fe una carta documento para intimarlo a que en un plazo de 60 días le entregue el comodato de la casa patrimonial de Sor Josefa Díaz y Clucellas, ubicada en la esquina de La Rioja y San Luis, que se encuentra en estado de abandono.
La carta documento ingresada por Mesa de Entradas al Municipio y dirigida al intendente José Corral lleva la firma de los ministros de Innovación y Cultura, María de los Ángeles González, y de Obras Públicas, Pedro Morini. En su primer párrafo explicita “la voluntad de revocación del comodato sobre el inmueble de La Rioja 2308”. Y más adelante aduce que la decisión fue tomada “por el incumplimiento de las obligaciones expresamente asumidas por la Municipalidad (...) de mantener el inmueble en perfecto estado de uso y conservación”.
Patrimonial
La casa cobija una rica historia hecha a pinceladas. Allí residió Sor Josefa Díaz y Clucellas (Santa Fe, 13 de abril de 1852 - Villa del Rosario, 24 de septiembre de 1917 —65 años—). Pepa, para los suyos, fue considerada la primera pintora con firma del continente latinoamericano —pese a que paradójicamente no firmó muchas de sus obras—. Además, el Museo Municipal de Artes Visuales (en San Martín 2068) lleva en honor su nombre.
La artista dedicaba la mayor parte de su tiempo a pintar. Las obras de Sor Josefa Díaz y Clucellas eran costumbristas. Considerada una intuitiva, fue creadora de sorprendentes pinturas para su época. Pero, lamentablemente, muchas de esas obras se perdieron, o quienes las tienen, no conocen su origen ya que como se dijo, muchas veces no las firmaba.
La antigua casa familiar era modesta, del suburbio, de la periferia de la ciudad. Y junto al resto conformaban un entorno urbano de la época en que la sociedad decidió entrar en la modernidad. Pasaron los años, pasó la modernidad y la arquitectura toda evolucionó. Así, la antigua casa cobró su valor histórico. Pero desde hace décadas, el paso del tiempo la viene degradando y no fue restaurada ni mantenida para su preservación.
Hoy, está clausurada. Sobre su fachada colocaron grandes carteles publicitarios, como si se tratase de ocultar la desidia.
En el Concejo
La semana pasada los concejales Laura Mondino y Emilio Jatón, del Frente Progresista, le habían solicitado al gobierno provincial que rescinda la concesión del inmueble y presentaron un proyecto de declaración para manifiestan su “preocupación por el notable estado de abandono que presenta el inmueble” y “por la falta de avances en los proyectos de puesta valor que fueran presentados oportunamente por parte del Departamento Ejecutivo Municipal”.
Más de dos décadas de abandono
1998. Ese año la vieja casona de Sor Josefa Díaz y Clucellas fue declarada por ley Monumento Histórico Provincial.
2002. Un decreto municipal la declaró edificio de interés cultural de la ciudad. Ambas normas establecieron que debía ser mantenida por su valor patrimonial. Sin embargo, desde entonces, día tras día, la casa se cae a pedazos.
2006. La provincia inició la expropiación del inmueble mediante una ley. La norma había establecido dos pagos a los herederos, pero la operación nunca se concretó. Y la Legislatura debió aprobar una prórroga del pago para que se cumpla con dicha expropiación.
2009. Tres años más tarde, finalmente la provincia compró la antigua casa por un monto cercano a los $ 600 mil.
2011 Una vez en manos del Estado, la provincia suscribió con el municipio un convenio de uso de la propiedad, y en 2011 se licitaron las obras de restauración y puesta en valor del edificio. Pero las ofertas fueron superiores al presupuesto y la restauración quedó trunca.
2012. Mientras se avanzaba hacia un nuevo proceso licitatorio, la Municipalidad realizó algunas tareas por administración que incluyeron demoliciones de mamposterías y remociones, limpieza e hidrolavado de fachadas y reparación de muros. Los años siguieron pasando y la casa continuaba con su natural deterioro.
2013. En un nuevo capítulo de esta historia, en 2013 todo hacía parecer que llegaría la restauración y puesta en valor definitiva.
2014. Pliegos al Concejo y nueva licitación, prevista para febrero de 2014. El nuevo proyecto contemplaba la instalación del Museo del Inmigrante y la concesión de una parte del edificio para la explotación de un emprendimiento privado compatible con ese espacio cultural. Pero la licitación quedó desierta.
2018. La Provincia rescindió el comodato con la Municipalidad e iniciará un proceso para hacerse cargo de la restauración.
La decisión fue tomada “por el incumplimiento de las obligaciones expresamente asumidas por la Municipalidad (...) de mantener el inmueble en perfecto estado de uso y conservación”.