La lucha por sacar a mujeres de las esquinas continúa, pero ante un difícil contexto social y económico, se hace cada vez más difícil y la prostitución es para muchas la única salida rápida para generar unos "mangos" y así subsistir.
La referente de la ONG "Mujeres por los derechos" reclama que haya mayores políticas públicas integrales que acompañen a quienes logran salir de las esquinas. Se realizaba una manifestación en contra de la explotación sexual y la trata de personas.
La lucha por sacar a mujeres de las esquinas continúa, pero ante un difícil contexto social y económico, se hace cada vez más difícil y la prostitución es para muchas la única salida rápida para generar unos "mangos" y así subsistir.
"Hay un crecimiento sumamente importante de niñas y niños prostituidos, también hay más presencia de travestis y trans. Hay compañeras que ya no eran prostitutas y han vuelto a prostituirse porque se quedaron sin trabajo; algunas eran empleadas domésticas, modistas o se habían dedicado a emprendimientos que con la pandemia cayeron y se quedaron sin trabajo", señaló Elena Moncada, en diálogo con El Litoral, referente de "Mujeres por los derechos", una ONG que lucha por sacar a las personas prostituidas de ese laberinto de sometimiento. Y lamentó: "Esta situación de crisis económica hizo que muchas vuelvan a la calle".
Con las restricciones levantadas y con la mayor circulación, las mujeres, travestis y trans que ofrecen su cuerpo regresaron a las calles y la prostitución, lejos de terminarse, crece en la capital provincial. "Nosotras, las abolicionistas, no es que estamos en contra de las compañeras que están en las esquinas, sino en contra del prostituyente y de quienes consumen", sostuvo Moncada, quien ejerció la prostitución durante 18 años, hasta que un día pudo dejar ese círculo vicioso, que sumerge a las mujeres en situaciones de violencia, abuso sexual, drogas y alcohol.
Desde ese entonces asumió el compromiso en ayudar a las mujeres que ofrecen su cuerpo, a través de "Mujeres por los derechos". Además, tiene publicado dos libros: "Yo elijo (contar mi historia)", donde relata los pesares de su vida y "Después, la libertad", desde estas obras evoca su mensaje: la prostitución no es trabajo, es esclavitud moderna.
Otra de las problemáticas que observó es que en muchas ocasiones, y sobre todo desde la llegada del Covid-19, la prostitución empieza en las redes sociales. "Hay plataformas que se hicieron durante la pandemia y en las cuales muchas niñas llegan a la prostitución. Por eso damos muchas charlas en los colegios para prevenir de estas situaciones", comentó, y resaltó que buscan que la sociedad acompañe su lucha y que tengan empatía, "nadie está exento de que mañana se lleven a sus hijas, nietas, sobrinas".
Erradicar la prostitución de las calles es un objetivo cada vez más utópico. Poder mitigar los daños producto de la explotación sexual y reducir el número de víctimas de trata, sí es más probable. Al respecto, Moncada advirtió que la falta de políticas públicas hacen que la lucha contra la prostitución y todo su entorno sea cuesta arriba.
"Lo que exigimos son políticas públicas integrales, no acciones que duren dos o tres meses, sino que se apoye a las compañeras que quieran terminar sus estudios o trabajos dignos. Lo que necesitamos es que haya una garantía para que las mujeres al menos tres veces a la semana dejen de ir a la esquina", reclamó.
Hasta la llegada de la pandemia, desde que funciona la ONG que encabeza Moncada, lograron "liberar" de las esquinas a unas 21 mujeres. "Muchas pudieron salir adelante, pero otras volvieron a las calles", lamentó.
Este viernes en horas de la tarde, estaba previsto realizarse en Plaza 25 de Mayo un encuentro entre las asociaciones de "Madres víctimas de trata" y "Mujeres por los derechos" para manifestarse en contra de la explotación sexual y la trata de personas, delitos que consideran como los "máximos exponentes de la violencia de género".
La ONG "Mujeres por los derechos", que tiene como una de las referentes a Moncada, cumplió 13 años de trabajo en Santa Fe. "Hemos vivido muchas cosas. Aprendimos a organizarnos, a contener, a buscar apoyo y a ofrecerlo. Nos acercamos a las escuelas con talleres, a las esquinas con mercadería y preservativos, a las autoridades pidiendo justicia".
"Clamamos por que la prostitución se vea como lo que es, violencia de género y explotación, y no como un trabajo", sostuvo Moncada y agregó: "Nuestra idea con estas rondas es para que se acerquen los familiares, que no tengan miedo, porque hay un acompañamiento de un equipo interdisciplinario de Buenos Aires que va a trabajar con nosotras acá".