De la Redacción de El Litoral
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Detrás de una miopía o astigmatismo, puede ocultarse una enfermedad que genera deformación de la córnea y visión defectuosa: el queratocono. “Es una enfermedad de la córnea —que es la membrana anterior del ojo— que la debilita, la afina y la deforma”, explicó el médico oftalmólogo Sebastián Páez Allende.
Al menos una de cada 2.000 personas padecen queratocono en el mundo y la provincia de Santa Fe no es la excepción, advierte el Colegio de Ópticos de Santa Fe 1ra. circunscripción.
En las etapas iniciales, los síntomas son similares a los de cualquier defecto de refracción ordinario. A medida que la enfermedad progresa, la visión se deteriora, principalmente para ver de lejos. En algunos individuos, la visión en uno de los ojos es marcadamente peor que en el otro, y hay quienes desarrollan hipersensibilidad a la luz (fotofobia). Usualmente, es una patología indolora, aunque cuando avanza puede aparecer sensación de arenilla o cuerpo extraño, por la mala lubricación corneal.
Cuando la enfermedad es incipiente, para diagnosticarla el profesional debe estar atento. “El diagnóstico se da si uno lo busca. Ha habido un aumento del diagnóstico de queratocono porque aumentó su búsqueda”, señaló Páez Allende y agregó: “Si el queratocono avanza, el diagnóstico es evidente porque se ve la córnea deformada”.
Generalmente, la enfermedad se detecta en pacientes adolescentes y jóvenes, de cerca de 20 años, quienes acuden al oftalmólogo por problemas progresivos en su visión. “El diagnóstico temprano del queratocono es fundamental para prevenir daños irreversibles y evitar o demorar la necesidad de una cirugía”, advirtió el médico oftalmólogo Sebastián Amado.
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