El Movimiento Los sin Techo trabaja desde hace más de tres décadas en la promoción de la vivienda, la salud y educación de los barrios más carenciados de la ciudad de Santa Fe. Hasta allí un dato bien conocido.
Fue otorgado al Movimiento Los Sin Techo por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. La integración como clave de un programa que podría llegar a más escuelas.
El Movimiento Los sin Techo trabaja desde hace más de tres décadas en la promoción de la vivienda, la salud y educación de los barrios más carenciados de la ciudad de Santa Fe. Hasta allí un dato bien conocido.
La novedad por estos días es que una de esas propuestas educativas se presentó a la convocatoria al Premio Iberoamericano de Innovación Educativa y obtuvo un reconocimiento internacional. "De la tiza a la robótica", es el programa "de alfabetización y divulgación de la ciencia para niñas y niños que viven en contextos de exclusión social", que se desarrolló entre agosto y diciembre de 2021 con chicas y chicos de las escuelas Ballarini, de barrio Las Lomas, y la Cooperación Escolar, de Nueva Pompeya.
El galardón se concretó en la forma de mención especial (una de las tres que se otorgaron luego del primer premio) que entregó la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
El programa participó junto con otras 60 postulaciones, de las cuales 22 son de nuestro país. Así que la satisfacción es grande y así queda claro en el diálogo de El Litoral con Luciano Zocola, coordinador del área de inclusión educativa y digital de Los sin Techo y director de Si Televisión.
En realidad, una lista mucho más larga de personas figura junto a Zocola en los créditos del equipo de trabajo, incluido personal de las dos escuelas que participaron del programa, junto con tutoras barriales y docentes del Movimiento, representantes de la Facultad de Ciencias Hídricas de la UNL a cargo del desarrollo técnico de las aplicaciones de realidad aumentada y dos referentes de nivel internacional: Osvaldo Panza Doliani, médico, docente e investigador en neurociencia, y Daniel Prieto Castillo, coautor de la propuesta de Mediación Pedagógica.
El proyecto tuvo, además, apoyo del gobierno de la provincia.
¿Cómo funcionó?
Integración y trabajo en red. Esos son los conceptos que mejor hilvanan el trabajo desarrollado durante casi cinco meses del año pasado. Así lo explica el material de difusión:
Las y los niños asistían tres veces por semana a contraturno al aula digital del barrio.
Cuando los padres no podían acompañar a sus hijos, las tutoras comunitarias los buscaban en sus domicilios o en puntos encuentro.
En el aula barrial las tutoras comunitarias, asistidas en línea por videoconferencia desde el aula central por las tutoras docentes del Movimiento Los sin Techo, continuaban reforzando lo aprendido en la escuela.
Al final de la jornada, ellas elaboraban un reporte en audio, como devolución a las maestras titulares de cada escuela, lo que permitió un seguimiento minucioso del aprendizaje de cada estudiante.
Periódicamente se realizaban también evaluaciones individuales.
Finalmente, las tutoras comunitarias y las docentes, recibieron capacitación tanto de manera virtual como presencial, sobre cuestiones vinculadas al proyecto.
La vinculación entre todos los protagonistas del programa fue permanente, de manera de armar la red que posibilitó sostener los aprendizajes y los progresos de cada alumno, siguiendo los principios de la neuroeducación y la mediación pedagógica.
El resultado fue, entre otros, la "implementación de un sistema educativo innovador que integra las instituciones escolares con personas de las comunidades y con el apoyo de recursos analógicos y digitales".
Como se dijo, la experiencia estuvo centrada en dos establecimientos educativos. Eso por ahora. ¿Podría crecer? Las gestiones están en marcha para llegar a más escuelas.