Nocturnidad y sonidos: para un experto es viable insonorizar locales bailables, pero "muy costoso"
El Ing. Juan Fernández (UTN) participó de una nueva reunión con concejales en el marco de las rondas de consultas sobre el proyecto del Ejecutivo para ordenar la noche santafesina. Reparos al tope de medición externa en 45 decibeles: "El ruido no es un valor absoluto", dijo.
El ruido molesto, como un elemento activo en la nocturnidad santafesina, sigue estando en la agenda de discusión pública. Crédito: Mauricio Garín
En otra ronda de consultas organizado por el Concejo para escuchar a los actores involucrados con la nocturnidad en Santa Fe (previo al tratamiento de lo que será el despacho final sobre el mensaje que envió el Ejecutivo para ordenar la noche santafesina), ahora fue el turno de expertos en medición de sonido e insonorización acústica. Duró varias horas el encuentro, y esto se debió quizás a que la temática de los ruidos molestos es tal vez la "piedra en el zapato" del proyecto en ciernes.
Tal como fue presentado el mensaje de nocturnidad, el Gobierno local define varias categorías para los locales nocturnos. Así, la Categoría A corresponde a "Bares, restaurantes y afines cuya actividad principal es el servicio de bar o restaurante" (respecto del sonido, en estos casos "si las condiciones edilicias no permitieran garantizar el nivel sonoro del exterior, el Ejecutivo podrá exigir o imponer medidas de aislamiento acústico y/o vibratorio"), dice en este punto el proyecto oficial.
Luego, la Categoría B corresponde a "Bares, restaurantes y afines con posibilidad de música en vivo y/o baile del público, con aforo máximo permitido de hasta 80 personas". La Categoría C está contemplada por "Bares, restaurantes y afines con posibilidad de música en vivo y/o baile del público con aforo máximo permitido de hasta 200 personas". En ambos casos, los dueños de estos locales deberán garantizar "las adecuaciones edilicias necesarias para que el local esté correctamente insonorizado y con las medidas antivibratorias suficientes", explicita el proyecto.
También se estipulan las categorías "Paradores de Playa"; "Salones de fiesta" y "Casos Especiales", que abarca a los clubes donde hay baile (Villa Dora y República del Oeste). Así, en todas las categorías aquellos locales nocturnos que quieran ofrecer el servicio de música en vivo y baile deben implementar una insonorización acústica del local y un monitoreo sonoro permanente (decibelímetro interno).
Uno de los participantes de la reunión fue el Ing. Juan Fernández, experto en medición de sonidos de la UTN Santa Fe (ver Perfil). Primer punto: la insonorización acústica como modo de evitar ruidos molestos a terceros "es viable; el problema es que los costos de insonorizar un local bailable son muy elevados", advierte el ingeniero, en diálogo con El Litoral.
Y para verificar la molestia de un ruido, hay que basarse en la Norma IRAM Nº 4062 ("Ruidos molestos al vecindario", tal su nombre), "no ya en la ordenanza sobre ruidos molestos de la ciudad", añade el experto. Alude a la ordenanza N° 9623, que estipula que de 6 a 22 horas el límite de decibeles es de 55 dbA (unidad de medición acústica), mientras que de 22 a 6 horas, es de 45 dbA.
Este ordenanza "ya no se puede aplicar, es anacrónica y obsoleta tal como está vigente", añade. En todas las categorías antes mencionadas, el valor tope es de 45 dbA y los Paradores, huelga aclarar, estos quedan sujetos a lo que establece esta vieja norma local.
Aquí, Fernández da una explicación técnica: "Definir que un ruido es molesto o no dependerá del ruido de fondo que el eventual afectado tenga. Si vivís en la Av. 9 de Julio, en Capital Federal, hay un ruido permanente de, supongamos, 60 decibeles. Para quien viva cerca, no será molesto. Pero si vivís en el medio del campo, con todo el silencio circundante, un ruido de 38 decibeles a esa persona le parecerá fuerte y molesto", grafica con el ejemplo.
Tal como señala el mensaje del Ejecutivo, "no se puede poner un valor absoluto y tope de 45 dbA en el exterior: esto es inviable. No se puede hablar de valores absolutos, ni decir que 45 dbA es mucho o poco. Para determinar si un ruido es molesto o no, debe ser comparado contra algo (otro ruido de fondo, por ejemplo), y ese valor no puede establecerse como un patrón único", explica el ingeniero.
El mensaje oficial del Ejecutivo estipula que en la mayoría de las categorías de locales nocturnos con posibilidad de música en vivo y baile debe establecerse un sistema de monitoreo interno (un decibelímetro dentro de cada local). "Vienen controladores internos, se han desarrollado sistemas tecnológicos; esto podría funcionar, como monitoreo. Soluciones técnicas hay. Pero también es otra inversión importante", considera el experto.
El tema de la nocturnidad (en cuanto a la medición de ruidos) abarca toda una dimensión técnica, política, social y cultural que no va a ser fácil de resolver y consensuar, opina Fernández, y menciona el caso de los espectáculos al aire libre. "En estos casos todos tendremos que ceder un poco; no habrá que hacerlos tan de noche, porque a esa onda sonora no la parás; y sí, va a generar algunas molestias. Pero sí se puede controlar adentro adentro de los locales".
Por último, el ingeniero valoró que se haya dado otro paso en la discusión sobre nocturnidad, sumando la opinión de actores académicos.
Juan Fernández e investigador del Centro de I+D Ingeniería Eléctrica y Sistemas Energéticos (CIESE) de la UTN Santa Fe. Dentro de este Centro, es Jefe del Laboratorio de Alta Tensión y Medición de Campos Electromagnéticos y Ruidos. Este centro pertenece al Departamento de Ingeniería Eléctrica.
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