“Me salvé de milagro”: el recuerdo de Mingo, el mecánico que cayó en el socavón de Bulevar y 9 de Julio
Flavio “Mingo” García tenía 65 años cuando el suelo se abrió bajo sus pies en pleno bulevar santafesino. A un año del hecho, recuerda el momento con angustia: “Salí como un gato, pero era la cloaca lo que corría abajo; si caía, no me encontraban más”, relata.
El 4 de abril de 2024, Flavio “Mingo” García salía de su taller mecánico cuando se convirtió en el protagonista involuntario de un hecho que expuso, otra vez, la fragilidad del suelo santafesino. El hombre caminaba por Bulevar Pellegrini y 9 de Julio cuando un socavón se abrió repentinamente y lo tragó hasta quedar colgado de un cordón.
0 seconds of 0 secondsVolume 0%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
Atajos de Teclado
Shortcuts Open/Close/ or ?
Reproducir/PausaEspaciadora
Subir el Volumen↑
Bajar el Volumen↓
Adelantar→
Retroceder←
Activar/Ocultar Subtítulosc
Pantalla Completa/Salir de la Pantalla Completaf
Silenciar/Activar Sonidom
Decrease Caption Size-
Increase Caption Size+ or =
Adelantar %0-9
Copiado
En Vivo
00:00
00:00
00:00
“Había cerrado el taller, venía caminando, había llovido, hacía frío”, relata Mingo. “Cuando cruzo y subo a la otra rampa, se quebró el piso y quedé enganchado con el brazo del cordón amarillo”, describe.
En el lugar se había formado un hueco de entre siete y ocho metros de profundidad. La magnitud del socavón dejó al descubierto un flujo cloacal activo. “Todo el agua que había en la calle, yo al romper ahí hice el embudo, todo el agua me caía en el pecho y me tiraba para abajo”, recuerda. “Me acuerdo que alcancé a mirar así para abajo: no era agua, era la cloaca”, detalla con crudeza.
El socavón bulevar y 9 de Julio. Foto: Fernando Nicola
“No me encontraban más”
La imagen sigue vívida en su mente. Mingo logró salir por sus propios medios, aunque completamente empapado, golpeado y en estado de shock. “La verdad que no sé cómo salí, pero salí, calculo que salí como un gato”, dice. Minutos después, fue asistido por estudiantes que salían de la Universidad del Litoral.
“Me preguntaron si estaba descompuesto, si me había desmayado. Llamaron a la ambulancia, vino la policía y me asistieron”, cuenta.
Con el tiempo, la conciencia de lo que podría haber pasado lo golpeó aún más fuerte que la caída. “Sí caía más profundo me llevaba la cloaca y por como corre ahí abajo, me iban a tener que buscar por el lado de Regatas”, afirma.
La experiencia no solo dejó secuelas físicas. “Después del accidente terminé en un psicólogo porque me la pasaba llorando, angustiado por lo que podría haber pasado”, admite. “Yo como hombre grande nunca creí en la psicología, pero me generó mucha angustia”.
El socavón bulevar y 9 de Julio. Foto: Fernando Nicola
Una herida que sigue abierta
A un año del accidente, las obras aún no están completamente terminadas. El cantero central del bulevar sigue intervenido.
“Me acuerdo de todo”, dice Mingo cada vez que pasa por el lugar. “No fue solo terrible para mí, sino para mi familia. Yo siempre digo: el muerto goza de buena salud. Pero me imaginaba a mi hija buscándome, pensando en qué parte de la cloaca estaba”.
Su testimonio revive una escena que pudo haber terminado en tragedia y que, un año después, todavía deja preguntas sin respuesta sobre la infraestructura urbana y la seguridad en las calles de Santa Fe.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.