De cara al verano, la Municipalidad de Santa Fe sigue avanzando en la puesta en valor de la ciudad, en colaboración con cooperativas, especialmente aquellas formadas por ex cuidacoches.
David Soto relató como el acuerdo municipio - cooperadoras, le permitió acceder a un empleo formal tras la prohibición de su actividad.
De cara al verano, la Municipalidad de Santa Fe sigue avanzando en la puesta en valor de la ciudad, en colaboración con cooperativas, especialmente aquellas formadas por ex cuidacoches.
En una recorrida por los trabajos realizados en el Parque Sur, Hugo Marchetti, secretario de Políticas Sociales, destacó el proceso de reubicación laboral de más de 120 ex cuidacoches en cooperativas de la ciudad. Aunque algunos no pudieron adaptarse a las condiciones y otros consiguieron empleo en el sector privado, actualmente unas 90 personas continúan trabajando en estas organizaciones.
Durante esta actividad, David Soto, ex cuidacoche, contó cómo su vida dio un giro a partir de esta nueva oportunidad que le brindó tanto el municipio como la organización. “Estuve durante 5 años trabajando en Sarmiento y Bulevar, frente de Plaza Pueyrredón”, recordó.
Sin embargo, esta rutina se vio interrumpida por un cambio importante: el acceso a un empleo formal que le brindó estabilidad y una nueva perspectiva de futuro.
A pesar de que aún conserva algunos clientes de su trabajo anterior, Soto resaltó el valor que encontró en su nuevo rol. “Sigo manteniendo algunos clientes con lo que es los lavados para subsistir, pero esto me parece bárbaro, le estamos poniendo fuerza entre todos los compañeros”, señaló, haciendo referencia a la importancia del trabajo colectivo dentro de la cooperativa.
De lunes a viernes, los miembros de las cooperativas se reúnen para realizar tareas de limpieza y recuperación de espacios públicos, como el Parque Sur, un lugar que estuvo “bastante deteriorado y abandonado” y que ahora “lo laburamos de punta a punta, a pulmón”, afirmó el ex cuidacoches. “Somos ocho los compañeros, dos mujeres y seis hombres, que le estamos metiendo pilas", agregó.
Para Soto, este trabajo representa también un cambio en su modo de vivir: “Mi vida se fue regularizando, teniendo otro orden, ya cumplir un horario, tener un sueldo mensual”, explicó, agregando que “la mayoría tenemos familia y a mi edad ya es difícil conseguir trabajo en otro lado,” y la seguridad económica que ahora tiene le permite cubrir necesidades básicas como la alimentación de sus hijos.
"Mi política siempre fue trabajar. Con 40 años se me hacía muy complicado conseguir un trabajo formal y este proyecto nuevo me parece excelente, y salimos del foco ese de hacer lo que queríamos y tomar una responsabilidad, tener un sueldo mensual, lo que ayuda a mi familia", señaló Soto.
A pesar de las dificultades, no se dejó vencer por los prejuicios que suelen recaer sobre quienes desempeñan este tipo de trabajos, y ve en su actual situación una oportunidad para demostrarse a sí mismo y a los demás que no todos los que estuvieron en la calle son "cachivaches", como algunas veces se los tilda.
Al contrario, Soto está convencido de que esta nueva etapa podría abrir puertas más grandes en el futuro, ya sea en el ámbito de la municipalidad o en otros proyectos que le permitan continuar creciendo. “Estamos esperando ese momento, un proyecto que sea a futuro, que vengan cosas mejores para mí, para mis compañeros también, obviamente económicamente”, indicó.
Esta oportunidad también le permite mostrar una faceta distinta de sí mismo, más allá de su pasado en las calles, trabajando “a rajatabla”, poniendo todo su empeño para tener un futuro mejor junto a sus compañeros de cooperativa, con quienes comparte el mismo deseo de superación. “Siempre uno va por más”, cerró, convencido de que lo mejor está por venir.
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